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martes, 4 de diciembre de 2012

Parto: ¿Son útiles los masajes en el perineo para evitar desgarros y episiotomías?

Una de las posibles complicaciones del parto que más miedo da a las mujeres (y yo diría que también a los hombres, que nos ponemos en su lugar y si nos pasara algo así nos deprimiríamos de por vida) es el traumatismo perineal, nombre que reciben el desgarro o la episiotomía que, aunque es practicada por los profesionales, es trauma igualmente.

Los nuevos protocolos están tratando de reeducar a los profesionales para que intervengan menos y dejen que el parto fluya, sin prisas aunque vigilando (por si acaso), porque la episiotomía no parece tan recomendable como se creía. Sin embargo no todo está en manos de los profesionales, porque se cree que las madres pueden hacer algo también para prevenir el daño en su perineo: masajeárselo antes de ir a dar a luz.

La duda es, ¿son útiles los masajes en el perineo para evitar desgarros y episiotomías?   

Para responder esta pregunta vamos a hablar de una revisión sistemática de varios estudios realizada por la Cochrane, que incluyó tres ensayos aleatorios en el que particaron 2434 embarazadas en total (1941 no habían tenido aún hijos y 493 ya habían sido madres) que se hicieron el masaje perineal al menos durante las cuatro últimas semanas de gestación.

El masaje perineal sí reduce la probabilidad de trauma perineal

Se observó que había una reducción del 9% en la incidencia de traumatismo que requiere sutura, aunque sólo fue estadísticamente significativa para las mujeres que aún no habían tenido hijos. Es decir, las que ya habían sido madres no parecieron beneficiarse del masaje.

En uno de los ensayos, que incluía a 931 mujeres, se concluyó que el dolor perineal tras el parto se reducía en un 32% en aquellas que se habían hecho masaje previo al parto y tenían también menor riesgo de trauma con sutura: de cada 16 mujeres que practicaron masaje, una menos recibía sutura después del parto.

En relación a desgarros perineales de primer y segundo grado (los más leves) y traumatismo perineal de tercer o cuarto grado, no se vieron diferencias significativas entre todas las mujeres. O sea, que el beneficio era que el 15% de las madres que se habían hecho masaje sufrían menos episiotomías (de primer y segundo grado) que las que no habían hecho nada.

En conclusión

Según los autores de la revisión, la conclusión es que el masaje perineal a partir de las 35 semanas reduce la incidencia del traumatismo perineal que requiere sutura (principalmente episiotomías) y las mujeres tienen menos probabilidades de padecer dolor perineal a los tres meses del parto.

Ante estos datos, se aconseja que las mujeres reciban información acerca de esta práctica y que se les informe de cómo hacerlo para ayudar a disminuir el riesgo de traumatismo perineal, algo que yo diría que no se suele recomendar (al menos a mi mujer nadie se lo recomendó en ninguno de los tres partos y fue ella, por iniciativa propia, quien se informó de ello).

jueves, 29 de noviembre de 2012

Si estás embarazada, cuida tus labios

Durante el embarazo te cuidas y, cuando ya has sido mamá, sigues haciéndolo. Pero hay una parte de ti que probablemente casi no tienes en cuenta, ni antes, ni después: los labios.

Los labios son una parte importante de la cara, pero también una zona muy sensible y expuesta durante todo el día a las condiciones ambientales, es decir, necesitan una especial atención. Porque, mantenerlos hidratados, no solo nos favorecerá y hará más guapas, sino que nos evitará daños y molestias, relacionadas con la sequedad y el descuido de la boca.

Para mantener los labios hidratados, la mejor opción son los bálsamos labiales. Sin esfuerzo, transporta tu barra labial en el bolso o en el bolsillo y, de vez en cuando, aplícatela para evitar daños. Con sabores, colores, olores o diferentes efectos extras te permiten mantener una boca en perfecto estado y unos labios suaves y sanos.

¿Cuándo empezar a hacer ejercicio durante el embarazo?

Hace unos días os comentábamos cuáles son los ejercicios más adecuados durante el embarazo, y hoy queremos saber cuál es el momento indicado para empezar a hacer ejercicio durante el embarazo, ya que esta práctica es tan beneficiosa para la futura mamá y el bebé.

Lo primero que hemos de señalar es que la respuesta a nuestra pregunta dependerá de cada mujer, por lo que siempre será mejor que consultemos al ginecólogo sobre la posibilidad de iniciar o continuar con la práctica de ejercicio.

La razón principal es que el primer trimestre de embarazo es el más delicado y cuando existe mayor riesgo de que haya alguna complicación u aborto, por lo que cuando confirmemos la noticia del embarazo conviene revisar cuál es nuestra costumbre en lo relativo a la actividad física.

Si estábamos habituadas a un ritmo de deporte fuerte, hay que reducirlo o incluso pararlo de momento si tenemos algún indicio de que existe riesgo para el embarazo. Y consultar al ginecólogo cuanto antes. Si nuestra práctica de ejercicio era suave, y se trata de ejercicios adecuados durante el embarazo, podemos seguir al mismo ritmo mientras no notemos dificultades.

Lo que menos se recomienda es iniciar una actividad nueva a la que el cuerpo no está habituado, pues podría repercutir negativamente en nuestro estado.

Como veis, se trata de cuestiones de lógica que hacen que nos fijemos en las condiciones y particularidades de cada mujer, siempre buscando la seguridad del embarazo. Y para confirmar la seguridad nada mejor que la visita al especialista.

¿Cuándo comenzar a hacer ejercicio durante el embarazo?

Cuando el médico confirme que no existe contraindicación para hacer ejercicio, podemos iniciarlo, siguiendo ciertas recomendaciones que dependerán de nuestro estado físico y de lo acostumbradas que estemos a realizar actividad física.

Si no solemos hacer ejercicio, hay que empezar gradualmente durante el primer trimestre y a niveles de esfuerzo bajo para ir poco a poco subiendo la intensidad del ejercicio. Como hemos comentado, no se recomienda durante el primer trimestre iniciar ninguna actividad nueva. Siempre habremos de estar atentas a que el ejercicio no nos cause dolor, sensación de “falta de aire” o cansancio excesivo.

Recordemos que hacer ejercicio o realizar una actividad física es practicar cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía, y que se practica de manera regular.

Puede ser un deporte (pero no hablamos de alta competición, que está desaconsejada) o caminar, hacer yoga, nadar… a un ritmo moderado, y estas actividades se pueden hacer desde el inicio del embarazo.

Si estamos acostumbradas a un ritmo fuerte de ejercicio, es conveniente rebajarlo (seguramente el cuerpo nos pedirá moderación) y como es lógico tampoco se pueden practicar deportes de riesgo (esquí, escalada…) o de impacto excesivo (spinning, triatlon…).

¿Y cuándo parar de hacer ejercicio durante el embarazo?

Si el embarazo continúa sin dificultades, el segundo trimestre sigue siendo una etapa perfecta para la práctica de ejercicio, cuando el peso corporal de la futura mamá aún no ha aumentado demasiado.

El el tercer trimestre, ya avanzado el embarazo, seguramente habremos de rebajar el ritmo de ejercicio, pero a cambio podemos iniciar o intensificar los ejercicios de preparación al parto. Algunos ejercicios son menos recomendables en esta etapa, como el ciclismo, por la pérdida de equilibrio que puede suponer el gran volumen de la barriga.

Y, hasta el último momento antes de que nazca el bebé, caminar a buen ritmo es la mejor de las opciones, segura y favorecedora de la llegada del parto de manera natural una vez hemos alcanzado las 38 semanas. En la recta final del embarazo, facilita el trabajo de parto debido al balanceo pélvico que se produce durante la caminata, cuando se va produciendo el borramiento del cuello uterino en la primera fase del parto, la dilatación precoz o latente.

Otra cuestión es que hayamos de interrumpir el ejercicio porque se produce alguna dificultad o riesgo para el embarazo y nos manden reposo.

Dejaremos de hacer ejercicio y acudiremos al médico si tenemos alguno de los siguientes síntomas: hemorragia vaginal, dificultades o esfuerzo para respirar, mareos, dolor de cabeza, molestias en el pecho, debilidad muscular, dolor o hinchazón en las pantorrillas, contracciones, reducción en el movimiento del feto, visión borrosa o pérdida de líquido por la vagina.

En definitiva, desde el primer momento si no existe riesgo para el embarazo podemos practicar ejercicios suaves y adecuados para esta etapa. Es importante confirmar con el médico que el ejercicio que practicamos no es perjudicial o que nos aconseje qué sería lo mejor si no estamos habituadas a ninguna actividad física.

La vacuna antigripal previene partos prematuros y complicaciones respiratorias

Las mujeres embarazadas no están exentas en época invernal de contraer infecciones respiratorias como la gripe, que en su caso puede desencadenar complicaciones en el embarazo como parto prematuro e infecciones respiratorias, también problemas en el desarrollo fetal.

Es por ello que la prevención es la herramienta principal para evitar estas complicaciones en el embarazo, y eso se logra mediante las vacunas, que las gestantes deben colocarse. Esta vacuna logra reducir los cuadros respiratorios febriles un 36 por ciento, también es menor la infección respiratoria en el bebé.

En efecto, los estudios han hallado cifras de reducción de la enfermedad gripal en el recién nacido del 63 por ciento hasta los 6 meses de edad y de entre un 39 y un 92 por ciento en cuanto a la reducción de hospitalizaciones por gripe, y ya que los niños no pueden ser vacunados antes de los seis meses de edad, es la madre la que transmite sus anticuerpos.

Pero sin embargo, pese a que el 90,3 por ciento de las mujeres embarazadas sabe que la gripe es un riesgo importante en su salud y en la de su hijo, al tiempo que el 54 por ciento cree que la vacuna es una forma eficaz de prevención, las tasas de vacunación alcanza apenas al 22,7 por ciento de las embarazadas.

Jose María Lailla, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, explicó que “los episodios cardiorrespiratorios atribuidos a la gripe son cinco veces más frecuentes entre las embarazadas que entre las no embarazadas, por lo que la vacunación de este grupo de riesgo es fundamental dada la vulnerabilidad de madres y recién nacidos frente a la gripe”.

Cabe recordar por último algunas de las complicaciones derivadas de la gripe en el embarazo: complicaciones funcionales relacionadas con parto prematuro, niños de bajo peso, menor desarrollo según la edad de gestación, y otras complicaciones de menor importancia pero que en alguna ocasión obliguen a adelantar el parto.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Altos niveles de vitamina D en el embarazo protege a la madre de esclerosis múltiple

Las embarazadas con buenos niveles de vitamina D tienen un riesgo menor de desarrollar esclerosis múltiple, en comparación con aquellas que no tienen el mismo nivel de vitamina en sus cuerpos. Sin embargo, ese beneficio no alcanzaría al feto.

No casualmente, el estudio se realizó en Suecia, en el Hospital Universitario de Umea, ya que en este país con inviernos prolongados de pocas horas diarias de luz solar, se hace más evidente el efecto de la falta de vitamina D, la cual se ingiere con los alimentos pero se sintetiza con la exposición al sol.

Así, tras investigar muestras de sangre de casi 200.000 personas, se encontró que entre aquellas madres con altos niveles de la vitamina era menos frecuente la enfermedad, a una proporción de 61% menos.

Otro dato revelador es que dado que el estudio analizó muestras desde la década del 70’, y debido a que los niveles de vitamina D en la población general ha disminuido desde entonces, al igual que han aumentado los casos de EM, es posible entonces confirmar la relación.

El peso en el embarazo: cuánto se recomienda ganar y cómo controlarlo

El peso es una de las cuestiones que más llegan a obsesionar a las embarazas, tanto por los estereotipos de belleza actuales como por la importancia excesiva que le dan algunas matronas y ginecólogos que, mes tras mes, miran la báscula con aire amenazante y miradas de “te-has-pasado-un-huevo”, sin que realmente tenga demasiado sentido.

Digo esto porque son muchos los profesionales que se atreven a poner un límite al peso a ganar y muchos los que casi obligan a las madres a llevar un control exhaustivo de la comida en un momento, el embarazo, en que es muy variable el peso que puede llegar a coger una mujer así como variable es el hambre que tiene cada una.

Para todas aquellas futuras madres que sufren durante el embarazo por el peso que están cogiendo y para aquellas que sufren cada vez que van a la visita mensual para el control del embarazo vamos a ver hoy cuál es la mejor dieta durante el embarazo, cuál es el aumento de peso normal y cómo se reparte en el cuerpo y en las nuevas estructuras y el bebé.

Cuál es el aumento de peso normal

Pongamos que una mujer tiene un peso normal antes de quedar embarazada. Es posible que en las visitas mensuales alguien diga eso de “mamá, un kilo por mes, no más” y que la consulta de maternidad se convierta instantáneamente en una consulta de belleza premamá, porque es una frase que no tiene ningún sentido.

Lo recomendable, según los expertos, es que esta misma madre que tiene un peso normal gane, durante el embarazo, entre 11,6 kg y 16 kg. Sin embargo, como se dice habitualmente, cada cuerpo es un mundo, y hay mujeres (como Miriam, mi mujer) que ganan menos kilos y otras que ganan hasta 18 kg, teniendo todas ellas bebés sanos y siendo capaces de recuperar el peso de antes del embarazo.

Dicho de otro modo, el “kilo por mes” daría un total de 9 kg en todo el embarazo y, sin embargo, acabo de decir que hay mujeres que pueden llegar a ganar hasta 18 kg sin ser un problema, algo que nos da una media de dos kilos por mes y que hace que el consejo sea equivocado.

Lo importante no es hacer dieta, sino comer bien

Si una mujer llega a creerse eso de controlar mucho el peso puede caer en el error de tratar de no pasarse y acabar comiendo menos de lo que debe. Esta medida, a la que tan acostumbradas están muchas mujeres, que empiezan dietas a menudo, está contraindicada en el embarazo porque cuando se come poco se queman grasas y se generan los llamados cuerpos cetónicos, que pueden llegar al feto, siendo tóxicos, y dañar el sistema nervioso del bebé.

Lo importante entonces no es limitar lo que se come, porque no es el momento de hacerlo, sino elegir bien lo que la mujer come. Supongo que todas más o menos ya sabéis qué es lo más recomendable y además Lola lo comentó hace dos días, pero haciendo un resumen rápido, decir que lo ideal es comer sobretodo alimentos de origen vegetal (frutas y verduras), no pasarnos con las carnes rojas (máximo tres veces a la semana), siendo más recomendables las blancas, tomar lácteos desnatados, aceite de oliva, legumbres, comer alimentos integrales, como pan, cereales y arroz, en vez de harinas más refinadas, y dejar los alimentos que menos necesitamos, que son los que más anuncian en la tele y en las revistas, para momentos muy puntuales.

Ya que voy a engordar, aprovecho y como de todo

Después de explicar que una mujer no puede obsesionarse con el peso para evitar que coma de menos creo que es importante explicar también que es un error pensar que, ya que vas a engordar, los excesos no importan.

Como comentamos siempre que hablamos de los niños, no debemos preocuparnos demasiado por lo poco que comemos si hay comida disponible, porque el hambre es lo que nos pide comer y la saciedad lo que nos pide que dejemos de hacerlo. Estos mecanismos han permitido que la humanidad siguiera adelante por los siglos de los siglos (porque nadie tenía un nutricionista al lado hace tres mil años que le dijera cuánto y qué debía comer), y por ello debemos seguir haciéndoles caso.

Sin embargo hay mujeres que, como digo, aprovechan y utilizan el hambre para disfrutar de algunos placeres de la vida poco recomendables para el bebé, sobretodo si se hace abusando de ello.

Digo para el bebé porque los nutrientes que recibe un bebé dependen única y exclusivamente de lo que coma la madre. Si está todo el día comiendo “porquerías” o “comida basura”, eso será lo que reciba el niño (dicen que hay madres que se pasan tanto que hay niños que salen pidiendo el juguete del Happy Meal y todo…).

Por otra parte, cuanto más peso gane una mujer con la comida como causa más difícil será después volver al peso de antes y más fácilmente engordará siempre. Esto es porque la gordura de una persona depende en gran cantidad del número de adipocitos (células grasas) que tiene bajo la piel.

Cuando una persona come por encima de lo que necesita los adipocitos se hacen cada vez más grandes, aumentando el volumen de la persona. Si tiene pocos adipocitos engordará más lentamente que una persona que tiene muchos de ellos y, según se dice, si eres capaz de engordar 4 kg por la comida, no sólo habrá aumentado el tamaño de los adipocitos que ya tienes sino que habrás conseguido crear adipocitos nuevos (que no se destruyen y que harán que luego te cueste más perder peso y menos engordar).

¿Si como poco mi bebé puede ser más pequeño?

Pues sí, si limitas mucho la ingesta y te faltan nutrientes puede suceder que tu hijo pese poco al nacer, por eso se recomienda no pasar hambre bajo ningún concepto y comer de manera equilibrada y sana.

¿Si como de más, el bebé será más grande?

Se decía antiguamente que una mujer embarazada tenía que comer por dos. Bien, tiene que comer por ella y por el bebé, por dos personas, pero no tiene que comer multiplicado por dos, por todas las razones ya expuestas. Si una mujer decide comer de más para conseguir que su bebé sea más grande, debe saber que la que se lleva los kilos de los dos, en este caso, es ella y no el bebé. Es decir, si comes de menos sí puede ser más pequeño, pero si comes de más (de lo recomendado), el bebé no crecerá hasta el infinito y más allá.

¿Y el peso que he ganado, de dónde proviene?

No es una pregunta que se hagan las mujeres muy a menudo, porque se suele ver el aumento de peso repartido por todo el cuerpo a simple vista, pero puede ser interesante saber cómo se reparte el peso que gana una mujer.

Si cogemos como promedio en ganancia de peso 12,6 kg, éstos kilos se repartirían de la siguiente manera:
  • Volumen sanguíneo: 1,3 kg.
  • Pecho: 0,4 kg.
  • Útero: 1 kg.
  • Feto: 3,4 kg.
  • Placenta: 0,7 kg.
  • Líquido amniótico: 0,8 kg.
  • Grasa: 3,5 kg.
  • Líquido retenido: 1,5 kg (aunque puede llegar a los 4,5 kg).
Como veis, una vez nace el bebé y sale la placenta y el líquido amniótico se “pierden” de golpe unos 5 kg. Luego, a medida que pasa el tiempo, con la lactancia quemando calorías y con un bebé y luego niño (que agota a cualquiera) haciendo que la madre no pare, el peso va reduciéndose poco a poco. Para ello además hay que seguir comiendo bien y haciendo algo de ejercicio si queda tiempo, para evitar oxidarse demasiado.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Primeros síntomas del embarazo

Aunque no se aprecie desde fuera, el cuerpo de la mujer se transforma desde la concepción. Cansancio y sueño constante son algunos de los síntomas que hacen que la futura mamá sospeche que puede estar embarazada antes incluso de hacerse el test de embarazo. Pero hay más.

No todas las embarazadas experimentan los mismos síntomas, o al menos no con tanta intensidad. El organismo de cada mujer es diferente, y no hay dos gestaciones iguales. Pero estos son los más comunes.
Principales síntomas de embarazo

Náuseas

Suelen deberse al aumento de la hormona gonadotropinacoriónica (HGC) u hormona del embarazo, que alcanza sus niveles más altos en el organismo en el primer trimestre de gestación.

Algunos ginecólogos también atribuyen las naúseas a factores emocionales y dicen que por eso hay muchas mujeres que no las sufren, e incluso embarazadas que las tienen en un embarazo y en otro no. Ligado a las náuseas también se da un aumento de la salivación (sialorrea).

Aumento del pecho

Además se vuelve más sensible por la influencia de la hormona progesterona. La areola de los pezones se oscurece y a veces incluso se agranda y aparecen unos pequeños bultitos a su alrededor quese llaman los nódulos de Montgomery.

Más ganas de hacer pis

Se deben a la presión de útero, que va creciendo sobre la vejiga, y a los estímulos hormonales, que aumentan la sensibilidad de la pared de la vejiga.

Cansancio y somnolencia

Son consecuencia del aumento de la hormona colecistocinina. Sus niveles en el organismo van disminuyendo a partir de cuarto mes de gestación.

Retraso de la regla

La amenorrea o falta de la regla es uno de los indicios más evidentes del embarazo, sobre todo si ya se ha notado algún otro síntoma. Pero algunas mujeres tienen ciclos menstruales irregulares y no sospechan nada hasta que empiezan a notar otros síntomas. Por eso, las mujeres con ciclos menstruales irregulares deben confirmar odescartar cuanto antes un posible embarazo.

Una única copa de vino en el embarazo afecta la inteligencia del bebé

Una investigación llevada a cabo por las universidades británicas de Oxford y Bristol, determinó que no existen niveles seguros de ingesta de alcohol en el embarazo, y que incluso una pequeña cantidad podría tener consecuencias poco deseables en el feto.

Así, tras analizar el coeficiente intelectual de 4.000 niños, se encontró que beber de una a seis unidades de alcohol durante el embarazo – lo que se considera un consumo moderado – afectaría el coeficiente intelectual del futuro bebé.

Es que si bien está generalizada la recomendación de no beber alcohol en el embarazo, lo cierto es que existen inconsistencias con respecto a lo que ocurre si la mujer bebe pequeñas cantidades.

La investigación determinó que existen cuatro variantes genéticas que metabolizan el alcohol en el feto cuando su madre bebe, encontrando que se relacionan con un menor coeficiente intelectual, medido a los ocho años de edad: casi dos puntos menos de media que aquellos cuyas madres no bebieron.

“Queda en cada mujer decidir si bebe o no durante el embarazo, nosotros solo queríamos dar evidencias. Pero recomendamos evitar el alcohol. ¿Por qué arriesgarse?”, explicaron los científicos.

No obstante, muchos especialistas aún sostienen que pequeñas cantidades son seguras para el feto.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Las mujeres con trastorno bipolar y las complicaciones en el embarazo

Investigadores de la Universidad de Uppsala y del Karolinska Institutet de Suecia han publicado en la revista médica BMJ un trabajo en el que han profundizado en las complicaciones en el embarazo de las mujeres con trastorno bipolar para tratar de determinar en que casos es necesario usar medicación durante la gestación y en cuales los riesgos son mayores que los beneficios.

Analizaron los datos de diferentes registros nacionales de salud y compararon los historiales de mujeres con trastorno bipolar tratadas con medicamentos, de mujeres con este trastorno que no recibían tratamiento farmacológico y los datos generales. Tuvieron en cuenta el ajuste de factores como el tabaco, el sobrepeso o el uso de alcohol y tóxicos, aunque parece ser que estos riesgos añadidos eran más frecuentes en las mujeres con trastorno bipolar.

Algunos de los medicamentos que se usan para tratar el trastorno bipolar pueden tener ciertos efectos adversos en el embarazo y aumentar las posibilidades de malformaciones. Pero, por otro lado, el bajo peso según la edad gestacional y el menor perímetro craneal se asocian a trastorno no tratado.

Aunque, al final del estudio, no se han podido concluir grandes diferencias en estos parámetros y en otros como la necesidad de cesárea o el parto prematuro dependiendo del uso o no de medicación para el trastorno bipolar.

Al final del estudio la conclusión queda abierta. No se trata de un debate entre tratar o no tratar, sino de valorar lo riesgos en los embarazos de mujeres con trastorno bipolar e informar a la paciente, ofreciéndole el apoyo que necesita para ayudar a su integración.

martes, 6 de noviembre de 2012

Aminoácidos en la dieta previenen preeclampsia

Un grupo de científicos de la Universidad Nacional de México encontró que lograron prevenir la preeclampsia en un grupo de pacientes de riesgo, administrando el aminoácido L-arginina en la dieta de las gestantes.

Recordemos que la preeclampsia o toxemia del embarazo es una condición cuyas causas se desconocen, que causa hipertensión y puede llevar a la muerte materna y fetal, razón por la cual la única solución posible en terminar con el embarazo – que en casos afortunados donde ocurre a una edad gestacional apropiada, acaba con un bebé prematuro que finalmente logra sobrevivir –. Se trata de una de las más preocupantes complicaciones del embarazo.

Esta enfermedad aparece después del quinto mes de gestación y sus síntomas son la hipertensión, además de presencia de proteínas en la orina. Una vez que se confirma el diagnóstico, puede evolucionar a un cuadro de daño neurológico potencialmente letal llamado eclampsia. Otro riesgo es el de hemorragias por hipertensión.

Si bien hasta ahora no había medidas concretas para prevenir esta enfermedad – más que tratar de llevar una vida saludable, lo cual no garantiza que finalmente ocurra – este ensayo en México encontró que administrar suplementos de L-arginina fue beneficioso y logró la prevención en mujeres con riesgos.

La L-arginina está presente en los alimentos con proteínas, también en algunos vegetales, en el aceite de oliva, en frutos secos y semillas. Es una fuente de compuestos vasodilatadores. Las células de los vasos sanguíneos la transforman en un compuesto llamado óxido nítrico.

“La lógica fue utilizar suplementación del aminoácido para que la paciente tuviera disponibilidad del compuesto que sirve para abrir los vasos sanguíneos y contrarrestar la hipertensión”. Con esta terapia, administrando el suplemento en forma de barras alimenticias – como las barras de cereal que conocemos – lograron que la mitad de las mujeres con riesgos evitaran la preeclampsia.

Así, si bien es probable que estas mujeres tengan la predisposición a la preeclampsia, con este suplemento se han defendido eficientemente de ella.

De esta manera, con nuevos estudios más amplios, se podría llegar a un protocolo que administre a la embarazada suplementos de L-arginina, tal como hoy ya se hace con el ácido fólico en la etapa pregestacional y durante el primer trimestre.

miércoles, 31 de octubre de 2012

El ejercicio moderado reduce el estrés y mejora el ánimo durante el embarazo

Es un hecho conocido que a veces el embarazo no es ningún lecho de rosas, y que la situación en sí de esperar un bebé – sumado quizá a otras cuestiones en la vida de la mujer – suman estrés o alteran el ánimo de la mujer, teniendo en cuenta además que las hormonas no ayudan tampoco a sentirse mejor.

El ejercicio moderado logra disminuir considerablemente los niveles de estrés en el embarazo, al tiempo que ayuda a mejorar el ánimo. Teniendo en cuenta que entre el 10% y el 30% de las mujeres padece de depresión en el embarazo y que esta dolencia puede tener un impacto negativo en el desarrollo cerebral del feto, actividades aeróbicas moderadas pueden ser de gran ayuda.

Este ejercicio moderado mejora también otros factores como el peso materno, evitando el sobrepeso que a su vez conlleva tendencia a la obesidad en el bebé, y tiene beneficios en la tolerancia de la madre a la glucosa.

Los beneficios del ejercicio abarcan también al sistema cardiovascular del feto, como también hay una positiva influencia en el tipo de parto e incluso en el posparto.

Por todos estos beneficios del ejercicio en el embarazo, presentados recientemente en el  III Simposio Internacional EXERNET y la II Convención de Postgraduados INEF, es que las mujeres sanas no deben dejar de practicar actividad física en el embarazo.

viernes, 26 de octubre de 2012

Ventajas del segundo embarazo: resolvemos tus dudas

Todo el mundo afirma que el segundo embarazo siempre es más fácil. Sin embargo, a muchas madres les surgen dudas: ¿qué efectos tendrá la segunda gestación? ¿Cómo se lo tomará el mayor? ¿Cómo puede organizarse para pareja para criar a dos niños?

Cuando viene el segundo niño, las preguntas se acumulan y las respuestas que hallamos no siempre son tranquilizadoras. Te contamos las particularidades de un segundo embarazo que te ayudarán a superar la maravillosa prueba de traer al mundo una nueva vida.

¿Supone doble trabajo tener un segundo hijo?

Para Ana Fernández, directora del centro Mi Matrona, de Málaga, especializado en embarazo y familia, “es frecuente tener cierta ansiedad, sobre todo si la mujer ya ha vivido el primer hijo con la sensación de no haber podido dedicarle todo el tiempo que deseaba y teme que eso se repita”.

Pero ese doble trabajo se puede afrontar mejor si recordamos de dónde venimos. Como explica Isabel García, de Positiva Apoyo Psicológico, “esta fase se puede superar enseguida si la pareja analiza lo que ha aprendido del primer embarazo, porque se dará cuenta de que ahora están más preparados”.

¿Las mismas molestias y dolores en el segundo embarazo?

En el segundo embarazo también hay molestias físicas anunciadas que preocupan a las madres reincidentes, como dolores al estar de pie, sensación de peso en los genitales o escapes de orina al estornudar. Se deben a que el suelo pélvico, en un segundo embarazo, está más deteriorado, en especial si no lo hemos fortalecido. Aunque estos inconvenientes no siempre se verifican, conocer su origen ayuda a sobrellevarlos si se presentan.

Lo mismo ocurre con las contracciones, en ocasiones dolorosas, que pueden alarmar a la embarazada por segunda vez. La madre nota la diferencia con el parto anterior y se preocupa cuando en realidad lo que ocurre es que el útero tiene “memoria” y suele contraerse a causa del cansancio. Si bien eso no indica que el parto vaya a adelantarse, puede resultar muy molesto. Pero si en la fase previa al segundo embarazo hemos realizado los ejercicios de Kegel, muchas de esas molestias llegan a ser casi imperceptibles.

En muchas mujeres, la barriga crece más rápido debido a que los músculos abdominales han perdido tono en el embarazo anterior. Y los movimientos del feto suelen percibirse antes, hacea la 16ª o 17ª semana, debido a que la madre está más sensible.

¿Es mejor el parto en el segundo embarazo?

En el segundo embarazo el parto suele ser mejor, porque ya no hay fase de preparto, es decir, cuando el cuello del útero se tiene que ablandar, acortar y centrar, esa etapa ya está cumplida, aunque hayan pasado diez años desde el primero. El útero también es más flexible, por lo que el trabajo de parto del segundo bebé suele ser más breve.

También la vagina es más elástica puesto que no es la primera vez que un bebé pasa por el canal vaginal y todo ello suele contribuir a que el trabajo de parto resulte menos duro. Y ya que el parto es más fácil, se pierde menos sangre y hay menor riesgo de anemia en la etapa posterior. Además, la madre es una colaboradora más eficaz, ya sabe empujar, comprende mejor las instrucciones del ginecólogo o la matrona y está menos asustada.

Café, galletas y bocadillos reducen el peso al nacer

Sabemos que lograr un buen peso al nacer es un factor de buena salud del recién nacido. Sin embargo, ingerir alimentos poco saludables podría hacer que el bebé nazca con menos peso.

El problema radicaría en consumir alimentos con alto contenido de acrilamida, como las patatas fritas, los chips, las galletas, los cereales o el café, que producen un menor peso del bebé al nacer y una menor circunferencia del diámetro craneal.

Estos datos se desprenden de un estudio realizado en Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España sobre la dieta de 1.100 mujeres embarazadas y sus recién nacidos, a cargo del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y la Universidad de Estocolmo (Suecia).

La diferencia entre quienes llevan una dieta de alimentos poco saludable con altos índices de archilamida puede ser de hasta 132 gramos en el peso del bebé y 0,33 centímetros en el tamaño de su cabeza. Esta sustancia se forma al freír, asar, tostar u hornear alimentos ricos en carbohidratos como las patatas fritas, chips, bollería o cereales de desayuno. Su efecto adverso es comparable – incluso – al del tabaquismo.

Un peso bajo al nacer, además, se relacionaría con otras dolencias durante la vida como estatura reducida, aumento de la incidencia de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus tipo 2 y osteoporosis.

Lo que el estudio ha logrado confirmar es que esta sustancia atraviesa la placenta y, por lo tanto, existe un particular riesgo para la salud del feto.

Recuperar el suelo pélvico después del parto

Despues del parto nos encontramos con cambios que se reflejan en nuestra apariencia física, y otros menos visibles para los demás, pero que requieren de nuestra atención tanto o más que los primeros.

Recuperar el suelo pélvico es uno de los Cuidados Postparto de más importancia, por eso hoy en nuestro especial vamos a hablar de diferentes formas con las que podemos conseguirlo.

Ejercicios de Kegel para rehabilitar la zona

Tras el nacimiento del bebé (sobre todo si el parto ha sido natural), este sistema de músculos y ligamentos que mantiene en su posición y controla la vejiga, el útero y el recto puede haber sufrido algún trastorno que se refleje mediante incontinencia urinaria o fecal y dolor pélvico, en mayor o menor grado.

Los ejercicios de Kegel (que muchas mujeres ya empiezan a practicar desde el embarazo) ayudan a mejorar tanto la fuerza muscular como su elasticidad e incrementan el cierre uretral, previniendo o evitando así la pérdida de orina y haciendo que poco a poco se fortalezca y recupere toda la zona de la pelvis.

Algunos de estos ejercicios, que anteriormente ya habíamos comentado, pueden realizarse al poco de dar a luz. La respiración es muy importante para hacerlos correctamente, tal como muestran en el siguiente vídeo.




Una vez controlamos la respiración, podremos realizar los ejercicios de Kegel básicos en cualquier momento o lugar, aunque lo más cómodo es estando sentadas o tumbadas, contrayendo los músculos del suelo pélvico durante unos segundos (de 3 a 10), descansando y volviendo a contraer. También resulta útil para identificar los músculos que debemos ejercitar, cuando vayamos a orinar aprovechar para controlar el flujo de orina, apretando y soltando los músculos.

En cuatro o seis semanas ya se empiezan a notar mejoras, aunque para seguir avanzando también se pueden utilizar como complementos las bolas chinas o los conos vaginales.

Yoga y Danza del Vientre dos ejercicios que ayudan

Es importante no empezar a ejercitarnos hasta que nuestro cuerpo no se haya recuperado, ya que los esfuerzos abdominales u otros movimientos pueden causar o empeorar los problemas de incontinencia, en lugar de repararlos.

Pasada la cuarentena y de forma gradual podemos ir iniciándonos en algunas prácticas como el Yoga o la Danza del Vientre, con las que además de recuperar la figura, también rehabilitamos el suelo pélvico, ya que en gran parte se basan en la respiración profunda y la gimnasia hipopresiva, y con ambas se fortalecen sin dañarlos todos los músculos de la zona.

Lo mejor es que además estas actividades podemos realizarlas sin separarnos de nuestro bebé, tanto en clases especializadas, como desde casa con la ayuda de algún vídeo o libro. Además resultan gratificantes, entretenidas y una buena forma de trabajar la zona casi sin darnos cuenta, relajándonos y mejorando a la vez nuestro humor.

viernes, 19 de octubre de 2012

Cáncer de mama durante el embarazo: diagnóstico y tratamiento

El cáncer de mama es el tumor maligno que con mayor frecuencia aparece en mujeres embarazadas, tras el parto o durante la lactancia. ¿Sabes qué precauciones debes tomar y qué peculiaridades tiene su tratamiento?

Lo más importante para la prevención del cáncer de mama es el diagnóstico precoz, por eso, durante el embarazo se deben realizar revisiones periódicas con el ginecólogo y, si este detecta cualquier alteración en la exploración mamaria, es preciso realizar las pruebas para el diagnóstico sin retrasarlas hasta después del parto.

Cómo se diagnostica el cáncer de mama en embarazadas

El método de diagnóstico es igual que en la mujer no embarazada, con algunas peculiaridades:

- Mamografía: supone un riesgo mínimo de exposición a radiación para el feto, siempre que se emplee la protección adecuada. Sin embargo, en el embarazo, la mamografía no se debe realizar como prueba de rutina, ya que no es la prueba más válida debido al aumento de densidad de la glándula mamaria propia de la edad y del embarazo.
- Ecografía: es una prueba muy empleada durante el embarazo, ya que no emite radiación y permite el estudio de una mama densa, típica del embarazo.
- Biopsia: es el diagnóstico definitivo de la lesión y se puede realizar de manera segura con una punción aspiración de aguja fina (PAAF) o con una biopsia de la zona. En esto no se realizan diferencias respecto a la mujer no embarazada.
- Estudio de extensión: se debe evitar la realización de TAC, debido a la elevada radiación que puede recibir el feto. Es posible realizar con tranquilidad ecografía abdominal y Rx de tórax, con protección sobre el feto.

Posibles tratamientos para el cáncer de mama en el embarazo

Cirugía: es el primer tratamiento que se realiza en la mayoría de las mujeres con cáncer de mama durante el embarazo. La anestesia no supone un riesgo para el feto, ya que la paciente es asistida durante la intervención por un anestesista que controlará las constantes en todo momento. La técnica quirúrgica más empleada es la Mastectomía radical, debido a que con la cirugía conservadora (tumorectomía o cuadrantectomía) es necesario administrar Radioterapia postcirugía y esto no es aconsejable durante el embarazo. La cirugía conservadora solamente sería posible si la radioterapia sobre la mama se pudiese demorar a después del parto.

Radioterapia: puede suponer un riesgo potencial para el feto aunque no reciba directamente el haz de radiación, ya que durante el tratamiento se produce radiación dispersa. No debe ser administrada a mujeres embarazadas con cáncer de mama en estadios tempranos, ya que puede causar daño al feto. En mujeres con cáncer de mama en fases más avanzadas no debería administrarse durante los 3 primeros meses de embarazo

Quimioterapia: esta no debe darse durante el primer trimestre de la gestación, ya que los fármacos llegan al feto y puede dar lugar a malformaciones (teratogénesis). Después del primer trimestre, generalmente no está relacionada con un riesgo elevado de alteraciones fetales, pero puede estar relacionada con el parto prematuro y la pérdida fetal. El riesgo de malformación fetal en el 2º y 3º trimestre se estiman en un 1,3%.

Tratamiento hormonal: los estudios sobre tratamientos hormonales como terapia única o en combinación con quimioterapia para cáncer de mama en mujeres embarazadas son escasos. Por tanto, la eficacia de la terapia hormonal, sola o con quimioterapia en mujeres embarazadas, aún no ha sido determinada.

sábado, 13 de octubre de 2012

Mala alimentación en el embarazo predispone al bebé a la diabetes

La falta de nutrientes durante el embarazo podría generar en el bebé una predisposición a la diabetes, de acuerdo a distintos estudios. En efecto, una mala nutrición en los dos primeros trimestres de la gestación puede producir una alteración en el páncreas del bebé en formación, lo que a largo plazo predispone a la diabetes.

Estos datos llegan de México, donde buena parte de los diabéticos vive en la pobreza, lo que llevó a investigar y determinar que la mala nutrición materna ha influido en este hecho. En efecto, así como es importante que la madre no acumule sobrepeso en esta etapa, el balance nutricional de su dieta es igual de trascendente para la óptima salud de su futuro hijo.

El dato es relevante también para aquellas mujeres con conductas extremas con respecto al aumento de peso, que las lleva a comer por debajo de sus necesidades de nutrición y las de sus hijos.

La embarazada con inadecuado consumo de grasas y carbohidratos se expone al acumulo de lípidos al generar resistencia a la insulina y con ello una inadecuada absorción de azúcar, con lo que este elemento se mantiene circulante en la sangre por más tiempo y promueve así el desarrollo de diabetes.

Pero también, limitar la ingesta en demasía se traducen en un mal funcionamiento pancreático y esto desencadena la diabetes.

En la dieta de la embarazada, se deben privilegiar los alimentos que prevengan el estrés oxidativo, es decir, los de color verde, rojo y naranja por su enorme aporte vitamínico.

La dieta debe estar constituida por 50% de carbohidratos, no más de 30% de grasas y el resto de proteínas. Tampoco debe faltar el ácido fólico en las primeras etapas, que generalmente se administra en forma de suplementos.

lunes, 8 de octubre de 2012

Haciendo sitio al bebé ¿Qué es el síndrome del nido?

En las últimas semanas de gestación, muchas mujeres manifiestan un deseo repentino e irrefrenable de ultimar todos los preparativos antes de la llegada del bebé: organizan la casa, limpian todo bien, colocan las cosas del niño… Es lo que se conoce como “síndrome del nido”.

El « síndrome del nido» o « instinto de anidamiento» es un estado de hiperactividad característico del último tramo del embarazo es más frecuente entre las primerizas. También se da, de alguna forma, en los animales (antes de parir, las hembras suelen preparar el nido para acoger a la nueva camada).

¿Qué es el síndrome del nido?

No es más que un reflejo de la ansiedad de la futura madre ante lo que ya es inminente (el parto y la llegada del bebé).

El deseo de hacer cosas y de tenerlo todo a punto resulta tranquilizador y, además, distrae de los temores, lógicos que suelen surgir en el último mes.

Evita realizar grandes esfuerzos

Sin embargo, este no es el mejor momento para realizar grandes esfuerzos. Conviene que la embarazada descanse y no malgaste sus energías.

Sí es aconsejable revisar la canastilla y cerciorarse de que se dispone de lo imprescindible, pero la futura mamá debe procurar relajarse.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Insuficiencia venosa en el embarazo

Los cambios fisiológicos y hormonales del embarazo predisponen a la aparición de insuficiencia venosa, sumado a otros factores como los genéticos y hábitos de vida.

Es que a medida que avanza el embarazo y al llegar a las últimas semanas, el peso del útero dificulta el regreso de la sangre desde los capilares en zonas como piernas y glúteos, al corazón, propiciando que aparezcan várices.

Además, la presión de la cabeza del bebé en la zona inguinal, no ayuda demasiado en este sentido, pues aumenta la presión sobre los vasos sanguíneos. Algunas mujeres ya padecen desde antes síntomas de dificultades circulatorias como hinchazón, pesadez y hormigueo en las piernas que deben informar a su ginecólogo a fin de que esté alerta.

Es que en caso de que exista una insuficiencia venosa preexistente, hay protocolos de medicación que harán que se eviten las complicaciones más graves de esta patología, que son los trombos, o coágulos que viajan desde las piernas a los principales vasos sanguíneos del cuerpo en pulmones y corazón.

Del 30 al 40% de las embarazadas padece insuficiencia venosa, sin embargo no lo informan a su ginecólogo. Hormonas de la gestación como el lactógeno placentario, los estrógenos y la progesterona alteran el tejido conectivo de las venas. Es importante hacerlo, como también seguir determinadas medidas que ayudan a que este cuadro se revierta o bien a evitar complicaciones graves.

Los coágulos pueden presentarse, generalmente, al quinto día de dar a luz, por eso las mujeres medicadas deben continuar tomando lo recetado por su doctor.

Por ejemplo, no utilizar ropa ajustada, y en caso de trabajar muchas horas en la misma posición, es importante mover las piernas cada hora durante unos minutos para activar la circulación.

También, hacer ejercicio, beber suficiente agua y comer muchas frutas y verduras ayuda a que la sangre sea más fluida y se estimula la circulación. También hay que controlar el aumento de peso en la gestación y dormir del lado izquierdo si se prefiere dormir de lado, para no comprimir la vena cava.

En casos que lo requieren, el médico puede indicar venotónicos naturales para fortalecer las venas, y el uso de medias de elastocompresión graduadas durante el día.

Retomar el ejercicio después del parto: Cómo y cuándo

Hacer ejercicio es una actividad gratificante que con toda seguridad estarás deseando retomar poco después del parto, pero es muy importante hacerlo de una forma segura y adecuada, por eso en nuestro especial Cuidados Postparto que estrenamos hoy, vamos a empezar por contarte algunas pautas sobre cómo y cuándo es mejor ponernos en forma.

Sin prisa, pero sin pausa. Si progresamos de forma gradual evitaremos riesgos y podemos conseguir, aunque tardemos algo más, muy buenos resultados.

Caminar, tu mejor aliado

Tanto si estabas acostumbrada a hacer deporte como si vas a animarte por primera vez, salir a caminar te ayudará a recuperarte y disminuir las molestias del postparto sin hacer un esfuerzo excesivo para el que tu cuerpo todavía no está preparado.

Hay que empezar por un ritmo pausado y espaciar las salidas en días alternos, con paseos de unos veinte minutos como máximo al principio. Conforme se vayan fortaleciendo los músculos ya irás aumentando el tiempo y el ritmo. También notarás como mejora la circulación de las piernas y que acumulas menos líquidos, lo cual supone un alivio considerable que te ayudará a seguir avanzando.

Es primordial aprender a escuchar bien el cuerpo (seguro que muchas ya lo habéis hecho durante el embarazo) y nunca obligarle a moverse más de lo que puede. Ante la duda, sobre todo durante la cuarentena es mejor pecar por defecto que por exceso, tenemos toda una vida por delante para recuperar la figura y en estos momentos tan delicados un ejercicio inadecuado puede incluso causarnos incontinencia.

Además pasear es una actividad que también beneficia al bebé, mejora sus sistema inmunológico, estimula sus sentidos y es una manera genial de salir los dos a tomar el aire y pasar un buen rato juntos, mientras empiezas poco a poco a quemar calorías.

Segundo paso, fortalecer la zona pélvica

Pasados los primeros cuarenta días aproximadamente y antes de que comiences a practicar ejercicios aeróbicos más intensos o de tonificación (como el resto siempre de forma progresiva) hay que dedicar un tiempo a fortalecer la zona pélvica.

La opción más conocida es mediante los ejercicios de Kegel, que seguramente ya habrás practicado durante el embarazo, pero también hay otros ejercicios que podemos ir incorporando a nuestra rutina como los que nos recomendó Mercedes Blanquet, presidenta de la Asociación de Fisioterapeutas Españoles del Suelo Pélvico o cuatro variantes sencillas para practicar con la ayuda de un fitball.

Como todavía es pronto para acudir al gimnasio también podemos practicar en casa si conocemos la técnica rutinas suaves de yoga o pilates, centrándonos más en la respiración e ir adquiriendo mejor postura corporal y no tanto en trabajar abdominales o glúteos, que es mejor reservar para un poquito más adelante.

Con paciencia, cariño y una buena aptitud para aceptar y valorar los cambios que vas notando en tu cuerpo, seguro que consigues no solo verte mejor si no también ganar en salud y llenarte de la energía necesaria que tu nueva situación requiere. ¿Te animas a empezar?

martes, 25 de septiembre de 2012

Los quesos en el embarazo

Existe una idea difundida de que las embarazadas no deben comer quesos blandos. Y puede que haya algo de verdad en todo ello, ya que hay motivos para tener ciertas precauciones. Es que hasta no hace tanto tiempo, no era seguro que los quesos que se estaban consumiendo estuvieran debidamente pasteurizados.

Es por ello que hasta hace poco se aconsejaba evitar los quesos blandos en el embarazo. Sin embargo, actualmente es posible saber fehacientemente que las marcas industriales de lácteos tienen rigurosos procesos de pasteurización que eliminan el riesgo.

Concretamente, son las bacterias listeria monocytogenes y brucella abortus, las que podían causar desde aborto espontáneo a malformaciones, o hasta la muerte materna en casos graves. Pero si consumimos quesos confiables, esto no tiene por qué ocurrir.

La mayoría de los productos lácteos que se fabrican en Europa están previamente pasteurizados. Sin embargo, es posible toparse con quesos hechos con leche sin pasteurizar, y en este caso los quesos blandos son los más propensos a tener bacterias nocivas. Por ejemplo, los quesos blandos de tipo artesanal, pueden ser perjudiciales.

Es mejor no comer en esta etapa quesos que no estén envueltos en un plástico precintado o aquellos que tengan un proceso de fabricación dudoso. También hay que ser precavidas con los quesos blandos que se dejan a medias, porque pueden contaminarse, en especial si permanecen en un ambiente caluroso.

En cualquier caso, lee atentamente las etiquetas de lo que consumes para asegurarte que los lácteos que tomes estén debidamente pasteurizados.