La anticoncepción de emergencia puede ser útil, pero debe contar con orientación médica. Así lo resaltan y no se equivocan.
Si las pastillas del día después de utilizan en forma indebida, pueden tener efectos nocivos a largo plazo. Por eso mismo, la anticoncepción de emergencia debe utilizarse con moderación.
Y no porque su uso frecuente altere su efectividad. Sus resultados seguirán siendo los mismos, pero sí puede alterar mucho los patrones de ovulación. Puede inhibirla o retrasarla, y eso hace difícil calcular los días fértiles.
Si quieres utilizar la pastilla, mejor que la prescriba un médico. Pues para usarla bien, siempre es bueno que un profesional entienda porqué se ha recurrido a ella.
Lo ideal es usarla sólo una vez −máximo dos− y al mes siguiente comenzar a planificar y cuidarte como se debe. Si la utilizas con intervalos menores a dos meses, vas a sentir sus efectos nocivos muy rápidamente.
Se pueden formar quistes en los ovarios (por ovulaciones que quedan detenidas), aparecer retención de líquido, sufrir malestares en los senos, dolor de cabeza o alteración del periodo menstrual. Te puede dejar de venir la menstruación, llegar muy seguido o con sangrado muy fuerte.
La pastilla para el día después no ha sido pensada para utilizarse recurrentemente. Es no es su función. Es un método de planificación de emergencia y nada más. Si se usa sólo una vez, se desordena el comportamiento natural de los ovarios de forma temporal y al ciclo siguiente se ajusta. Pero al hacerlo en forma continua, no le damos descanso.