Conseguir que los hijos se entiendan, siendo dos o más personas que comparten tanto, depende de varios factores. Pero con cariño, coherencia y un sano arbitraje, las disputas entre hermanos pueden ser la mejor escuela de la vida.
Si no quieres celos en casa…
–Evita las comparaciones: Cada hijo tiene sus virtudes y sus defectos, lo que les hace únicos y especiales, a cada uno a su modo. Por lo tanto, no los compares. Al contrario, valora a cada uno individualmente evitando reproches como: “Con lo tranquila que es tu hermana y tú no estás nunca quieto”.
–Destaca sus virtudes: No comparar no significa no alabar. Si tienes que calificar a alguno de ellos, hazlo siempre en tono positico destacando, por ejemplo, la responsabilidad del mayor, la simpatía del mediano o la generosidad del pequeño. Y siempre sé consciente de que, frente a la misma situación, cada uno puede responder de modo distinto.
–Reparte amor por igual: Todos tus hijos deben saber que les amas a todos de forma idéntica… aunque les trates de modo distinto según su edad y sus necesidades específicas. Asegúrate de que dedicas a cada uno un tiempo individual en el que desarrollar su juego o actividad favorita sin interferencias de los demás.