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miércoles, 2 de febrero de 2011

Depilación en el embarazo

Una de las preocupaciones de las futuras mamás respecto al cuidado de su imagen se centra en la depilación en el embarazo.

Durante la gestación, los cambios hormonales afectan a casi todos los órganos del cuerpo, y también a las células cutáneas. Al igual que sucede con las uñas, el vello corporal puede verse afectado en cantidad y en calidad.

La principal responsable es la progesterona, hormona del embarazo que afecta directamente al crecimiento del vello corporal. Algunas mujeres notan un aumento del vello, especialmente en zonas donde antes no existía o había poco como la tripa, la cara o los brazos, mientras que otras notan una disminución en algunas partes del cuerpo como las piernas.

No hay que preocuparse pues cualquier alteración vuelve a la normalidad después del parto cuando las hormonas se estabilizan. Pero mientras tanto, es importante saber cuáles son los métodos de depilación en el embarazo más inocuos para el bebé y para la madre.
Los métodos de depilación más convenientes en el embarazo

Maquinillas de afeitar: es el método de depilación menos agresivo. Se recomienda utilizar con espuma o gel de afeitado para minimizar irritaciones, hay algunos indicados para la depilación femenina con propiedades hidratantes y calmantes. Hay mujeres que descartan este sistema porque el vello tiende a crecer más duro y grueso, sin embargo es una buena opción temporal y exenta de riesgos para quienes tienen menos vello pues hay que depilarse con menos frecuencia.

Aparatos eléctricos de depilación casera: no tienen contraindicaciones en el embarazo, salvo que se tenga una extrema sensibilidad al dolor o que produzca algún tipo de reacción en la piel. Un buen consejo es colocar hielo en la zona antes de depilarse. Casi todas las depiladoras caseras incluyen cabezales especiales para zonas sensibles.

Cremas depilatorias y decolorantes: no hay evidencias de que sean perjudiciales en el embarazo, siempre que se usen ocasionalmente y en zonas no muy extensas. De todos modos, hay que seguir las instrucciones de uso y comprobar previamente en una pequeña zona que no provoque reacción cutánea.

Cera fría: no está contraindicada y es preferible a la cera caliente. Al ser en frío, no hay inconveniente con la temperatura pero el tirón puede afectar igualmente las paredes venosas o dañar la piel.
Los métodos de depilación menos convenientes en el embarazo

Cera caliente: la cera caliente sobre la piel favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y la aparición de várices, uno de los trastornos más frecuentes en el embarazo. Ya que de por sí son proclives a aparecer, mejor evitarlo eligiendo otro método de depilación. Por otra parte, la piel suele estar más sensible en el embarazo a quemaduras o a dañarse con el tirón de la cera.

Láser y fotodepilación: estos métodos de depilación definitiva no pueden emplearse durante la gestación, ya que no hay estudios científicos de rigor que indiquen que no causan ningún daño al feto. Durante el embarazo no es recomendable someterse a ningún tipo de rayos ni a descargas eléctricas, por muy pequeñas que sean. Es mejor esperar a después del embarazo para someterse a estos tratamientos.

Como hemos comentado antes, la depilación en el embarazo es una de las preocupaciones más comunes en la futura mamá. La recomendación general es espaciar lo más posible el tiempo entre depilaciones, utilizar métodos inocuos y quien te dice, tal vez al probar un nuevo método te decidas a adoptarlo en el futuro.