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domingo, 23 de junio de 2013

Edad materna se asocia a complicaciones en el parto

Un estudio llevado a cabo en Irlanda determinó que las madres demasiado jóvenes, aún en la adolescencia, son más propensas a tener un parto prematuro al tiempo que las madres de mayor edad, tienen más probabilidades de tener una cesárea, con lo que se confirma la relación entre la edad y las complicaciones en el parto.

Investigadores del Trinity College de Dublín encontraron tras observar a casi 37.000 madres primerizas entre los años 2000 a 2011, comparando los partos de mujeres adolescentes y mayores de 35 años, con aquellas que estaban entre los 20 a 34 años.

El 3 por ciento de las participantes tenía 17 años o menos, mientras que un 2 por ciento tenía 40 años o más. El 78 por ciento de las mujeres tenía entre 20 y 34 años. En cuanto a los partos prematuros, se dieron en un 6 por ciento de las mujeres de 20 a 34 años, mientras que entre las adolescentes estos nacimientos antes de término se produjeron en un 10 por ciento de los casos.

En cuanto a las cesáreas, se practicaron en un 24 por ciento de las madres del grupo de edad media, al tiempo que entre las mujeres de 40 años o más abarcaron el 54 por ciento, siendo entre las adolescentes una opción sólo para el 11 por ciento.

Los bebés de las mujeres de más de 35 años son más propensos a tener malformaciones congénitas y a permanecer en la unidad de terapia intensiva neonatal. “En una madre primeriza de 40 años hay que ser menos tolerante con cualquier complicación y más propensos al parto por cesárea”, señalaron.

Este estudio viene a ampliar y respaldar a otros existentes, en el que se indica que mujeres demasiado jóvenes tienen organismos en ocasiones inmaduros para sobrellevar hasta el final la carga de una gestación, mientras que en mujeres al límite de sus años fértiles, es mucho más habitual la presencia de diversas complicaciones del embarazo y del parto, como también malformaciones congénitas.

Es así como a la hora de planificar la maternidad, como también de utilizar métodos de control prenatal, hay que considerar que un embarazo a edades extremas – demasiado joven o más madura – siempre implicará más riesgos que si se lleva adelante la gestación a una edad intermedia.

Una aplicación para primeros auxilios en reanimación cardiopulmonar: RCP Pediátrica

A menudo os hablamos de aplicaciones de ocio y entretenimiento para los niños, pero también tenemos aplicaciones informativas para padres de gran interés, como esta de la que os hablamos hoy. La aplicación RCP Pediátrica pretende informar sobre la reanimación cardiopulmonar a bebés y niños.

Probablemente te hayas preguntado alguna vez qué hacer si tu hijo se atraganta o deja de respirar. Y tal vez te hayas informado sobre ello, hecho algún cursillo… pero, si se diera el caso, ¿podríamos reaccionar del modo adecuado?

Ese es un miedo que tengo, porque a pesar de haberme formado en primeros auxilios el estrés puede hacerte olvidar cómo actuar, y así lo he comprobado en algún caso (no con mis hijas sino con un alumno, afortunadamente en un caso no grave).

Por eso esta guía de primeros auxilios pediátricos puede ser muy práctica, además contiene una información muy completa y actualizada, basada en las últimas Guías Internacionales sobre Reanimación Cardiopulmonar de la European Resuscitation Council (ERC) de 2010. La App RCP Pediátrica está avalada por el Grupo Español de Reanimación Cardiopulmonar Pediátrica y Neonatal y por el Instituto Valenciano de Pediatría.

Está disponible para Ipad y Iphone y favorece el desarrollo de técnicas para actuar con el niño y el lactante en situaciones de asfixia o parada cardiorrespiratoria. Con vídeos, diagramas, fotos y textos, una vez instalada no requiere conexión a Internet.

La aplicación RCP Pediátrica sobre reanimación cardiopulmonar se puede conseguir en App Store o en Play Store por 0’89 euros. Esperamos no tener que echar mano de ella de manera precipitada, pero siempre viene bien actualizar nuestros conocimientos en este tema.

miércoles, 19 de junio de 2013

Video: Cómo levantarse de una silla durante el embarazo


A medida que avanza el embarazo y crece la tripita, debemos prestar atención a los movimientos y las posturas corporales. ¿Cómo hay que levantarse de una silla? Rafael Vicetto, fisioterapeuta especializado en embarazo y posparto, nos lo explica en este vídeo.

Por qué no hay que volver a la educación autoritaria que nos dieron nuestros padres

Leo y escucho a menudo críticas hacia los niños y jóvenes actuales y en muchas cosas estoy de acuerdo porque a mí también me preocupa el cambio radical que han dado muchos de ellos, lo irrespetuosos que llegan a ser algunos y lo impasibles que se muestran muchos padres y muchos profesores ante todo ello.

Mucha gente, convencida de que antiguamente estábamos mejor, porque al menos se respetaba a los maestros, había una cierta disciplina y lo que decía un padre iba a misa, sugiere volver a la educación autoritaria de antaño para que los mayores, los adultos, volvamos a tener autoridad. Sin embargo, esto es un error y por eso vamos a explicar hoy por qué no hay que volver a la educación autoritaria que nos dieron nuestros padres.

La confusión entre autoridad y autoritarismo

Las dos palabras empiezan con las mismas letras, pero no son lo mismo, y no todo el mundo parece tenerlo claro. Cuando alguien sugiere que debe volver el autoritarismo está pidiendo que los padres vuelvan a ejercer la presión que ejercieron los nuestros, el “aquí se hace lo que ordeno y mando”, el “cachete a tiempo para que esto no se me desmadre” y el castigo para enseñar a los niños las consecuencias de sus actos. A la vez, está pidiendo que en las aulas vuelvan los gritos, las copias infinitas, los castigos enviando a los niños a pasar la tarde en la clase de los pequeños y el “aquí se habla cuando yo digo y no se hable más”.

No, por Dios, esto no puede volver porque no podemos pretender enseñar a vivir a los niños con un trato que ni a nosotros nos gustaría recibir, no puede volver porque un niño no puede aprender bien si acude a un sitio a que le traten mal, desmotivado, y no puede volver porque cuando un adulto tiene que hacer uso de semejantes métodos para lograr la atención de los niños y para que le hagan caso es porque ya ha perdido la autoridad. Repito, para que quede claro: cuando se tiene que hacer uso del autoritarismo es porque se ha perdido la autoridad.

El problema, lo que ha sucedido, es que en la huida del autoritarismo, en la negación de toda presión hacia los niños, en la evitación de castigos y con el objetivo de dejar atrás aquella infancia, aquellos momentos que preferiríamos no haber vivido, muchos adultos se han quedado ahí, en la negación de lo que fue y a falta de construir algo mejor.

Parece que todo se rige por los nóes: “no podemos castigar”, “no podemos pegar”, “no podemos ponerles copias”, “no podemos gritar a nuestros hijos”, “no podemos humillarles” y es cierto, un ser humano, por pequeño que sea y por mucho que esté aprendiendo no merece nada de esto. Sin embargo sí merece algo, sí merece esa construcción de la educación que va más allá de la negación del autoritarismo, sí merece una educación positiva, basada en el respeto al prójimo, que tenga en cuenta también la negación de la permisividad en que se han estancado muchos padres, que han dado a sus hijos tanta libertad que en casa mandan ellos.

Los niños tienen que reconocer la autoridad de las personas adultas

No hay que recuperar el autoritarismo, pero sí hay que recuperar la autoridad y el respeto por las personas. Pero el respeto no es algo que se pueda imponer. De pequeños nos lo imponían, respetábamos a nuestros padres y adultos porque si no nos pegaban y nos castigaban, o eso creían. Eso creían porque no era respeto, era miedo, y el miedo no crea relaciones sociales sanas, nunca, porque son relaciones completamente asimétricas.

De igual modo, la autoridad no es puede exigir, uno se la tiene que ganar. Eso se consigue con los actos, con el modo de tratar a la gente, con el respeto que uno profesa a los demás y el que exige para sí. Los profesores tienen que recuperar la autoridad y los padres también, respetando a los niños y haciéndose respetar.

Los niños no son tontos. Si ven a un profesor entregado, que les escucha, que se preocupa por su trabajo, que se entrega para hacer de sus clases un momento digno de vivir, que aporta ideas y soluciones y que puede ser cercano con los alumnos, acaba por ser un profesor respetado, querido y con autoridad.

De igual modo, cuando un padre se preocupa por sus hijos, cuando les atiende, les escucha, les habla con respeto, les explica lo que está bien y lo que está mal, dónde han errado y dónde pueden mejorar, dónde erraba él de pequeño y cómo mejoró, un padre capaz de dar y recibir cariño, sus hijos acaban por respetarle y reconocerle la autoridad.

No, no hay que volver al extraño amor que nuestros padres nos dieron ni a la extraña “educación formasoldados mudos” que recibimos en las escuelas. Lo que hay que hacer es educar a los niños con diálogo y respeto, teniendo clara cuál es nuestra posición como educadores y/o padres, pero educarles, que ahora mismo, el uno por el otro (los padres por el colegio) la casa está sin barrer.

El ejercicio en el embarazo disminuye la posibilidad de una cesárea

Cuando el bebé en el útero presenta un peso demasiado grande, lo que se conoce como macrosomía fetal, es posible que el obstetra opte por la realización de una cesárea como vía de nacimiento. Es por ello que hay que tener en cuenta que el ejercicio en el embarazo limita las posibilidades de tener un bebé demasiado grande, y así se disminuye la probabilidad de necesitar una cesárea.

Estos datos se desprenden del estudio de investigadores españoles, quienes determinaron tras observar a 500 gestantes que hacer ejercicios en el embarazo reduce el riesgo de tener un bebé con un peso mayor al que se indica para un parto vaginal seguro.

Este hallazgo tan interesante se suma al de otra investigación, esta vez de la Universidad de Granada, que halló que el 68 por ciento de las mujeres embarazadas no realizan el ejercicio recomendado durante el embarazo, lo cual conlleva diversas consecuencias tanto en el desenvolvimiento de la gestación y el parto, como en la salud del bebé.

La investigación a la que hacemos referencia fue encarada en forma conjunta por las universidades de Granada, Politécnica de Madrid y Europea de Madrid.

En concreto, se determinó que practicar ejercicio moderado tres veces a la semana durante el segundo y el tercer trimestre de gestación disminuye a la mitad el riesgo de tener bebés con más de 4 kilos de peso, la macrosomía fetal, lo cual evita a su vez una cesárea.

Al grupo analizado se le indicó un programa de entrenamiento en base a 55 minutos de ejercicio aeróbico, estiramiento muscular y ejercicios de flexibilidad, tres días a la semana, desde la semana 10-12 a la 38-39 del embarazo. Otro grupo control recibió los cuidados y recomendaciones habituales.

Al finalizar, se halló que no se logró reducir el riesgo de desarrollar diabetes gestacional, pero sí se disminuyó la macrosomía fetal en un 58 por ciento y el parto por cesárea en un 34 por ciento.

Esta nueva investigación nos acerca una nueva prueba de la importancia de realizar actividad física durante el embarazo, lo cual además ayuda a controlar el aumento de peso y evitar los excesos.

viernes, 14 de junio de 2013

Molestias en las piernas durante el embarazo

Durante la gestación y especialmente en los últimos meses, sobre todo en verano, es frecuente sentir molestias en las piernas: hormigueo, hinchazón, tirones... La mayoría de los trastornos se pueden prevenir si desde un principio cuidamos las piernas como se merecen.

Las piernas acusan mucho los cambios que se producen en el sistema circulatorio. En la gestación el corazón bombea mucha más sangre para que también le llegue una cantidad suficiente al feto.

En consecuencia, el volumen de sangre que circula por las venas y arterias aumenta, y también lo hace la producción de líquido adicional en el cuerpo, para permitir que los tejidos soporten el desarrollo del bebé.

Además, el útero, a medida que crece, va comprimiendo las venas de las piernas y de la pelvis. Un aumento de peso excesivo también les afecta negativamente.

Trastornos más frecuentes

Pesadez

Es la molestia más común. Se debe, sobre todo, a la ganancia de peso y a la retención de líquidos, que dificulta la circulación de retorno al corazón.

Varices

Las sufren el 20% de las embarazadas. Son venas dilatadas que se ven como líneas azules transparentes a través de la piel. Algunas veces, cuando están muy hinchadas, producen dolor. Generalmente son hereditarias, pero pueden aparecer por muchos factores como la presión de las venas de las piernas por el propio embarazo, por permanecer muchas horas de pie, el calor, o por la acción de las hormonas femeninas. Suelen remitir tras el parto.

Calambres

Son espasmos musculares dolorosos, localizados generalmente en la pantorrilla. Suelen producirse cuando estamos acostadas (por la noche o por la mañana) y son más frecuentes en el segundo o tercer trimestre. Pueden deberse a la sobrecarga de trabajo a la que están sometidos los músculos y huesos, pero en ocasiones también evidencian un déficit de potasio en la dieta.

Hinchazón

La hinchazón leve de las manos, piernas y tobillos se llama edema y es normal en los últimos meses de embarazo. La presión del útero hace que el líquido se acumule en zonas donde la circulación es más lenta, como los pies o los tobillos, que se inflaman. Si es muy acusada o aparece de repente en manos, pies o cara y se acompaña de mareos o dolor de cabeza, hay que acudir a urgencias ya que puede deberse a una hipertensión.

Es aconsejable

Tumbarse con las piernas en alto varias veces al día.
Caminar, hacer ejercicios de rotación de los pies y nadar.
Utilizar medias elásticas de compresión, incluso en verano, ya que favorecen la circulación de retorno.
Con la ducha, recorrer despacio las piernas de abajo arriba, alternando el agua templada y la fría.
Seguir una dieta rica en fibra para regular el tránsito intestinal. El estreñimiento aumenta el riesgo de varices.

Hay que evitar…

Exponer las piernas al sol y a altas temperaturas, ya que el calor favorece la dilatación venosa.
Utilizar calcetines o medias cortas que compriman las piernas, así como prendas ajustadas.
Abusar de la sal y el café, ya que ambas sustancias favorecen la retención de líquidos en el organismo.
Permanecer muchas horas de pie o cruzar las piernas durante largo rato, porque se limita el flujo de sangre.

Problemas con la lactancia: conductos lácteos obstruidos

Las mamás lo saben: dar el pecho no es tan fácil como parece, no al principio al menos. Pero es a fuerza de paciencia que mamá y bebé aprenden lo que necesitan aprender. Así pueden surgir problemas con la lactancia, como conductos lácteos obstruidos.

Este problema se manifiesta por un bulto o protuberancia que causa un gran dolor, y aparece debajo de las aréolas, y también se produce un enrojecimiento e inflamación de la mama. Es el paso previo a la mastitis, una infección que se produce propiciada por la obstrucción. Por ello, hay que tratar de solucionar este problema cuanto antes.

Diferentes causas pueden producir la obstrucción, como el uso de corpiños o sostenes constrictivos, porque sea muy ajustado o bien porque la parte interior sea muy ceñida. La ropa interior debe brindar apoyo a las mamas agrandadas por la lactancia, pero ser bien confortables y no ajustar.

Otro motivo es que se produzca una estasis láctea, por lo cual la leche producida por la glándula queda retenida en los conductos lácteos. También por mala presión al amamantar y el uso de ropas ceñidas.

Lo principal es cuidar las posturas al amamantar como también procurar que el niño haga una adecuada prensión, porque esto es clave para evitar este problema. La mayoría de los problemas con la lactancia se resuelven con posiciones adecuadas del niño y la madre, y con una correcta sujeción del pezón por parte del bebé, al igual que una succión adecuada.

Además, se sugiere extraer un poco de leche con bomba o darle de mamar al bebé del pecho afectado, para precisamente desobturar los conductos, aunque al niño le podría causar algo de enfado porque el flujo de leche será inferior. De tanto, en tanto, deberías amamantar al niño con el otro pecho para evitar que éste también se obture.

Los masajes circulares y suaves ayudan a mover la leche, también colocar el pecho afectado en un recipiente con agua tibia. Puedes también recurrir a compresas de agua tibia, y luego intenta amamantar inmediatamente, o extrae un poco de leche para aliviar la congestión.

De cualquier forma, no dejes pasar el tiempo cuando tengas los conductos lácteos obstruidos para evitar que el problema derive en una mastitis.