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martes, 21 de mayo de 2013

10 dudas sobre la higiene del bebé

¿Cuántos baños, cremas y lavados necesita tu bebé y qué está de más? Diez preguntas frecuentes acerca de la higiene del recién nacido y recomendaciones para unos cuidados óptimos.

¿Qué se necesita para el baño del bebé?

Cuanto más sencillo, mejor. En realidad, el agua sin más es lo mejor. La piel de un bebé sano no necesita productos adicionales: se le puede bañar solo con agua o, si utilizamos gel, hay que elegir uno con pH neutro específico para bebés. Si el recién nacido tiene la piel muy seca, se pueden añadir dos o tres gotas de aceite de germen de trigo al agua. También existen aceites de baño especiales. Necesitarás una esponja natural, que hay que cambiar a menudo para evitar hongos y gérmenes.

Es muy importante que todos los productos sean específicos para bebés.

¿Es necesario bañarle todos los días?

No, porque los bebés no se ensucian. El baño tiene un componente importante de juego y de relación del niño con papá y mamá, pero no es necesario bañarle a diario.

¿Cómo se cura un culito escocido?

Más vale prevenir la dermatitis del pañal que tener que curarla después. Cambiar los pañales a menudo y limpiar bien el culito con agua abundante previene las escoceduras. Si estás fuera de casa, las toallitas húmedas son bastante prácticas. Conviene tomar una serie de medidas preventivas ante el menor signo de enrojecimiento: utilizar una crema protectora, dejarle con el culito al aire durante algunos ratos, cambiar los pañales muy a menudo y no permitir que la zona permanezca húmeda. También es importante secar completamente al bebé después del baño.

¿Cuánto tiempo debe durar el baño?

La piel del bebé solo tiene una quinta parte del grosor de la piel de un adulto, por lo tanto es muy sensible. El baño no debe durar más de diez minutos hasta que cumpla el año. La temperatura del agua no debe superar los 36 grados y no es necesario bañarle más que una o dos veces por semana. Los niños mayores de un año pueden quedarse más tiempo en el agua.

¿Qué puedo hacer contra la costra láctea?

La gruesa capa pegajosa de caspa que se forma en la cabeza de muchos bebés no es muy estética pero tampoco motivo para preocuparse. Es completamente inofensiva y solo permanece hasta que las glándulas sebáceas funcionan correctamente. Para eliminarla es bueno masajear el cuero cabelludo del recién nacido con un cepillo de cerdas muy blandas.

Cuando aparece, un poco de aceite infantil extendido sobre el cabello con un suave masaje todas las noches permitirá ablandar y suavizar las escamas. Poco a poco, irán cayendo en los lavados. Si la costra persiste, conviene consultar al pediatra, que recomendará un producto específico.

¿Porqué tiene espinillas mi bebé?

Las espinillas se producen debido a las hormonas maternas que aún están en el organismo del recién nacido. Durante el embarazo, las hormonas de la madre se transmiten al feto y tras el parto comienzan a eliminarse paulatinamente. Hasta que este proceso no termina, pueden aparecer una y otra vez nuevas espinillas. No se deben estrujar y lo único que hay que hacer es esperar hasta que desaparecen por sí solas.

¿Cómo cuido el pelo del recién nacido?

Los bebés no necesitan champú. Su pelo es tan fino que al bañarlo queda limpio y bien cuidado. Solo cuando el pelo empieza a crecer con más abundancia conviene comprar un champú especial para niños.

¿Cuál es la temperatura ideal para el cuarto del baño?

Es importante que el lugar en el que bañas al bebé esté calentito, al menos a 25 grados. Si pones cerca del cambiador una fuente de calor ten cuidado, porque con el calor los bebés a veces se relajan tanto que empiezan a hacer pis y se puede manchar.

¿Cómo le corto las uñas?

Lo ideal es esperar una semana antes de hacer la primera manicura, aunque si al niño le han crecido mucho las uñas antes de nacer y se araña mucho, se las podemos cortar ya desde el primer día. Hay que utilizar tijeras especiales para bebés, pequeñitas y con las puntas redondeadas. Conviene hacerlo cuando el peque esté tranquilo (sin hambre, sueño o gases). Un buen momento es a continuación del baño, porque las uñas están más blandas. Cuando el niño es muy nervioso, lo mejor es esperar a que se quede dormido.

¿Cómo cuido los oídos y los ojos?

- En principio, los ojos no necesitan cuidados especiales. Es suficiente con pasar cuidadosamente por los párpados un trocito de algodón o una gasa empapados en agua (sin jabón), sin friccionar.
- Después se seca el ojo con un gasita, dando pequeños toques. Se deben usar gasas y algodones diferentes para cada ojo.
- En cuanto a las orejas, hay que limpiar solo lo que se ve. Con una gasa humedecida en agua se lava la parte externa de las orejas por delante y por detrás. Después seca muy bien.
- La cera que asoma al exterior se puede arrastrar con una gasa seca enrollada. No se debe introducir nada en el oído: lo único que haríamos es empujar la suciedad hacia el interior. Además, podríamos dañar el conducto auditivo.

Prurito en el embarazo

Es habitual que las embarazadas experimenten picor en distintas zonas de su cuerpo durante el embarazo. Una vez más, se trata de una sintomatología normal, que cederá una vez haya nacido el bebé, a pesar de lo molesto que puede ser sentir la necesidad de rascarse todo el tiempo.

Experimentar una leve picazón en algunas zonas del cuerpo es totalmente normal y no debe despertar ninguna preocupación, y se debe al aumento del flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluyendo la piel. Esa circulación activada puede dar lugar a la presencia de molestias como erupciones y sudoración.

Si el picor te resulta demasiado molesto, conversa con tu doctor para que te prescriba alguna loción que contenga calamina que podrás conservar en la nevera, para que esté fresca y te cause un gran alivio al aplicarla en algunas de las zonas de la piel en las que siente picazón.

Evita rascarte todo el tiempo, pues podrías agravar la irritación y te terminarán picando mucho más, sin contar con que podrías causarte alguna excoriación superficial, que resulte peor que el pico en sí mismo.

La ropa holgada de algodón es mucho más suave para la piel de forma tal que no te exacerbará el picor, utilízala cada vez que puedas.

En la zona de la tripa la piel puede picarte mucho más, es debido a que se está estirando a medida que crece. Aplica buenas cantidades de crema hidratante antiestrías de la prescripta por tu médico, eso aliviará la picazón y además claro está, evitará las estrías. Mantener la piel bien hidratada en todo tu cuerpo, sin dudas ayudará a que pique menos.

Cabe decir también que a muchas embarazadas les aparecen erupciones cutáneas en las últimas etapas del embarazo, sobre la zona de la tripa, y también son producidas por todos los cambios gestacionales.

La piel de la zona abdominal es muy delicada, y además está sometida a mucha presión debido al estiramiento, así que procura no rascarte, y en cambio conversa con tu doctor sobre la posibilidad de utilizar lociones calmantes.

Ten en cuenta además que si el picor se torna más severo en especial en palmas de las manos, si presentas ictericia – coloración amarillenta de la piel y de la parte blanca de sus ojos – consulta de inmediato a tu médico, pues podrías estar teniendo colestasis del embarazo, una complicación.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Elegir bien los zapatos del niño

Desde que los pequeños empiezan a caminar solos, el calzado se convierte en un elemento importante que influye en su desarrollo físico.

Son bonitos, divertidos, de colores llamativos, llenos de flores o con dibujos de sus personajes preferidos... y, cuando se convierten en sus favoritos, los niños no se los quieren quitar.

Lo ideal sería que los niños pudieran deambular descalzos. Como eso es imposible, los zapatos infantiles brindan la protección y seguridad necesaria y evitan que los pequeños se hagan daño. Descubre cómo deben ser y qué errores no debes cometer cuando compres un par de zapatos a tu hijo.


Cómo deben ser los zapatos de niño

- Escógelos de piel y tela para favorecer la transpiración del pie del niño.
- Asegúrate de que la suela sea ligera, flexible y antideslizante. Así evitarás caídas innecesarias a tu hijo.
- El calzado debe tener poco tacón para facilitar el juego de la articulación.
- La planta del zapato tiene que ser ancha y de forma redonda o cuadrada. No compres para un niño zapatos acabados en punta que puedan oprimir el empeine.
- Han de tener una sujeción bastante firme en el empeine con cordones, hebillas o velcro.
- Intenta que el calzado sea poco escotado para que cuando el pequeño esté jugando no se le salga con facilidad.

Errores frecuentes al elegir el calzado infantil

- Elegirlos demasiado grandes. A veces compramos zapatos de un número mayor del que necesita el niño para que le duren más tiempo. Al pequeño le resulta muy difícil caminar con un zapato que le baila en el pie o que se le sale constantemente: le obliga a adoptar posturas que a la larga son perjudiciales y puede provocarle caídas.
- Ponerle botas para que le sujeten el tobillo. Si el calzado no permite la libre movilidad del tobillo, está perjudicando su desarrollo. Las botitas deben utilizarse solo para proteger del frío y la humedad.
- Abusar de las deportivas. Conviene que los niños las usen con moderación porque la mayoría están fabricadas de plástico, lo que favorece la sudoración excesiva, que puede provocar irritaciones en los pies e incluso hongos. Es mejor elegirlas de piel o de lona, que son más transpirables o, al menos, evitar que las lleven mucho tiempo.
- Heredar. Es muy frecuente que los pequeños hereden zapatos de sus hermanos mayores o de otros niños de la familia. Sin embargo, es una práctica poco recomendable, ya que los pies son siempre anatómicamente diferentes y cada niño tiene una forma distinta y particular de caminar. Unos zapatos usados siempre llevan la huella de su anterior dueño, pueden estar deformados o viciados, y es probable que al caminar le rocen o no le resulten cómodos. Por eso, salvo que estén completamente nuevos, es mejor no usarlos.

Deficiencia de yodo en el embarazo afecta el desarrollo cognitivo

Sabemos que una adecuada nutrición en el embarazo, donde sea posible sumar todos los nutrientes es una garantía de un óptimo desarrollo fetal y es por eso que las futuras madres deben observar especialmente tener una dieta equilibrada. En este sentido, diversas investigaciones de los últimos años aclaran las consecuencias de la falta de algunos nutrientes, como el yodo.

Aquellas mujeres con una leve deficiencia de yodo verán el desarrollo cognitivo de sus hijos afectados, lo que se registra con mayores problemas de gramática, de escritura o para deletrear palabras en edad escolar.

Hasta ahora, se sabía que una deficiencia severa de yodo en el embarazo puede provocar discapacidad mental en el bebé, pero si la carencia de este mineral en cambio es leve, aún así podrían registrarse inconvenientes, como ciertas dificultades cognitivas, que se traducen en un rendimiento del 6 al 10 por ciento menor en pruebas.

El yodo es fundamental para la producción de las hormonas tiroideas, pero en el caso de las embarazadas, es indispensable para el correcto desarrollo cerebral del feto. Se lo puede obtener a partir de la dieta, consumiendo leche, pescado, verduras y sal de mesa yodada. Embarazadas y madres que dan el pecho deberían tomar entre 200 y 300 mcg. al día de yodo para no tener ningún déficit y no complicar el desarrollo cognitivo de sus hijos en gestación.

Concretamente, en cuanto al estudio mencionado – realizado en la Universidad de Tasmania, Australia – se estudió a embarazadas y se les realizó pruebas de orina, dividiéndolas entre las que registraron menos de 150 mcg de yodo en orina (deficiencia leve) durante el embarazo con mujeres con más de 150 mcg de yodo (nivel normal). A los nueve años de edad, se realizaron tests cognitivos a los hijos de ambos grupos de madres.

Aquellos niños cuyas madres tuvieron deficiencia leve de yodo en el embarazo obtuvieron 371 puntos en el test para deletrear palabras y 377 puntos en el test de gramática de la prueba nacional de educación, mientras que los otros niños mostraron resultados de 412 y 408 puntos respectivamente.

Se logró especificar además que esa falta leve de yodo afectaría de alguna manera las vías auditivas al cerebro de los niños, lo que reduciría la capacidad de procesar rápidamente la información que escuchan.

Por ello, se concluyó que en aquellas mujeres con una dieta inadecuada, no sería mala idea administrar un suplemento de yodo que cubra ese requerimiento.

Los niños pequeños saben compartir, pero no quieren hacerlo‏

El mundo infantil perfecto desde el punto de vista de los padres es aquel en que los niños juegan unos con otros dejándose sus cosas sin rechistar y jugando sin discusiones. La realidad en cambio suele ser muy diferente porque aunque haya muchos juguetes disponibles suele suceder que el juguete que quiere un niño es el que otro niño tiene en las manos, con el consiguiente intento de robo o robo y el inevitable enfado de la víctima.

Sucede y los padres debemos interceder, a veces con más acierto y a veces con menos, tratando de enseñarles algo que los niños ya saben, que hay que aprender a compartir. Digo que ya saben, no porque lo hagan, sino porque los niños pequeños saben hacerlo, aunque prefieren no hacerlo, tal y como explica una investigación.

Pero, ¿de verdad tienen que compartir?

Antes de entrar a hablar de la mencionada investigación quiero recordar mi parecer en lo que a compartir las cosas de cada uno se refiere. Si estamos hablando de juguetes que son de un niño, que le pertenecen, y aunque lo habitual es enseñarle a compartirlos, el que debe tener la última palabra es el niño. Si no quiere dejarlos no se dejan, y si un niño se los quita y él llora o se incomoda, debemos recuperarlo. Un niño no aprende nada positivo porque le digamos que no vamos a defender su juguete, sino que aprende a tolerar el que se lo quite otro niño, ni que sea para un rato.

No aprende nada positivo porque a medida que crezca no será ese el comportamiento habitual de nadie… ni los niños vendrán a quitarle sus cosas sin permiso, ni él se las dejará a alguien que no conozca. ¿Qué sentido tiene enseñarle a dejar cosas que no quiere dejar a desconocidos? Incluso si son conocidos, de igual modo que de mayor decidirá él sobre sus cosas, de pequeño debe poder hacerlo.

Hablemos de bienes comunes

Sin embargo, no estamos hablando de prestar algo, sino de compartir, del principio de justicia y equidad, de hacer lo que es lógico, y una investigación realizada en la Universidad de Harvard ha mostrado que los niños de tres y cuatro años ya saben ser justos y ecuánimes, saben repartir de manera equilibrada. Ahora bien, en el momento de la verdad, demuestran que prefieren no hacerlo.

Para hacer la investigación cogieron una muestra de niños de entre tres y ocho años y les preguntaron sobre cómo podrían repartir con unos niños unos adhesivos que les habían dado. En total les dieron cuatro adhesivos a cada uno y la pregunta que les hicieron es cuántos le darían a otro niño de su misma edad que no tiene ninguno.

Los niños más pequeños, los de tres y cuatro años, respondían que debían entregar dos adhesivos al otro niño, es decir, le darían dos y ellos se quedarían con otros dos. Sin embargo, cuando el niño en cuestión aparecía en escena pidiendo sus dos adhesivos el niño que los tenía todos decidía cambiar de estrategia y en vez de darle dos entregaban solo uno, quedándose con los tres restantes. Los niños de siete y ocho años, lógicamente, compartían las pegatinas de manera justa.

Cuando les preguntaban el por qué de su decisión, los mayores decían que porque eso era lo que tenían que hacer, lo justo. Los pequeños, en cambio, explicaban que habían sentido la necesidad de hacerlo así, es decir, que seguían el impulso de satisfacer sus propias necesidades.

Conclusiones de la investigación

Los investigadores concluyeron que, contrariamente a lo que se creía, los niños pequeños sí conocen algunas normas sociales y saben cómo repartir las cosas para que el resultado final sea justo. Pero al ver que luego hacían lo que les daba la gana en beneficio propio, se dieron cuenta de que la edad para llevarlas a cabo puede ser más elevada.

Los niños pequeños no piensan en el posible conflicto derivado de quedarse con alguna pegatina de más y los impulsos parecen llevarles a optar por un reparto desigual. Al crecer, en cambio, son más conscientes de las posibles consecuencias, son más racionales (y menos impulsivos) y son capaces de aceptar que los demás merecen tener lo mismo que ellos cuando se habla de un reparto que debe ser equitativo.

Así que cuando estéis explicando a vuestro hijo pequeño que algo que es para todos debe serlo realmente, debéis saber que lo entiende, que lo sabe, pero que de momento, y por si acaso, prefiere ser injusto en beneficio propio.

viernes, 10 de mayo de 2013

La gripe en el embarazo podría incidir en que el niño desarrolle trastorno bipolar

Contraer gripe en el embarazo podría aumentar notablemente la posibilidad de que el niño padezca de trastorno bipolar en su adultez, tal como relacionó un estudio realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad Columbia en los Estados Unidos.

En efecto, el riesgo de que el bebé padezca este trastorno a lo largo de su vida se incrementa hasta en cuatro veces si su madre contrae esta infección respiratoria común.

Este estudio se ha centrado personas nacidas en la década de 1960, donde se halló que las personas diagnosticadas con trastorno bipolar eran casi cuatro veces más entre aquellos cuyas madres habían padecido gripe en el embarazo, aunque el riesgo de tener esta enfermedad psiquiátrica sigue siendo muy bajo – alrededor del 3 a 4 por ciento.

Cabe recordar que el trastorno bipolar es una enfermedad psiquiátrica que se diagnostica entre la adolescencia y los 20 años, caracterizada por cambios de humor intensos, que lleva a la persona a padecer períodos de intensa depresión, seguidos de otro de manía o euforia y pérdida de las inhibiciones.

Esta condición afecta a una de cada 100 personas, y la gripe en el embarazo puede aumentar entre un 3 y un 4 por ciento el riesgo de que el niño la desarrolle.

Pero a pesar de ello, aún no es posible demostrar de qué manera la gripe afecta el cerebro del feto. Una probable respuesta sería que no es el virus el que afecta al niño sino la respuesta inmune de su madre, que produciría alguna alteración a nivel cerebral.

Incluso, otros estudios hallaron relación entre la gripe en la gestación y la esquizofrenia. Sin embargo, debería indagarse aún más en esta relación, que tampoco significa que todos los hijos de mujeres que hayan padecido gripe desarrollen una enfermedad mental, sino que simplemente el riesgo estaría aumentado.

Es por ello que se considera a las embarazadas un grupo de riesgo que no debe dejar de vacunarse en cualquier trimestre del embarazo, pues es realmente mucho lo que se protege con esta medida.

Además, una alimentación saludable que incluya vitaminas y medidas de higiene como el lavado frecuente de manos y evitar tocarse el rostro, son también de ayuda para evitar que las futuras madres se contagien.

Consigue que tu bebé se duerma

¿Cuál es el mejor ambiente para que duerma un bebé? ¿Hay que ayudarlo? ¿Qué podemos hacer los padres? Aquí tienes las posturas más eficaces para que tu hijo concilie el sueño sin problemas.

“Lo peor son las noches”. Esta es la primera advertencia que un padre veterano hace a uno primerizo. Es un aviso amplio que, más que a largas noches sin dormir, suele hacer referencia a la dificultad de muchos bebés para conciliar el sueño.

Hasta los seis meses

Aunque hay muchas corrientes (y muy diferentes) que hacen referencia al sueño del bebé, todas coinciden en que al menos hasta los seis meses el bebé ha de ser sostenido y acompañado si no se puede dormir. No se le deja llorar nunca. Es un margen que reconocen hasta las teorías que abogan por “enseñar” al bebé a dormir solo, es decir, que hasta los seis meses todos los expertos están de acuerdo en que debemos acompañarlo, haciendo lo que necesite para llegar al sueño. No se va a “acostumbrar”, simplemente lo necesita.

A partir de los seis meses

Algunas teorías extendidas abogan por enseñarle o ayudarlo a dormir solo. Sin embargo, cada vez más especialistas alertan sobre los peligros que pueden entrañar estas prácticas y defienden que no existe tal límite temporal. Apuestan por acompañar a nuestro bebé mientras nos necesite y aseguran que, cuando alcance la madurez necesaria empezará a dormirse solo. La elección, como todas las relacionadas con la crianza, es personal.

¿Por qué necesitan movimiento?

Imaginemos que, desde siempre, dormimos completamente envueltos, encogidos y bien sostenidos, mecidos por suaves olas, con el sonido del mar de fondo. Y un día tenemos que dormir en tierra firme. Con el cuerpo extendido. No hay movimiento, no hay sonido. No podemos conciliar el sueño, tan quietos y estirados como estamos, sin nada que nos comprima y calme. Resulta que lo “normal” para el bebé es el movimiento, no la quietud. Es su experiencia de toda la vida.