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jueves, 26 de julio de 2012

Dieta en el embarazo y alergias alimentarias

Todas las mamás embarazadas procuran comer bien para alimentar a sus hijos en gestación, pero la duda de muchas es que si comer determinados alimentos puede causar futuras alergias alimentarias en sus hijos.

Lo cierto es que las alergias tienen un alto factor hereditario, el niño tendrá un 30% de probabilidades de ser alérgico si uno de sus padres lo es, y un 60% si lo son ambos. Si ambos padres tienen el mismo tipo de alergia, las probabilidades aumentan al 80%.

Si bien no se puede confirmar que la alimentación en el embarazo predisponga a desarrollar alergias, sí se ha comprobado que algunas pautas saludables en el tercer trimestre ayudarían a prevenirlas.

Es así que un estudio holandés encontró beneficios en las manzanas. Los niños nacidos de mamás que comían cuatro o más manzanas por semana eran 37% menos propensos a desarrollar problemas respiratorios, y el 53% era menos propenso a desarrollar asma. Específicamente esta fruta, es beneficiosa en este aspecto.

Los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 han demostrado tener beneficios en la prevención de reacciones alérgicas en el bebé, cuando la mujer ha consumido suplementos de aceite de pescado en el embarazo a partir de la semana 25 y hasta el tercer mes de vida del niño y dando el pecho.

Fumar en el embarazo es un gran desencadenante de asma y alergias infantiles, así que una vez más rige la recomendación de mantener el cigarrillo bien lejos. Si luego hay personas que fuman en la misma casa del bebé, sus riesgos aumentan aún más.

Si bien la genética es determinante en las alergias, algunas pautas saludables podrían inclinar la balanza hacia la salud del bebé.

¿Puede el dedito hacer que nuestro bebé coma menos?

Hacia los tres o cuatro meses los bebés empiezan a chuparse las manos o los dedos, básicamente porque empiezan a saber llevarse la mano a la boca (no, no son los dientes) y porque, como bien sabréis, con la succión se calman bastante.

Esta afición puede llegar a ser bastante constante en algunos bebés, sobretodo si nunca han utilizado el chupete, y en ocasiones pueden llegar a sustituir alguna toma de leche por el simple hecho de que con el dedo ya consiguen calmarse, postergando el hambre para después. La duda a resolver entonces es: ¿Puede el dedito hacer que nuestro bebé coma menos? Esta pregunta, lógicamente, también sirve cambiando “dedo” por “chupete”.

La respuesta, como ya he dicho arriba, es que sí. La leche materna (y la artificial también) se da a demanda y, como hemos explicado en otras ocasiones, el llanto es un signo tardío de hambre. Esto quiere decir que cuando un bebé pequeñín está despierto y empieza a abrir y cerrar la boca, a veces incluso tratándose de llevar las manos a la boca, tiene hambre.

Si en ese momento le ponemos el chupete y lo empieza a succionar hasta dormirse se queda sin hacer la toma que estaba esperando. Si esto pasa una vez al día, no es mayor problema, porque compensará lo que no ha comido en tomas sucesivas. Sin embargo, si esto va pasando cada vez que quiere comer, o varias veces, sí puede ser que haya problemas de peso porque no esté comiendo suficiente.

Ahora bien, estamos hablando de niños de 3 ó 4 meses que, en teoría, ya comen lo que quieren y necesitan y que han cogido afición por el dedo. Puede pasar que en alguna toma, igual que con el chupete de los pequeños, se calmen o duerman antes de haber comido. Quizás a lo largo del día acaben compensando eso que no han comido como hacen aquellos niños que maman menos porque sus madres, simplemente, van alargando el tiempo entre las tomas, o quizás sí, de tanto “comerse” el dedito acaben comiendo algo menos.

Esto no tiene que ser preocupante, sobretodo porque la mayoría de niños se meten el dedito en la boca y porque seguro que lo han hecho siempre (nuestros padres, abuelos, bisabuelos y así hasta vete tú a saber qué homo sapiens). Si el niño crece y engorda a un ritmo normal estará comiendo lo suficiente.

Si en cambio no está ganando el peso necesario y realmente vemos una asociación entre el dedo y la falta de comida: “desde que se duerme con el dedito está comiendo mucho menos”, sí podría ser interesante tratar de hacerle comer más, ofreciéndole el pecho más a menudo (y ver qué pasa, quizás está perdiendo peso por otra causa). Lo cierto es que hablando de bebés con capacidad de pedir sin problemas cuando tienen hambre, es extraño que se produzcan problemas derivados del chupete o del dedito en la boca.

lunes, 23 de julio de 2012

Hacer dieta en el embarazo es seguro y positivo

El peso en el embarazo

Si hace décadas el control del peso en el embarazo no era tan importante incluso se decía esto de “comer por dos”, las cosas han cambiado. Hoy los ginecólogos y matronas supervisan el peso y aconsejan una alimentación equilibrada.

Sin embargo salvo en casos de diabetes gestacional a las embarazadas no se les recomendaba “hacer dieta” durante el embarazo. Cuando hablamos de dieta no referimos a mujeres que ya de por si antes del embarazo tenían peso de más, una mujer con peso medio no tiene que hacer dieta, solo vigilar su peso en el embarazo.

Este estudio va dirigido a mujeres que tienen ya cierto sobrepeso para las que el embarazo y el aumento de peso puede aumentar ciertos riesgos. En este contexto el estudio acentúa que el control de la alimentación, la dieta es positiva para mujeres con sobrepeso.

Riesgos para el bebé y la madre

La obesidad y el sobrepeso presentan mayor riesgo de complicaciones en el embarazo y en la fertilidad ya que el sobrepeso y la obesidad inciden en la fertilidad de la mujer. A mayor sobrepeso más probabilidades de estas complicaciones. Entre las complicaciones están:

- Presión arteria alta y pre eclampsia
- Diabetes gestacional
- Aborto espontaneo
- Parto prematuro
- Complicaciones durante el parto si el bebé es muy grande, lo que aumenta la necesidad de una cesárea.

El estudio

- Realizado por el Dr. Shakila Thangaratinam de la Universidad Queen Mary de Londres, pretendía estudiar precisamente esto, si bajando de peso se pueden disminuir estos riegos (parto prematuro, preeclampsia etcétera.)

- El estudio hacía hincapié que más de la mitad de la población de Reino Unido en edad reproductiva sufre de sobrepeso u obesidad. Además más del 40% de las mujeres europeas y americanas gana más peso del recomendado durante el embarazo.

- Los profesionales de la salud creen que el embarazo puede ser un buen momento para hacer cambios en la alimentación y el estilo de vida ya que además en esta etapa las mujeres se sienten especialmente motivadas a cambiar ya que estos cambios también puede favorecer al bebé.

El Dr Shakila Thangaratinam, evaluó el impacto de la dieta, el ejercicio o ambos en conjunto en el aumento de peso en el embarazo y sus efectos en la madre y el bebé. Se evaluaron más de 7.000 mujeres obtenidas al azar en 44 ensayos controlados.

- En ellos encontraron que las intervenciones de control del peso de solo dieta lograron una perdida de unos 4 kilos en comparación con solo 0,7 kilos de realizar ejercicio sin dieta o de 1 kilo de realizar dieta y ejercicio (será que el ejercicio les abrirá el apetito y por eso adelgazan menos.)

- La dieta era más eficaz en la prevención de las complicaciones del embarazo como la diabetes, la pre eclampsia, el parto prematuro y la presión arterial. Las investigaciones han demostrado que este control del peso no tiene ningún impacto negativo en la salud de la madre o el bebé. Aún así reconocen que el estudio cuenta con limitaciones de falta de datos sobre factores de riesgo, incluyendo la edad, la etnia y el factor socioeconómico.

- Según los expertos de St Thomas Hospital de Londres las pruebas del estudio todavía son insuficientes aunque los resultados son oportunos y positivos.
Recomendaciones si estás embarazada

Sigue los consejos de tu médico y matrona sobre la alimentación y estilo de vida. Evita abusar de dulces y alimentos grasos y no trates de perder peso sin antes consultar con tu médico.

Video: Movilizar las articulaciones de la pelvis



La pelvis es la “cuna” de huesos y ligamentos que alberga al bebé durante la gestación, y al momento del parto debe abrirse para permitir el nacimiento. Es por eso que la práctica de ejercicios para movilizar las articulaciones de la pelvis pueden marcar una considerable diferencia en el desarrollo del parto.

Es por eso que en este vídeo de ejercicios para embarazadas veremos que con una pelota terapéutica es posible ayudar a estas articulaciones, y también relajar las zonas tensas como la columna lumbar.

El movimiento de sentarse derecha sobre la pelota y saltar suavemente, generando un leve movimiento, ayuda a relajar todo el cuerpo y a preparar las articulaciones, que así se vuelven más flexibles.

Además, es una manera de columpiar al bebé, y de generar endorfinas que producen bienestar en la madre, pero también en el niño.

Es un ejercicio fácil, que te ayudará a prepararte mejor para ese momento tan especial: el parto.

Cuando el tercer hijo nace el segundo (también) crece de golpe‏

Hace un tiempo escribí una entrada en la que explicaba algo que había sucedido al nacer mi segundo hijo, Aran. Jon, el mayor, creció de golpe en mi mente y, pese a tener tres años, de un día para otro pasó de ser mi niño pequeño a ser mi hijo el mayor, llegando a exigirle cosas que hasta ese momento no le había exigido y llegando a tensar demasiado la cuerda.

Pues bien, mira que iba avisado (y tan avisado, que yo mismo di el aviso) para el nacimiento del tercer hijo, pero al nacer Guim, Aran creció de golpe también. Por eso hoy os explico lo mismo, pero en versión segundo y tercer hijo: cuando el tercer hijo nace el segundo crece de golpe y papá puede llegar a meter bastante la pata.
Al nacer Guim, Aran entró en el grupo de “los mayores”

Sucedió así en mi mente. Tenía toda la teoría y tenía la experiencia de la otra vez, pero aún así tropecé dos veces con la misma piedra. Nació Guim y Aran, de repente, dejó de ser nuestro niño pequeñito para pasar a formar parte del grupo de “los mayores”. Yo tenía 3 hijos, pero se dividían en dos, el recién nacido, o sea, el pequeño, y los mayores.

Por esta razón, torpe de mí, hubo momentos en que les exigía a los dos las mismas cosas, sin pensar que uno tiene 6 años y es muy capaz de hacer muchas cosas, pero el otro tiene 3, y aunque es muy “mayor” para muchas cosas (y esto quizás le perjudicó porque mi subconsciente lo sabe), sigue siendo un niño de 3 años que está empezando a conocer el mundo más allá de sí mismo.
Guim tampoco ayudó mucho

Si Guim hubiera tenido el detalle de parecerse más a su padre que a su madre, y no hablo del físico, sino del comportamiento, todo habría sido más fácil. Cuando se juntan mi madre y mi suegra está claro que Miriam y yo, cuando éramos pequeños, éramos la noche y el día.

Ella no dormía casi y, cuando lo hacía, el vuelo de una mosca la despertaba. No podía estar nunca sola, lloraba en la hamaca y lloraba en brazos, no podía despegarse de sus padres o la liaba. Yo, en cambio, era un niño de “ON” y “OFF”. Mi madre dice que sabía que había tenido otro hijo porque tenía buena memoria, que si no podría haberlo olvidado. Yo no lloraba, de hecho, mi madre explica que cuando lloraba apenas me oía, porque tampoco hacía demasiado ruido (como sin querer molestar).

En fin, todo esto para explicar que mis dos primeros hijos fueron muy Miriam en este sentido. Yo tenía la esperanza de que este vez sí, a la tercera, mi hijo cogiera alguno de mis genes pacíficos. Pero no, no fue así. Ya en la barriga demostró pronto que nos íbamos a dar cuenta cuando saliera, y así ha ido siendo. Guim es demandante a más no poder, tanto que, como Miriam, también llora hasta en brazos (que uno dice… ¿pero qué más hago, si ya te tengo en brazos y meciéndote?).

El caso es este, como Guim es tan demandante está todo el día en brazos, así que cuando uno está con él, el otro trata de ordenar las vidas de toda la familia corre corriendo (casa, comida, ropa, niños, papeles, recados, etc.). En esta ecuación “los mayores” salen perdiendo, porque es difícil encontrar tiempo para estar con ellos. Jon lo lleva bien, pero Aran no lo ha llevado tan bien y yo, en vez de pensar “sólo tiene 3 años”, llegué a pensar que “siendo de los mayores, deberías entender que no puedo”.

Poco a poco, y gracias a Miriam, que lo veía desde fuera (“le estás pidiendo demasiado”), me di cuenta de nuevo del error que estaba recometiendo (¿otra vez, cazurro?) y empecé a tratar de calmarme con él, buscando de donde fuera el tiempo y la paciencia para atenderle cuando me necesitaba.
El sol regresa

Ahora, con Guim que acaba de cumplir los cuatro meses, tengo tres hijos: Jon, el mayor, Aran, el mediano y Guim, el pequeño. Cada uno con sus particularidades y sus necesidades y con un papá (yo) más consciente de que cada uno merece ser tratado de manera individual, y no necesariamente de igual manera.

El tiempo pasa, el nuevo miembro se va integrando en su nueva familia (aunque casi diría que su familia se está integrando al nuevo miembro) y poco a poco todos vamos encontrando nuestro sitio para tratar, sobre todas las cosas, de ser felices.

Sé que venimos al mundo para ser felices y para sufrir (o eso dice Pedro Guerra, que “venimos para ser felices y para sufrir”), pero como el sufrimiento es incontrolable porque viene de todas partes, nuestra misión será únicamente centrarnos en ser felices. En eso estamos.

viernes, 13 de julio de 2012

Posparto: el botiquín de la recién mamá

Si estás a punto de dar a luz o acabas de tener a tu bebé, conviene que tengas preparado un botiquín para curar la episiotomía o la cicatriz de la cesárea, hacer frente a los loquios, tratar posibles grietas en el pecho por la lactancia y mantener hidratada tu piel.

Imprecindibles en tu botiquín para después del embarazo:

- Compresas. Los loquios, el sangrado que se produce después del parto, duran entre 15 y 30 días. En la primera semana pueden llegar a ser muy abundantes. Necesitarás compresas tocológicas de algodón, sin plásticos ni superabsorbentes. Hay que cambiar de compresa con frecuencia.
- Braguitas desechables. Imprescindibles en los primeros días de posparto. Existen de papel y de maya, que suelen ser más cómodas porque son más elásticas y resisten varios lavados.
- Jabón neutro. para lavar la zona genital, haya episiotomía o no, lo mejor es usar jabón de glicerina o un jabón de pH neutro. Muchas matronas recomiendan el jabón lagarto de toda la vida, porque tiene un ph muy parecido a la piel.
- Cristalmina. La clorhexidina es el antiséptico más recomendado en el posparto, ya que ya que no se han descrito toxicidad ni contraindicaciones, ni durante el embarazo ni en la lactancia. Los desinfectantes con yodo están desaconsejados, porque pasan a través de la leche y pueden causar problemas de tiroides al bebé, y en las cesáreas dificultan la eliminación de las grapas.
- Gases estériles: para limpiar y secar las cicatrices o zonas irritadas.
- Una buena hidratante, en gel o en crema.

Consejos para curar la episiotomía

- Los puntos de la episiotomía son reabsorbibles, es decir, se caen solos, y tardan en hacerlo aproximadamente 10-15 días.
- La zona genital se ha de lavar solo externamente, y solo con agua templada y jabón de pH neutro.
- Si se infecta la episiotomía o el desgarro o se abren los puntos, la matrona o el tocólogo nos explicarán qué hacer (a veces es necesario tomar antibióticos o practicar curas con antisépticos o cicatrizantes). Cuando los especialistas recomiendan un antiséptico suelen prescribir clorhexidina (como la Cristalmina).
- Hay que lavar y secar la zona siempre de la vagina al ano, para evitar la propagación de gérmenes de la zona rectal, y mejor con la mano, ya que las esponjas acumulan un montón de gérmenes.
- La zona de la episiotomía se lava con agua de chorro, como la de la ducha, nunca con agua estancada, como la del bidé y, salvo que el médico nos diga otra cosa, no se recomienda lavarse más de dos veces al día, porque la humedad dificulta la cicatrización.
- Después del lavado, sécate bien con una toalla suave, o con una gasa estéril, también en dirección de la vagina al recto. No es necesario usar el secador.

Consejos para lavar la herida de la cesárea

- La cicatriz de la cesárea se lava también con agua y jabón neutro y con la mano, ya que la esponja puede engancharse en las grapas. Después, se seca con una gasa estéril (dando pequeños toques, sin arrastrar) y se deja unos minutos al aire. Es preferible no ponerle apósitos, pero la ropa no debe rozar la herida de la cesárea.
- En el hospital pueden aconsejar un antiséptico para curarla, como la clorhexidina, ya que las soluciones con yodo pueden pasar al bebé a través de la leche materna y fijar las grapas a la piel.
- La matrona retira los puntos externos en la consulta, pasados unos 10 días.
- Para que la piel cicatrice correctamente es importante mantenerla hidratada con geles y cremas.

Grietas en el pecho

- Las grietas en el pezón, que pueden surgir al principio de la lactancia, pueden llegar a ser muy dolorosas. El exceso de higiene en el pecho potencia su aparición, por lo que no conviene lavar el pecho entre tomas ni usar demasiadas pomadas o cremas.
- Para curarlas una vez aparecen, lo fundamental es colocar al niño en una posición correcta para mamar, con el pecho bien metido en la boca muy abierta. si tardan en curarse, el médico puede recomendar un antiséptico.

Cómo saber si el bebé toma suficiente leche materna: el peso

Vamos a daros unos consejos para saber si el bebé toma suficiente leche materna fijándonos en su peso, como hicimos en un tema anterior sobre las micciones, las heces y el estado general.

Hay bebés que van a necesitar suplementos

Sin embargo, antes de pasar a ello, quisiera remarcar que, aunque, sin duda alguna, la leche materna es lo mejor que pueden tomar los bebés, si el médico lo indicara podría ser necesario suplementar la lactancia materna directa con leche extraída y, en algunos casos, con leche artificial.

Precisamente por esa razón es importante saber si el bebé toma suficiente leche materna con seguridad.

Quiero remarcar esto en la exposición. La leche materna es lo mejor pero, cuando el bebé, realmente no está recibiendo suficiente leche es conveniente tener en cuenta que en algunos casos será necesario usar leche artificial.

Por mucho que deseemos una lactancia materna exclusiva lo primero es que el bebé esté bien nutrido. Esa es la prioridad máxima. Si hay un problema con la lactancia este podrá, casi seguro, ser superado, pero mientras lo primero es que el bebé siga recibiendo suficiente alimento.

Antes de usar un suplemento por considerar que el bebé no toma suficiente leche materna hay que estudiar bien el caso particular y buscar un correcto asesoramiento, sea de un pediatra verdaderamente conocedor de la lactancia materna, sea de una Consultora de Lactancia Certificada (IBCLC).

No es que vayamos a dar un biberón ante cualquier duda, pero si hay que saber que la leche artificial puede ser imprescindible en casos en los que haya realmente una nutrición inadecuada, al menos temporalmente mientras se adoptan medidas para mejorar la lactancia materna.

Lo importante es dar con un buen profesional, que no mande biberones “alegremente”, pero que si sepa cuando son necesarios a la vez de ayudar a la madre para solucionar el problema. Con los recién nacidos es importantísimo, vital, mantener una nutrición e hidratación correctas cuando se detecta que no está recibiendo suficiente leche.

Cómo saber si el bebé toma suficiente leche materna: el peso

No hay que alarmarse si el bebé pierde peso los primeros días de vida, es absolutamente normal. Los bebés suelen perder entre un 4 y un 6% de su peso y hasta un 10%. Es algo fisiológico y lo empiezan a recuperar a partir del tercer día, siendo lo normal que a la semana lo recuperen.

Cuando la pérdida de peso es mayor del 10% pueden tardar hasta tres semanas en recuperarlo y en este caso hay que estar muy atentos a su evolución.

Si la pérdida de peso supera el 5% puede estar indicada una suplementación con leche extraída dada con cucharilla y, desde luego, habrá que revisar la lactancia para detectar mala postura y ofrecerla a libre demanda, aumentando la frecuencia de las tomas y retirando los chupetes si se estaban usando.

Todos los bebés deberían ser vistos por el pediatra dos o tres días después de salir del hospital, y especialmente los que no hayan recuperado su peso al nacer para que pueda ser detectada una posible deshidratación o falta de nutrición adecuada. Si el bebé está muy adormilado y no pide comer también es especialmente importante el control del pediatra.

Si el bebé no aumenta de peso puede suceder que la lactancia se haya instaurado mal desde el comienzo, por culpa de no haber empezado en la primera hora, haberlo separado de la madre, permitir la lactacia solamente cada tres horas o usar chupetes o biberones. Por eso es fundamental un inicio correcto de la lactancia y que la madre reciba ayuda y asesoramiento.

Cuando los bebés han recuperado su peso al nacer hay que seguir su evolución pero debemos entender que las gráficas de peso que a veces se usan están hechas pensando en niños con lactancia artificial y que no es necesario que aumenten 200 gramos por semana. La OMS publica tablas indicadoras de aumento de peso esperable, pero como decíamos, hay que interpretarlas correctamente.

A partir de los dos meses el aumento de peso semanal va a disminuir en los bebés amamantados y debemos entender que las tablas de percentiles no indican salud, sino un crecimiento en la normalidad. Un bebé que esté en el percentil 5 puede estar perfectamente sano, tanto como uno que esté en el 95.

Si el peso o la talla del niño son muy bajos, por debajo de lo que la estadística indica como normal puede suceder, sencillamente, que sea un niño delgado o bajo, pero sano. Sin embargo, puede considerarse necesario descartar problemas.

En el próximo tema veremos más detalladamente otros aspectos interesantes que tener en cuenta para detectar si el bebé no recibe suficiente leche materna: las causas médicas de la hipolactia (escasa producción de leche materna) y los métodos que son inútiles para controlar el aumento de peso del bebé.