Desde que son muy pequeños, debemos enseñarles la importancia del lavado de manos. Es un hábito indispensable para la salud de nuestros hijos pues contribuye a prevenir enfermedades e infecciones, así que será muy útil que les enseñemos a los niños cómo deben lavarse las manos.
Cuanto antes aprendan a lavarse las manos, más incorporado estará en sus hábitos de higiene diaria.
Si son muy pequeños podéis comprar un taburete para que lleguen cómodamente al lavabo y enseñarles a que os llamen para abrir el grifo. Compradles un jabón líquido con dispensador para que ellos mismos puedan colocarse unas gotitas en la palma de la mano y seguid las siguientes instrucciones para el lavado de manos.
El lavado debe durar entre 40 y 60 segundos.
Primero deben mojarse las manos, colocar jabón en la palma de la mano (suficiente pero sin abusar, un par de gotas para el tamaño de sus manos estará bien) y comenzar frotando las palmas de las manos entre sí y también con los dedos entrelazados.
Luego limpiar los dorsos de ambas manos con la palma de la mano contraria, limpiando también entre los dedos.
No hay que olvidarse del dedo gordo. Se limpia cogiéndolo entre los dedos de la mano contraria y haciendo un suave movimiento de rotación. Repetir con la otra mano.
En caso de tener suciedad debajo de las uñas o como mínimo una vez al día, limpiárselas con un cepillo de uñas (que sea blandito, hay algunos infantiles muy chulos).
Una vez que hayan terminado el enjabonado es muy importante que se enjuaguen abundantemente para retirar los restos de suciedad y células muertas (si quedan pompitas de jabón, no vale).
Después deberán secarse muy bien. En casa lo harán seguramente con una toalla de lavabo (que dicho sea de paso hay que lavarla con frecuencia), pero cuando están fuera de casa lo más aconsejable es que utilicen una toalla de papel de un solo uso.
Cuando se hayan secado bien, lo ideal sería que si ya tienen edad para cerrar solos el grifo, lo hicieran usando la toalla de papel para no poner en contacto las manos limpias con los gérmenes que pudiera tener el grifo.
Este proceso debería repetirse varias veces al día: antes de comer, antes y después de ir al baño, luego de tocar animales, antes de tocar a un bebé y siempre que estén sucias, lo cual hablando de niños es bastante habitual.
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