Los cambios en el cuerpo que se presentan en la segunda mitad del embarazo hacen que muchas mujeres tengan dificultades para dormir bien. Un mal descanso no es nada favorable, dado el desgaste propio de este estado, y más si tenemos en cuenta que cuando nazca el bebé, dormiremos aún menos.
Es bueno que te acostumbres desde el principio a dormir del lado izquierdo, ya que cuando el embarazo está avanzado es la única posición posible, debido a que favorece la irrigación de sangre – con oxígeno y nutrientes – hacia el bebé.
También puedes recurrir a las almohadas en forma de cuña que sirven para apoyar el vientre mientras duermes. En las últimas semanas la cabeza del bebé ya estará encajada en la pelvis, allí conviene además agregar una almohada entre las piernas.
Finalmente, ayuda a relajarte antes de dormir dándote un baño tibio, preparando la habitación que debe estar a una temperatura templada, procura que las luces y ruidos no molesten, y deja de lado las preocupaciones: tú y tu bebé necesitan que descanses bien.