¿Se puede elegir el sexo del bebé con la alimentación?

Existen teorías que afirman que controlar la alimentación o realizar el acto sexual de determinada manera favorece la concepción de un niño o una niña. ¿Qué tienen de cierto?

Alimentación para elegir el sexo del bebé.

Existen teorías que afirman que realizar el acto sexual antes, durante o después de la ovulación, o adoptar ciertas posturas sexuales, favorece la concepción de un niño o una niña.
Otras teorías vinculan el sexo del bebé a la dieta que se lleve antes del embarazo.

Por ejemplo, algunos estudios han encontrado una relación entre los niveles de azúcar en sangre y el nacimiento de machos o hembras en ratones: a mayores niveles de azúcar, más probabilidades de que nazca un macho. Cuando hay menos azúcar, nacen más hembras.

Otras teorías dicen que consumir más alimentos ricos en calcio y magnesio favorece la procreación de niñas, mientras que una dieta rica en sodio y potasio facilita concebir un niño.

Sin embargo, nada de ello está comprobado científicamente y no suele dar resultados.

El sexo de nuestro bebé dependerá únicamente del azar.

¿De qué depende que se conciba un niño o una niña?

Concebir un niño o una niña depende del cromosoma que lleva el espermatozoide que consigue fecundar el óvulo.

Las células del organismo están formadas por 46 cromosomas agrupados en 23 pares; en cada par uno de los cromosomas es heredado del padre y otro de la madre. En el 23 están los cromosomas sexuales (XX en la mujer y XY en el hombre).

Las células sexuales, es decir, el óvulo y el espermatozoide, tienen la mitad de cromosomas: 23 (así, al unirse uno con otro se forman los 23 pares). En los óvulos el cromosoma 23 es X, en los espermatozoides puede ser X o Y.

Si el óvulo es fecundado por un espermatozoide Y, el embrión que se desarrolle será niño. Si por el contrario ese gameto es X, será niña.

El sexo de una persona queda determinado ya en la concepción, aunque su diferenciación se produce entre siete y nueve semanas después.