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jueves, 20 de agosto de 2009

Cómo usar el aire acondicionado con un bebé

Cuando hay un bebé en casa, muchas veces no sabemos si debemos utilizar el aire acondicionado o si, por el contrario, es mejor prescindir de él aunque pasemos algo más de calor. Te damos algunos consejos para utilizar el aire acondicionado cuando hay un bebé en casa.

Los niños, especialmente los recién nacidos y los prematuros, son muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura y el calor o el frío les altera fácilmente: por las noches les despierta y disminuye su estado de bienestar.

Temperatura y humedad

Lo aconsejable para un bebé es que la casa esté a una temperatura agradable que puede oscilar entre los 21 y 24 grados por el día y los 19 a 21 grados por la noche.

En cuanto a la humedad, es recomendable que oscile entre un 30 y un 50 por ciento y que haya una buena ventilación en casa.

Para poder controlar estos parámetros es importante tener en casa un termómetro y un higrómetro.

Consejos para usar el aire acondicionado:

Cuando tenemos un bebé en casa debemos tener cuidado con el uso del aire acondicionado. Si lo vas a utilizar, ten en cuenta estos consejos:

- Es preferible instalar el aire acondicionado en toda la casa y no solo en alguna habitación. De esta forma evitarás los cambios bruscos de temperatura que puede sufrir el pequeño al pasar de una habitación fresquita a otra que no tiene aire. Estos cambios pueden producirle al bebé un enfriamiento y debilitan su sistema inmunológico.

- Para evitar estos cambios bruscos de temperatura, la diferencia entre el interior de la casa o el coche y el exterior no deben ser muy grandes y en ningún caso superar los 10 grados de diferencia.

- Es conveniente no situar al bebé cerca del aire acondicionado para que el chorro de aire frío no le dé directamente.

- El aire acondicionado reseca en exceso el ambiente y puede producir escozor o picor de ojos y sequedad o irritación de las mucosas respiratorias. Hay que conseguir que haya cierto grado de humedad en el ambiente. Para ello, puedes utilizar un humidificador, preferentemente de aire frío, un recipiente con agua en el dormitorio en el verano o unas toallas humedecidas en el radiador durante el invierno.

- Si utilizas el humidificador ten en cuenta que no debe superar nunca el 50 por ciento de humedad, ya que si esta es muy alta puede haber hongos en el ambiente y producir alergia al bebé.

- No hay que tener continuamente encendidos el aire y el humidificador. Es importante dejar tiempo para una buena ventilación diaria al aire libre.

- Si el aparato de aire tiene filtros incorporados hay que limpiarlos con frecuencia ya que el polen, el polvo, los ácaros y los hongos se acumulan en su interior.