-
-
-

miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Qué es la donación de óvulos?

La donación de óvulos es un proceso mediante el cual cualquier mujer sana y joven, que lo desee y que cumpla con los requisitos e indicaciones necesarios, puede donar una pequeña proporción de sus óvulos a otras mujeres o parejas que tienen inconvenientes para tener hijos.

Las mujeres donantes están entregando su gameto femenino a otras parejas que desean llevar a cabo y concretar la reproducción. Se trata de una donación altruista en la que algunas mujeres contribuyen generosamente a que otras puedan concebir los hijos anhelados.

Los requisitos para ser donante de óvulos son rigurosos pero no complicados. Esto significa que prácticamente cualquier mujer con buena salud y joven es una candidata perfecta aunque generalmente las mujeres que más suelen donar son de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años.

El papel de la donante de óvulos se completa cuando a la donante se le extraen los óvulos.

¿Tiene la donante algún derecho sobre el hijo fruto de su embrión?

Otro tema que preocupa a las futuras madres es si la donante tendrá algún tipo de derecho sobre el hijo fruto de su ovocito. No rotundamente esta posibilidad porque, además, la donación es completamente anónima. Así, tampoco está permitida la donación dirigida; es decir, una hermana no puede donar los ovocitos a otra. "Al final es una fuente potencial de conflictos, siempre implica alguna responsabilidad", señala el experto que afirma que es así "en casi todo el mundo". La excepción, como siempre, algunos estados de EEUU, "donde existen incluso catálogos de donantes".

Como ya se sabe que hecha la ley, hecha la trampa, que nadie piense que si dona ovocitos a la vez que un familiar, estos les podrán tocar a la destinataria deseada. "En esos casos, frecuentes en la sanidad pública, donde las donantes –al no soler recibir compensación económica- es más probable que sean familiares, se opta por la donación cruzada, nunca van al familiar",

martes, 19 de marzo de 2013

¿Cuánto peso debe ganar el bebé cada mes?

Las mamás se alegran si el pediatra les dice que su bebé está engordando a buen ritmo y se preocupan si no llega a la media. Y es que el aumento o pérdida considerable de peso suele ser indicativo de salud. Hemos aunado criterios pediátricos para despejar dudas sobre qué variaciones de peso se consideran correctas.

Recién nacido

El margen de normalidad del peso del recién nacido es amplio: entre los 2,5 y los 4 kilos (por debajo y por encima de estas cifras, pueden necesitar cuidados especiales).

El peso medio de los bebés nacidos a término se sitúa entre los 3 y los 3,5 kilos. Sin embargo, la expresión "peso medio" se fundamenta en un cálculo general y no hay que asustarse si nuestro pequeño lo supera un poco o se queda algo corto (las niñas suelen pesar unos gramos menos que los niños).

Tres o cuatro días después del nacimiento, el niño pesará menos. Les ocurre a todos los bebés porque expulsan la orina y el meconio acumulados durante la gestación. Esta pérdida puede representar hasta un 5 ó 10 por ciento del peso total. Salvo que el pediatra opine lo contrario, no hay por qué preocuparse (suelen recuperarlo enseguida).

Primeros meses

Según la regla general, durante el primer semestre ganan unos 600 gramos al mes y durante el primer año suelen crecer 25 cm. Entre los cero y los doce meses se produce el mayor índice de crecimiento de toda la vida.

Sin embargo, en la práctica, la realidad depara muchas sorpresas: a veces a los niños les da por aumentar 350 gramos en solo siete días y los siete siguientes ganan solo 100.

La lactancia o la producción de leche no tiene nada que ver en estas oscilaciones. Los niños no engordan de forma constante, sino con altibajos. Por esa razón se recomienda pesarlos una vez al mes y no por semanas. Así que no hay que preocuparse.

Y si toma biberón, hay que cuidarse mucho de no forzar al bebé para que se lo termine entero: ellos paran cuando están saciados.

Hay que respetar al pie de la letra las indicaciones de preparación de la leche en polvo. Resulta contraproducente pasarnos con el agua o la leche en polvo porque corremos el riesgo de que el crío ingiera una cantidad de grasas, proteínas, etc. inadecuada para su organismo o de que se alimente de forma insuficiente.

A partir del sexto mes

Entre los seis y los doce meses, los bebés suelen ganar unos 500 gramos al mes.

Se recomienda empezar a variar su dieta hacia los seis meses. La Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría y su homóloga norteamericana recomiendan alimentar al bebé solo con leche hasta el sexto mes, a no ser que el especialista ordene lo contrario.

Es importantísimo seguir el orden de introducción que indique el pediatra y no adelantarnos nunca. El médico es la persona indicada para establecer qué sólidos puede tomar el niño y en qué mes pueden incorporarse a su dieta.

A veces a los pequeños les cuesta aceptar los nuevos sabores. Para que este rechazo no afecte a su peso, es conveniente introducirlos muy poco a poco, sin reducir drásticamente el número de tomas o biberones.

Lo mejor es incluir los alimentos de uno en uno, en pequeñas cantidades y espaciándolos entre sí una semana como mínimo. Así, si alguno produce reacciones alérgicas al bebé, sabremos exactamente cuál ha sido y podremos eliminarlo de su dieta inmediatamente.

El ejercicio en el embarazo disminuye la tasa de cesáreas

Las mujeres que practican ejercicios en el embarazo tienen menor tasas de cesáreas que aquellas que llevan un estilo de vida más sedentario, si se practica unas tres veces por semana.

Una actividad física moderada durante la gestación permite mejorar la resistencia aeróbica, tonificar la musculatura de las zonas afectadas por la situación de embarazo y fortalecer el suelo pélvico. Pero también, aumenta las posibilidades de que se tenga un parto vaginal, opción mucho más segura para la madre y el niño.

De acuerdo a una investigación realizada por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), aplicando a un grupo de embarazadas un programa de ejercicio físico adaptado a su situación, desde las semanas 10 a 12 hasta las 38-39.

El porcentaje de partos instrumentales y por cesárea en el grupo de mujeres ejercitadas fue menor que en el grupo de control, que fueron mujeres que llevaron adelante un embarazo sin actividad física.

Estos datos estimulan para que las mujeres embarazadas se dediquen a practicar ejercicio físico de manera moderada durante su período de gestación, siempre de manera supervisada, como un factor de mejora de la calidad de vida y para tener un mejor parto de sus hijos.

El niño tiene tos, ¿cuándo ir al pediatra?

Con niños pequeños, no hay invierno que no pasemos por unos cuantos resfriados en casa. Y si con nuestros bebés la preocupación aumenta considerablemente, conforme van creciendo nos acostumbramos a diferenciar los tipos de tos y a “mantener la calma” ante este proceso.

Hay bastantes dudas sobre si determinados fármacos son eficaces para tratar la tos, y además conocemos que la tos en los niños es un reflejo de protección: constituye una respuesta beneficiosa del cuerpo cuando hay una obstrucción o una infección que afecta al sistema respiratorio, desde la nariz hasta los pulmones.

Todo ello puede hacer que dejemos pasar la tos, o como mucho acudamos a remedios para que la garganta no sufra, y lo normal es que la tos remita con el paso del tiempo y acabe quitándose. Recordemos que en niños mayores de un año, la miel puede resultar beneficiosa en el caso de la tos seca del inicio de los catarros, pero no debe mojarse en ella el chupete, ni olvidar el lavado de dientes.

No obstante, hay ocasiones en las que sí deberíamos preocuparnos. Si el niño tiene tos, ¿cuándo hay que ir al pediatra?

- Si la tos viene acompañada de dificultad para respirar, fatiga…
- Si al coger aire al respirar notamos un sonido agudo y anormal producido por el flujo de aire (estridor inspiratorio), especialmente si se produce fatiga o si estamos hablando de un bebé. Esta afección, que se caracteriza por una tos fuerte y repetitiva, puede ser síntoma de una obstrucción.
- Cuando existe sospecha de que el niño ha aspirado un cuerpo extraño, ya que en este caso también se produce tos seca y a modo de ataques de tos. Os recordamos en este punto los consejos sobre cómo actuar si se atraganta un niño o un bebé.
- Si la tos es persistente (más de tres semanas). Habitualmente la tos blanda o productiva (que expulsa flemas) es de corta duración y se asocia a los catarros “normales” de los niños pequeños, una tos que contribuye a la curación. Pero si se alarga en el tiempo, hay que llevar al niño al pediatra.
- Cuando la tos se acompaña de fiebre prolongada.
- Si la tos en accesos con cambios de color en los labios o cara del niño (azulados o violáceos).

Por último, también nuestro sentido común tiene mucho que decir en los casos de tos de los niños, pues muchas veces la gravedad salta a la vista y no es necesario disponer de un listado de evidencias de peligro.

En definitiva, aunque la tos es un síntoma de los más frecuentes en los niños y no suele ser dañino, como la producen muchas patologías diferentes si nos encontramos con alguno de los casos de tos anteriores hay que visitar al pediatra para que haga un diagnóstico correcto y en su caso localizar y tratar un posible riesgo.

viernes, 15 de marzo de 2013

7 trucos para que los niños aprendan a comer sano

¿Por qué, si nuestro país se caracteriza por la saludable dieta mediterránea, hay muchos niños que no comen correctamente? En los últimos años los hábitos de alimentación han cambiado y hemos pasado de llevar una dieta sana a empezar a tomar algunos alimentos que no lo son tanto.

1. Comer de forma saludable

Es fundamental que aprendan el hábito de comer de forma saludable entre los cinco, seis y siete años. A partir de los diez será muy difícil conseguir que cambien sus costumbres a la hora de elegir sus alimentos y decidir lo que les gusta o no les gusta.

2. Variedad y equilibrio

Habrá que intentar que tomen verdura preparada de formas muy diferentes, para que vayan descubriendo distintos sabores asociados a la comida sana. El mismo plato de acelgas cada dos días provocará que «cojan manía» a toda la verdura. La podemos cocinar con bechamel, queso o puré de patata para que les vaya gustando. Lo mismo ocurre con la fruta: el típico plátano para merendar o almorzar en el colegio les puede llegar a aburrir.

3. Cuidado: lo imitan todo

Muchas veces los niños imitan a sus padres a la hora de comer: «Como a mi padre no le gusta la fruta, a mi tampoco. Mi madre no me va a reñir porque él tampoco se la come». Tenemos que tratar de evitar que asocien nuestros gustos con los suyos. En la mesa, lo ven y lo escuchan todo.

4. Cocinar y congelar

A veces, preparar verdura o guisos más sanos nos quita mucho tiempo y es más trabajoso. Lo más práctico es cocer verdura o cocinar legumbres en grandes cantidades para congelar y darle después al niño su ración cuando le toque. Siempre son mejores los alimentos sanos, aunque estén congelados, que recurrir a la comida rápida y a las patatas fritas.

5. Crear hábitos de alimentación

Si no les gusta la comida que hay ese día (alcachofas), le decimos que coma menos que los demás. Verá que al resto de la familia sí le gustan y que es «normal y habitual» comer alcachofas. A lo mejor dentro de un tiempo le terminan gustando o se las terminará comiendo ¡porque tiene más hambre! Lo cierto es que lo asimilará como un hábito familiar.

6. ¡Esto no me gusta!

Cuando algo no les gusta, hay que respetarlo. Pero no es lo mismo que no le gusten las acelgas que la verdura en general. En ese caso, la comida se convierte en un capricho y eso no es bueno. Debe acostumbrarse a que en su casa se come «lo que hay» y que no siempre se puede elegir. Los caprichos son para situaciones especiales.

7. Alternativas bajas en calorías

Si llega a casa del cole y va directo a la nevera a buscar el batido de chocolate (envasado) que tanto le gusta... le podemos decir que ese día no hay. Y en su lugar le ofrecemos chocolate negro en tableta, pepinillos o cebolletas en vinagre o cualquier otro alimento «premio», pero que no siempre sea alto en calorías.

Madres recientes y obesas, más expuestas a ACV y ataques cardíacos

Las mujeres jóvenes con obesidad tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco poco después de dar a luz, en comparación con mujeres con un peso normal.

Estos datos se desprenden de un estudio realizado en Dinamarca, siguiendo a más de 273.000 madres recientes. Estas mujeres tenían un promedio de edad de 30 años y dieron a luz entre 2004 y 2009. Ninguna de las mujeres tenía antecedentes de ACV, enfermedad cardiaca ni problemas renales. Durante el periodo de seguimiento de seis años, 68 mujeres tuvieron un ataque cardiaco y 175 un ACV.

Entre las mujeres obesas, el riesgo de tener un ACV o ataque cardíaco se incrementó al doble en comparación a las de peso saludable, incluso al tener en cuenta complicaciones relacionadas con el embarazo u otros factores de riesgo cardiovasculares, incluyendo el hábito de fumar.

Si bien los episodios de este tipo son infrecuentes en las mujeres jóvenes, se comprobó un claro riesgo aumentado en aquellas mujeres obesas, que acababan de ser madres.

“Las mujeres jóvenes han de ser conscientes de los riesgos graves para su salud que hay asociados con la obesidad y unos hábitos de estilo de vida deficientes, y estos [efectos negativos] aparentemente se manifiestan a una edad temprana”, señalaron.

“Este estudio es importante porque aunque la incidencia de la enfermedad cardiaca esté disminuyendo en términos generales, esta tendencia a la baja no parece aplicarse en el caso de las mujeres de 35 a 44 años de edad”, concluyeron.

La lectura convierte el sueño en vida y la vida en sueño... también para un niño

Qué hay más apasionante que viajar dejando volar la imaginación a través de los libros. Aprender, soñar, divertirse, llorar, pensar… Son tantas cosas las que nos pueden dar las letras, que cualquier bebé debería venir con un libro bajo el brazo.

Hoy quiero rescatar un fragmento del discurso de Vargas Llosa con motivo de la entrega del Premio Nobel de Literatura en 2010. Un texto que ya había leído en su momento, pero que ahora recuerdo porque, tal vez, hoy necesito un poco más de literatura en mi vida y creo más firmemente que los libros deberían formar parte del crecimiento de cualquier niño.

Las palabras del escritor dan cuenta de la importancia de la lectura en su vida. Y en esos recuerdos de infancia, ¿quiénes aparecen vinculados a los libros? El colegio, los profesores, los padres, la familia.

Ojalá muchas otras personas supiéramos expresarnos tan bien como él, porque estoy segura de que ese mismo sentimiento de agradecer a padres o maestros el amar los libros es muy compartido.

Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas.

La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras.

Me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda, y también el abuelo Pedro, de gran nariz y calva reluciente, que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir aunque la literatura, en aquel tiempo y lugar, alimentara tan mal a sus cultores.

Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba. Gracias a ellos y, sin duda, también, a mi terquedad y algo de suerte, he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero (…)

No muchos de nuestros hijos serán escritores llevando su pasión por la lectura a este modo de vida. Pero sin duda muchos amarán la magia de las palabras, de los dibujos, las sorpresas en cada página, el placer de dormirse con un libro en sus oídos, imaginando esos mundos de ensueño que les visitarán durante la noche…

Antes de que ellos aprendan a hacerlo solos, leerles cuentos a nuestros hijos nos hace cómplices, es una fuente de riqueza y de placer inmensos. Por eso espero esta noche, a pesar del cansancio, encontrar ese hueco para un cuento.