El verano es una buena época para los niños, en especial para aquellos que son frecuentemente afectados por enfermedades respiratorias. Sin embargo, en ninguna época del año puedes bajar la guardia, las enfermedades acechan siempre y los niños siempre son los más vulnerables.
La insolación es una de les enfermedades de verano más comunes, y puede causar graves serios si tu niño está deshidratado. Mareos, piel reseca, dolor de cabeza, dolor abdominal y mareos son los síntomas más frecuentes de la insolación, por lo que de inmediato debes alejarlo del sol, empaparlo o bañarlo con agua tibia, y vestirlo con ropa fresca y ligera.
Conjuntivitis. Atenta si estás llevando a tu hijo a la playa o la piscina, la conjuntivitis es contagiosa. Sus síntomas son los ojos rojos, escozor, mucosidad en los ojos y fotofobia. Protege a tu hijo con gafas ahumadas cuando lo saques a pasear, enséñale a que no se frote con los ojitos y que se suene bien la nariz para que no lleve los microbios de la mucosidad a los ojos.
Corte de digestión. Después de comer muchos niños quieren meterse al mar o a la piscina, pero la mayoría de padres se lo impiden para que no se les ‘corte la digestión’. Estos ‘cortes de digestión’ están relacionados con el flujo de sangre en el organismo después de la comida y la reacción del cuerpo caliente con el agua fría.
El peligro de los cortes de digestión está en que el niño puede perder el conocimiento, y podría ahogarse
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