Sumamos este nuevo capítulo vinculado a los detalles y consejos para higienizar al bebé. Parto de la base que la comúnmente llamada “cera” de los oídos es una sustancia de color amarillo cuya función inicial es de protección (por eso el cuerpo la produce naturalmente) contra algún tipo de agente externo.
Lo primero que debo mencionar es que no es esta una operación que debas realizar diariamente ni mucho menos. Lo que estamos tratando de remover es la cera que producen los oídos, sabiendo que se trata de una zona muy delicada y especialmente sensible, por lo que no debemos cometer errores que se pagarían muy caro (el dolor de oídos es muy difícil de aliviar).
La frecuencia del procedimiento debe ser periódica y en general los padres optan por hacerlo durante el baño, pero esto no tiene por qué ser regla. El concepto en el que enfatizoen formaterminante es: evita introducir cualquier tipo de objeto extraño dentro del oído y esto no tiene ninguna excepción (incluidos los bastoncillos o cotonettes) ya que en general lo que se logra es introducir aún más la cera dentro del canal auditivo en vez de limpiarla.
Lo que debes usar es un paño limpio, humedecido con agua tibia (pero no super mojado) y pasarlo por toda la zona externa del oído, es decir lo que está a la vista: primero en la parte interna anterior del lóbulo (lo que se ve) y luego en la posterior (lo que está contra la cabecita). Los movimientos son siempre hacia afuera y debes asegurarte de secar bien: no hay problema en que uses bastoncillos en lugar de un paño, siempre y cuando nunca los introduzcas en el oido.
Si lo deseas, puedes humedecer el paño con agua y jabón neutro, pero lo más importante es evitar que entre agua dentro del canal auditivo, por lo que insisto en que el paño no esté demasiado mojado sino apenas húmedo. Si por accidente ello sucediera, no intentes secarla o quitarla: el oido humano tiene defensa contra este problema y su vellosidad natural se encargará de absorber el exceso.
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