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Mostrando entradas con la etiqueta NIÑOS. Mostrar todas las entradas
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martes, 6 de agosto de 2013

Viajar con niños, ¿cuánto equipaje necesito realmente?

Las vacaciones con niños y bebés pueden significar el acabose de la habitabilidad familiar. En nuestras primeras vacaciones con un bebé nos lanzamos a llenar el coche de bártulos como si Benidorm fuera un paraje recóndito, sin los artículos de primera necesidad que nuestro bebé seguro va a necesitar durante el veraneo. Para evitar auténticos despropósitos, antes de viajar con niños conviene preguntarse ¿cuánto equipaje necesito realmente?

Los que somos ya veteranos en el asunto hemos ido perfeccionando nuestra logística para que las vacaciones con niños sigan siendo algo practicable y no una mudanza en toda regla. En nuestro caso particular, además de tener muchas niñas, somos muy viajeros por lo que no nos ha quedado más remedio que refinar nuestras técnicas de empaquetado y embalaje a marchas forzadas. Para muestra un botón, este es todo el equipaje que hemos traído los seis para pasar tres semanas de relax playero. Si quieren saber nuestro secreto no dejen de leer.

Los números tienen que cuadrar

Si uno va a pasar una semana en la playa no hay necesidad de llevar modelitos de baño para diez días, ni once pares de zapatos, ni siete libros para leer. En los viajes, como en las finanzas, las cuentas siempre deben cuadrar.

Si nuestro viaje es de hasta 10 días intento llevar ropa para no tener que lavar salvo imprevistos. Para estancias más largas, como en verano, llevo ropa para una semana para no tener que estar todo el día lavando.

Conjuntos enteros e indivisibles

Esto significa que por cada niña llevo siete conjuntos completos para cada día de playa o piscina. Ni más, ni menos. No llevo camisetas sueltas, ni calcetines que no peguen con nada, ni pantalones a gogó. Siete conjuntos de la cabeza a los pies. Sin más.

Además de los siete conjuntos diurnos llevo cuatro conjuntos nocturnos para los días que salimos a cenar con ellas, al cine o a la verbena, y las quiero llevar relimpias.

Esto exige la disciplina suficiente para dejar en casa ropa que podrían ponerse pero que excede el cupo de conjuntos por barba.

El Pantone en formación marcial

Para poder identificar más fácilmente a las niñas entre las muchedumbres veraniegas elijo para las cuatro conjuntos en tonos similares cada día. Así un día sólo tengo que perseguir bultos rojos y otro bultos verdes. Parece que no, pero cuando el número de niños incrementa, puede resultar muy útil.

Además tiene la ventaja de que vas llenando lavadoras de tonos uniformes y no te juntas con media lavadora de blancos, cuarto y mitad de oscuros y la parte proporcional de rojos.

Ropa de baño y otras minorías étnicas

En este epígrafe de nuestro equipaje debemos ser especialmente parcos, sobretodo si practicamos el veraneo habitual a cuarenta grados en las playas nacionales. Un niño necesita al día un máximo de dos bañadores. Para empezar porque pasará muy poco tiempo fuera del agua y, cuando esté fuera, con estos calores los bañadores se secan en un abrir y cerrar de ojos. Para ir sobrados llevamos tres bañadores por niña. No más.

A la ropa interior que tan poco se utiliza en verano le doy un uso triple como ropa de andar por casa y pijama-camisón. Las niñas duermen en braguitas y camiseta interior de tirantes. Si comemos en casa también les pongo la braguita y la camiseta para comer y dormir la siesta y así el conjunto diario me aguanta limpio para la tarde. Siete braguitas con sus siete camisteas que no abultan nada me hacen el apaño divinamente. Ni camisones ni batines de guatiné.

Calzado y otros bultos

Si hay algo que abulta en una maleta es el calzado. Llevar zapatos que combinen con cada modelito es un lujo que una madre de familia numerosa no se puede permitir. Mis niñas pasan el verano con unas menorquinas blancas que les quedan la mar de monas con pantalón, falda, vestido o lo que se tercie y unas chanclas de piscina.

Añado también una gorra y un par de gafas de sol por miembro de la familia.
Ropa de abrigo y otros por si acasos

Cierto es que a veces en verano refresca un poco por las noches. Si usted veranea por el norte a este apartado deberá dedicarle un poco más de espacio para el chubasquero, el pantalónn largo y un par de jerseys.

Pero para todos los aversos al riesgo meteorológico que nos lanzamos a los litorales mediterráneos, con una chaqueta blanca que pega con todo nos basta y nos sobra para todo el veraneo. Uno de cada dos veranos no llego a sacarlas del armario.

En el neceser sólo necesidades

Otro bulto que puede llegar a cobrar vida propia si no andamos con ojo es el neceser, esa suerte de cajón desastre que llenamos de cremas, geles, medicinas y toda suerte de cosas que seguro te venden en el súper de la playa al mismo precio.

Nosotros, por decreto ley, no transportamos nada que se pueda comprar en destino. Además, para evitar acabar el verano con medio millón de botes a medio usar convertimos la belleza en un tema familiar. A nadie le pasa nada por ducharse un par de semanas con gel infantil, darse la crema de sol 50+ del bebé o desenredarse el pelo con uno de esos sprays anti tirones.

En cuanto a las medicinas, sólo aquellas específicas si alguna de nuestras criaturas tiene alguna necesidad especial, un termómetro y un bote de ibuprofeno o paracetamol que todo lo cura. Para otras urgencias siempre habrá una farmacia de guardia.

Mi consejo es que no lleven un neceser por persona sino uno familiar, así se darán cuenta de la cantidad de artilugios que solemos llevar duplicados.
Juguetes y otros elementos decorativos

Uno de los encantos de irse de vacaciones es precisamente cambiar de aires. Aunque nuestros niños sean muy de sus rutinas y sus cosas no pretendamos convertir el apartamento costero en una réplica exacta de nuestra vivienda habitual.

En verano los niños pasan poco tiempo en casa y necesitan pocos juguetes. Además, los cubos y las palas, hacen las veces de cocinita divinamente y nos sirven para la playa y la piscina. Con comprar un set en el primer kiosco que te encuentres ya tienes el ocio veraniego cubierto.

Con los libros, los cuadernos de refuerzo y demás material seamos realistas, si el niño se ha leído dos libros en todo el curso escolar no se va a leer cinco en las vacaciones. Guardemos siempre unas proporciones razonables.

Supongo que no hará falta recordarles que los elementos de flotación se transportan deshinchados y sin cajas.

Toallas y otros personajes non gratos

Las toallas son el enemigo número uno de cualquier viajero minimalista que se precie. Si usted no veranea en casa de familiares o amigos y se ve obligado a transportarlas es una faena, no se lo voy a negar. Yo me ciño a una megatoalla familiar y una pequeña por cada dos niños.

Para terminar mucho ojo con los por si acasos que pueden dar al traste con toda nuestra logística veraniega, hay que ceñirse siempre a lo justo y necesario. Y no se olviden, antes de viajar con niños pregúntese siempre ¿cuánto equipaje necesito realmente?

martes, 30 de julio de 2013

Tips para preparar a tu hijo ante la llegada de un hermanito

Estás esperando tu segundo bebé y no sabes cómo va a reaccionar tu hijo. Aunque tú ya está preparada porque ya pasaste por una experiencia, tu hijo no lo está.

Contarle que va a tener un hermanito sin prepararte va a lograr que te llene de preguntas que, quizás, no puedas responder o no sepas. En esta nota te damos tips para que aprendas a contárselo.Tips para preparar a tu hijo ante la llegada de un hermanitoTips para preparar a tu hijo ante la llegada de un hermanito

1- Escoge el momento adecuado para comunicarles sobre tu embarazo

El momento indicado para compartirlo con tus hijos depende de su edad y nivel de madurez, por eso, debes tener en cuenta los siguientes puntos:

• Capacidad de tus hijos de asimilar la noticia. A partir de los tres o cuatro años los niños tienen la capacidad de comprender tu mensaje, aunque no necesariamente sus implicaciones.

• Cuando tu embarazo sea visible. De esta forma podrán ver los cambios en tu cuerpo y el proceso de preparación para la llegada del bebé.

• Los primeros 3 meses son cruciales para el embarazo, durante ellos se define. Los adultos alrededor le hablarán sobre el bebé, entonces es mejor que tu hijo sepa la noticia primero.

• Elige un ambiente estable. Si están pasando por alguna crisis familiar, empezando guardería o recuperándose de una enfermedad, espera a que el ambiente se normalice.

• Si la emoción no te deja esperar, cuéntale, quizá no comprenda aún las implicaciones de las noticias, pero al ver tu emoción sabrá que algo bueno está sucediendo en la familia.

2-Visita a otros bebés

Es difícil que le hables a tu pequeño sobre un bebé que no puede ver, percibir. Tienes algún amigo o familiar que ha tenido un bebé recientemente, puedes llevar a tu hijo a conocerlo.

Cuando estés ahí, explícale cómo ese recién nacido estuvo en la panza de su madre y ya nació. Cuéntale que lo mismo sucederá con tu bebé y que él será su hermano mayor.

3-Enséñale fotos de cuando era bebé

Cuando comprenda que él también fue bebés, lograrán entender más el proceso. También se va a entusiasmar, porque aprenderá que el nuevo bebé crecerá y tendrá una amigo más con quien jugar.

martes, 23 de julio de 2013

Niños: Hormona del crecimiento ¿cuándo está indicada?

La somatropina u hormona del crecimiento solo se recomienda en niños que sufren alguna enfermedad que impide que su organismo la metabolice. Siempre debe autorizarla un tribunal.

Calculadora de crecimiento según la altura de los padres.

La hormona del crecimiento o somatropina estimula el alargamiento de los huesos. El organismo la produce de forma natural, pero hay algunas enfermedades que impiden que el cuerpo la sintetice o la utilice como es debido.

En qué casos está indicada la hormona del crecimiento

Cuando el organismo no dispone de suficiente cantidad de somatropina, esta se administra desde afuera para que el niño pueda crecer. Pero el uso de esta hormona está restringido exclusivamente a pequeños que la necesitan, como los que tienen un problema de hipoactividad de las glándulas hipófisis y tiroides, alteraciones genéticas de los huesos o insuficiencia renal crónica.

La receta debe autorizarla un comité de médicos expertos, encabezado por un endocrinólogo.

En esos casos el pequeño paciente puede llegar a crecer entre dos y siete centímetros tras la administración de esta hormona durante varios años. En niños sanos que simplemente tienen talla baja, la hormona de crecimiento no se autoriza, porque su uso puede tener importantes efectos secundarios.

Si las curvas de crecimiento de tus hijos han estado siempre en un percentil muy bajo, puedes comentar tu preocupación con su pediatra, quien evaluará si es necesario descartar una falta de hormona del crecimiento.

La altura es hereditaria

Ahora bien, si los dos padres tenéis una talla baja, es probable que el doctor os diga que el patrón de crecimiento de vuestros hijos es normal. La talla es hereditaria, viene determinada por los genes; cuando los padres y los abuelos son bajos es difícil que los hijos sean altos.

Para que vuestros niños alcancen la máxima talla posible, hay que procurar que hagan ejercicio físico y tengan una dieta variada y equilibrada.

Cuidados después del sol para la piel de los niños

En verano toda la familia disfruta de la playa, y si bien muchos padres ya han tomado conciencia de la importancia de proteger la piel de los niños del sol, muchas veces ocurre que finalmente su piel termina quemada o reseca por efectos del sol, pero también por el agua del mar o la piscina, produciendo cierta irritación, por eso aprenderemos cuáles son los cuidados después del sol para la piel de los niños.

No hay que desconocer que el sol es importante para sintetizar vitaminas, por lo cual es beneficioso que los pequeños reciban un poco de sol, pero con muchas precauciones. Es que la piel de los niños es sumamente delicada, y pueden quemarse severamente tras un día al aire libre.

Por ello, nunca debe faltarles la pantalla solar total, en fórmulas hipoalergénicas especialmente formuladas para su piel delicada. En general, tienen un FPS superior a 45 ó 50.

Pero luego, es importante proveerlos de una adecuada hidratación, que mantenga la piel sana tras el día al sol. La loción post solar no debe faltar entonces en la maleta de las vacaciones. Así, la piel del niño se recuperará de la humedad perdida.

Siempre que te sea posible, utiliza productos formulados especialmente para niños, con fórmulas más suaves, o si no, para pieles sensibles. Procura que no tengan colorantes o perfumes que pueden irritar su piel. Las fórmulas infantiles son de textura ligera, más fáciles de extender y se pueden utilizar en el rostro y el cuerpo. Se absorben rápido y no suelen causar alergia, además son calmantes para el enrojecimiento.

Para evitar un excesivo desecamiento de la piel del niño, se recomienda bañarlos con agua dulce tras el baño de mar o piscina, para quitarles la sal o el cloro de sus pieles que son los que la dañan.

Procura cuidar las zonas de la piel “olvidadas” a la hora de aplicar pantalla solar, como el cuero cabelludo, las orejas, el empeine de los pies, la nariz, los hombros. Y que lleven siempre un sombrero, será una buena manera de mantener la cabeza fresca, y evitarles quemaduras en el cuero cabelludo y rostro.

viernes, 12 de julio de 2013

¿Qué hago si me separan del bebé tras el parto?

Me separaron de mi bebé cuando nació

Estamos deseando tener a nuestro bebé en los brazos, pero durante los primeros momentos tras el parto no ha sido posible, como ocurre con las cesáreas en la mayoría de las maternidades. O quizá todo fue bien pero nos separaron. O nuestro parto fue medicalizado y el bebé no nació alerta, y no se dio ese encuentro. O no nos separaron, pero no sentimos nada de lo que nos dicen otras mujeres que sienten, sino extrañeza y tristeza.

En las aves, el periodo crítico para establecer el vínculo tras el nacimiento dura apenas unos minutos y si el encuentro no ocurre en ese momento, no es posible recuperarlo. Sin embargo, los mamíferos, y especialmente los humanos, podemos establecer el vínculo con nuestros bebés a lo largo de un periodo que puede extenderse durante meses.

Es cierto que pasar juntos la hora que sigue al parto lo hace todo más fácil (la lactancia, el vínculo), pero ninguna de estas dos cosas son exclusivas de esta primera hora. Podemos recuperarla con un poco más de tiempo, con acciones y actitudes que recreen el escenario bioquímico y neurológico que necesitamos.

¿Cómo?

Recuperar el vínculo

1.Amamanta a tu bebé

Así se activan las hormonas que favorecen el vínculo y, además, tiene efecto antidepresivo y ansiolítico. Y si optamos por la lactancia artificial, démosla como si fuera materna: a demanda, siempre la misma persona, en brazos y buscando el contacto visual y corporal con el bebé.

2. Permanece piel con piel

Manten el mayor tiempo posible el contacto piel con piel, la piel desnuda, pues favorece la liberación de oxitocina y nos hace sentir al bebé «de otra forma».

3. Lleva a tu bebé pegado al cuerpo

Aunque no sea piel con piel, dentro de una bandolera o un cangurito, para que pueda escuchar el familiar sonido de tu corazón.

4. Juega con tu hijo

Hazle masajes, juega con él. El tiempo que le dedicas en exclusiva fortalece el vínculo y la seguridad en ti misma como madre y activa las hormonas responsables de estos procesos.

El Dr. Marshall Klaus, profesor de pediatría de la Universidad de California, cuenta en su artículo “Madre e hijo: los lazos emocionales tempranos”, que las enfermeras francesas del s. XIX observaron, cuando muchas mujeres con pocos recursos abandonaban a sus hijos en el hospital para que fueran adoptados, que las que los amamantaban al menos durante ocho días raramente los dejaban. En resumen, podemos recuperar ese vínculo estando juntos el mayor tiempo posible.

jueves, 27 de junio de 2013

Niños: Las palabrotas les fascinan

A partir de los cinco años, los niños sorprenden a sus padres soltando tacos sin mesura. Para ellos es un juego más, una forma de expresarse. ¿Qué deben hacer los padres para terminar con esta costumbre tan malsonante?

A estas edades los pequeños experimentan un desarrollo de su imaginación muy fuerte, cuentan con un amplio vocabulario y exploran su entorno social prestando muchísima atención a lo que hacen los demás, imitando todo lo que pueden. La mezcla de estas tres habilidades da como resultado, entre otras cosas, el descubrimiento del poder del lenguaje y, concretamente, del poder que tienen algunas palabras o palabrotas que, soltadas en el momento preciso pueden ser un auténtico golpe de efecto.

Por supuesto, ellos saben lo que está bien y lo que está mal. El problema es que acaban de descubrir que ser un poquito malos puede ser de lo más divertido.

¿Por qué les gusta decir tacos?

Los niños comienzan a decir palabrotas porque alguien a quien admiran las dice. Puede ser desde un dibujo de la tele hasta un amiguito del parque.

El hecho de que luego las repitan en casa o delante de otros adultos puede ser una manera de llamar la atención paterna porque, normalmente, tras la palabrota, los padres llevan a cabo un interrogatorio exhaustivo para ver de dónde ha sacado el crío esas cosas («¿Quién te ha enseñado eso?», «¿Con quién has jugado hoy?», «¿Qué has visto en la tele?»).

Otras veces, al niño lo que le apetece es seguir el juego porque le divierte ver cómo su madre se pone de todos los colores cada vez que él abre la boca.

Entre ellos es como un juego más, algo así como «a ver quién la dice más gorda», se parten de la risa e incluso se inventan palabros la mar de grotescos que ni ellos mismos saben qué significan, solo para divertirse.

Saben que están en el límite de lo prohibido, lo que les excita y divierte más todavía.

Las palabras malsonantes le hacen a uno más interesante. Y a los críos les encanta sentirse mayores, quieren demostrarnos que están a nuestro nivel.

En el fondo de las palabrotas también encontramos una forma de expresión emocional, ya que los pequeños todavía carecen de recursos para manifestar, por ejemplo, emociones como la rabia o la frustración.

Una palabrota reúne las condiciones necesarias para ser un buen vehículo de todos estos sentimientos negativos que el niño no sabe bien cómo expresar de otra manera: para él es mucho más fácil y sencillo decir «joder» que decir: «Me siento fatal porque hoy has jugado poco conmigo».

¿Qué actitud deben tomar los padres?

No hay que dramatizar. Todos (o casi todos) los niños pasan por la etapa de los «tacos» antes o después, es parte de su aprendizaje (social y verbal) y no conseguiremos nada si ponemos el grito en el cielo o amenazamos con castigos.

Evitar el enfrentamiento directo («¡Que te he dicho mil veces que no digas eso!») o la escalada de palabrotas. Sólo empeorarán la situación.

No hay que reírse de la ocurrencia de la criatura.

Si le ignoramos cuando dice tacos, lo más probable es que, en unos días, pierda el interés por ellos.
Conviene explicarle lo que significan sus palabras y tratar de que entienda que con ellas puede herir los sentimientos de los demás.

Ofrecerle alternativas para que pueda manifestar su enfado. Palabras menos fuertes como «mecachis» o «jopé» no son malsonantes y sí puede usarlas en nuestra presencia.

Predicar con el ejemplo. El niño repite todo lo que oye: en la tele, en el colegio y, sobre todo, en casa. Si nosotros usamos palabrotas, ¿por qué no va a poder hacerlo él? No va a entender que los adultos se desahoguen con ellas mientras que para él están prohibidas.

Trucos para evitar las palabras malsonantes

El juego de las transformaciones. Consiste en transformar sus palabrotas, cada vez que las diga, en todo lo contrario. Por ejemplo, si suelta un «cara culo», podemos responderle rápidamente con un «¡cara flores!». Añadirle un matiz de humor al asunto ayudará a relajarnos y el niño acabará comprendiendo que no merece la pena hablar mal.

Ayudarle a expresarse. Cuando el niño emplee una palabrota, en vez de regañarle podemos ofrecerle una palabra alternativa que sí pueda utilizar para expresar su malestar. Por ejemplo: «Lo que querías decir es que esta comida te parece una porquería, ¿no?».

Recompensas. Si le cuesta abandonar ese lenguaje, podemos motivarle poniendo una estrella en un corcho o una pizarrita cada día que pase sin decir palabrotas. Cuando haya cinco o seis estrellas (las que hayamos pactado), habrá una recompensa que, por supuesto, le tiene que hacer mucha ilusión.

Ofrecerle lecturas. Es un buen momento para ofrecerle libros entretenidos, adecuados a su edad y con chispa (con personajes ingeniosos que utilicen exclamaciones divertidas). De esta forma, el niño ampliará su vocabulario y puede que su atención se desvíe hacia otro tipo de lenguaje.

domingo, 23 de junio de 2013

Una aplicación para primeros auxilios en reanimación cardiopulmonar: RCP Pediátrica

A menudo os hablamos de aplicaciones de ocio y entretenimiento para los niños, pero también tenemos aplicaciones informativas para padres de gran interés, como esta de la que os hablamos hoy. La aplicación RCP Pediátrica pretende informar sobre la reanimación cardiopulmonar a bebés y niños.

Probablemente te hayas preguntado alguna vez qué hacer si tu hijo se atraganta o deja de respirar. Y tal vez te hayas informado sobre ello, hecho algún cursillo… pero, si se diera el caso, ¿podríamos reaccionar del modo adecuado?

Ese es un miedo que tengo, porque a pesar de haberme formado en primeros auxilios el estrés puede hacerte olvidar cómo actuar, y así lo he comprobado en algún caso (no con mis hijas sino con un alumno, afortunadamente en un caso no grave).

Por eso esta guía de primeros auxilios pediátricos puede ser muy práctica, además contiene una información muy completa y actualizada, basada en las últimas Guías Internacionales sobre Reanimación Cardiopulmonar de la European Resuscitation Council (ERC) de 2010. La App RCP Pediátrica está avalada por el Grupo Español de Reanimación Cardiopulmonar Pediátrica y Neonatal y por el Instituto Valenciano de Pediatría.

Está disponible para Ipad y Iphone y favorece el desarrollo de técnicas para actuar con el niño y el lactante en situaciones de asfixia o parada cardiorrespiratoria. Con vídeos, diagramas, fotos y textos, una vez instalada no requiere conexión a Internet.

La aplicación RCP Pediátrica sobre reanimación cardiopulmonar se puede conseguir en App Store o en Play Store por 0’89 euros. Esperamos no tener que echar mano de ella de manera precipitada, pero siempre viene bien actualizar nuestros conocimientos en este tema.

miércoles, 19 de junio de 2013

Por qué no hay que volver a la educación autoritaria que nos dieron nuestros padres

Leo y escucho a menudo críticas hacia los niños y jóvenes actuales y en muchas cosas estoy de acuerdo porque a mí también me preocupa el cambio radical que han dado muchos de ellos, lo irrespetuosos que llegan a ser algunos y lo impasibles que se muestran muchos padres y muchos profesores ante todo ello.

Mucha gente, convencida de que antiguamente estábamos mejor, porque al menos se respetaba a los maestros, había una cierta disciplina y lo que decía un padre iba a misa, sugiere volver a la educación autoritaria de antaño para que los mayores, los adultos, volvamos a tener autoridad. Sin embargo, esto es un error y por eso vamos a explicar hoy por qué no hay que volver a la educación autoritaria que nos dieron nuestros padres.

La confusión entre autoridad y autoritarismo

Las dos palabras empiezan con las mismas letras, pero no son lo mismo, y no todo el mundo parece tenerlo claro. Cuando alguien sugiere que debe volver el autoritarismo está pidiendo que los padres vuelvan a ejercer la presión que ejercieron los nuestros, el “aquí se hace lo que ordeno y mando”, el “cachete a tiempo para que esto no se me desmadre” y el castigo para enseñar a los niños las consecuencias de sus actos. A la vez, está pidiendo que en las aulas vuelvan los gritos, las copias infinitas, los castigos enviando a los niños a pasar la tarde en la clase de los pequeños y el “aquí se habla cuando yo digo y no se hable más”.

No, por Dios, esto no puede volver porque no podemos pretender enseñar a vivir a los niños con un trato que ni a nosotros nos gustaría recibir, no puede volver porque un niño no puede aprender bien si acude a un sitio a que le traten mal, desmotivado, y no puede volver porque cuando un adulto tiene que hacer uso de semejantes métodos para lograr la atención de los niños y para que le hagan caso es porque ya ha perdido la autoridad. Repito, para que quede claro: cuando se tiene que hacer uso del autoritarismo es porque se ha perdido la autoridad.

El problema, lo que ha sucedido, es que en la huida del autoritarismo, en la negación de toda presión hacia los niños, en la evitación de castigos y con el objetivo de dejar atrás aquella infancia, aquellos momentos que preferiríamos no haber vivido, muchos adultos se han quedado ahí, en la negación de lo que fue y a falta de construir algo mejor.

Parece que todo se rige por los nóes: “no podemos castigar”, “no podemos pegar”, “no podemos ponerles copias”, “no podemos gritar a nuestros hijos”, “no podemos humillarles” y es cierto, un ser humano, por pequeño que sea y por mucho que esté aprendiendo no merece nada de esto. Sin embargo sí merece algo, sí merece esa construcción de la educación que va más allá de la negación del autoritarismo, sí merece una educación positiva, basada en el respeto al prójimo, que tenga en cuenta también la negación de la permisividad en que se han estancado muchos padres, que han dado a sus hijos tanta libertad que en casa mandan ellos.

Los niños tienen que reconocer la autoridad de las personas adultas

No hay que recuperar el autoritarismo, pero sí hay que recuperar la autoridad y el respeto por las personas. Pero el respeto no es algo que se pueda imponer. De pequeños nos lo imponían, respetábamos a nuestros padres y adultos porque si no nos pegaban y nos castigaban, o eso creían. Eso creían porque no era respeto, era miedo, y el miedo no crea relaciones sociales sanas, nunca, porque son relaciones completamente asimétricas.

De igual modo, la autoridad no es puede exigir, uno se la tiene que ganar. Eso se consigue con los actos, con el modo de tratar a la gente, con el respeto que uno profesa a los demás y el que exige para sí. Los profesores tienen que recuperar la autoridad y los padres también, respetando a los niños y haciéndose respetar.

Los niños no son tontos. Si ven a un profesor entregado, que les escucha, que se preocupa por su trabajo, que se entrega para hacer de sus clases un momento digno de vivir, que aporta ideas y soluciones y que puede ser cercano con los alumnos, acaba por ser un profesor respetado, querido y con autoridad.

De igual modo, cuando un padre se preocupa por sus hijos, cuando les atiende, les escucha, les habla con respeto, les explica lo que está bien y lo que está mal, dónde han errado y dónde pueden mejorar, dónde erraba él de pequeño y cómo mejoró, un padre capaz de dar y recibir cariño, sus hijos acaban por respetarle y reconocerle la autoridad.

No, no hay que volver al extraño amor que nuestros padres nos dieron ni a la extraña “educación formasoldados mudos” que recibimos en las escuelas. Lo que hay que hacer es educar a los niños con diálogo y respeto, teniendo clara cuál es nuestra posición como educadores y/o padres, pero educarles, que ahora mismo, el uno por el otro (los padres por el colegio) la casa está sin barrer.

viernes, 14 de junio de 2013

Uno de cada cinco niños toma dos litros de bebidas energéticas al mes

Hace unos días Lola nos explicaba por qué no es bueno que los niños tomen refrescos y un estudio reciente realizado en California ha determinado que los niños toman más zumo del que deberían.

Tras estos datos que parecen indicar que los niños deberían beber más agua de la que están bebiendo vemos además otros datos que nos sorprenden por ilógicos: uno de cada cinco niños toma, de media, dos litros de bebidas energéticas al mes. Sí, ya sabéis, de esas que llevan cafeína y taurina, entre otras cosas.

Datos de una encuesta a nivel europeo

Estas cifras provienen de una encuesta publicada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), realizada a 52.000 personas de 16 países de la Unión Europea. En la encuesta se valoró el consumo de bebidas energéticas por grupos de edades que iban desde los 3 hasta los 65 años, siendo el grupo que nos ocupa el formado por niños de 3 a 10 años.

Poniendo las cifras en porcentaje, según los resultados obtenidos, el 18% de los niños de 3 a 10 años consume una media de dos litros mensuales de bebidas energéticas. Esto es algo que, como digo, parece ilógico e inexplicable, porque no veo cuál puede ser la razón de que tantísimos niños tomen bebidas estimulantes. Lo más curioso (y más lamentable aún) es que de todos los niños que toman dichas bebidas, el 16% son considerados consumidores crónicos, pues su ingesta mensual llega a ser de una media de 4 litros (0,95 litros por semana).

Efectos indeseables por tomar bebidas energéticas

Hace ya tiempo que el consumo de estas bebidas viene preocupando a la comunidad científica, en gran parte porque los grandes consumidores son los jóvenes adolescentes y también en parte porque los niños también acaban tomándolas, como hemos visto.

La revista Pediatrics publicó en 2011 un estudio en el que explicaban cuáles eran los efectos de tomar bebidas energéticas en niños, adolescentes y gente joven. Entre ellos se encuentra una menor sensación de bienestar, baja autoestima, depresión, peor rendimiento escolar, mala calidad del sueño, obesidad infantil, aumentos de la tensión arterial, interacciones con medicamentos que toman los niños, problemas dentales y óseos, etc.

¿Tan difícil es darles agua

De verdad que no acabo de entenderlo. ¿Por qué no beben más agua los niños? Entre zumos, refrescos y bebidas energéticas parece que el agua es la gran olvidada, cuando de todas las comentas es justamente la bebida que los niños más necesitan.

Las bebidas energéticas tienen una cantidad muy variable de cafeína, que puede ir desde 70 a 400 mg por litro, y los niños no necesitan cafeína. ¿O es que los padres han sustituido el vaso de leche por la mañana por un café y yo no me he enterado?

lunes, 3 de junio de 2013

Video: ¿Por qué es tan necesario que los niños hagan ejercicio?


La vida sedentaria no beneficia a nuestros niños y acarrea problemas como la ansiedad, la obesidad... Alejandro Escudero, de Caroli Health Club, nos lo explica en este vídeo y nos da las claves para poner en marcha a los peques.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Protección solar para bebés


Tratamiento para el sol de los más pequeños

Al contrario de lo que se pueda pensar, un cielo nublado deja pasar los rayos UVA y UVB del sol. Solamente detiene los rayos infrarrojos, por eso no sentimos sensación de calor pero podemos llegar a quemarnos. La piel de los más pequeños se puede ver muy afectada por esta circunstancia.

Asimismo, nos olvidamos a menudo que la luz visible y los rayos ultravioletas del sol pueden alcanzar la piel humana también indirectamente, al reflejarse sobre diversas superficies: sobre el agua un 20%, sobre la hierba un 10%, sobre la nieve un 85% y sobre la arena de un 15 a un 25%.

Por esta razón, es importantísimo que protejas tu piel y la de los más pequeños, ya que sin querer podréis sufrir daños.

Para que el bebé disfrute del sol sin peligro

La delicada piel de los bebés y de los niños es la que más sufre en el verano. Dermus, la Asociación de Clínicas privadas en Dermatología, aconseja seguir una serie de cuidados que ayudarán a que los peques puedan disfrutar del sol sin peligro:

- No se debe exponer al sol a un niño menor de 3 años.
- No exponerse al sol entre las 12h y las 16h.
- No olvides proteger a los pequeños con camiseta, sombrero y gafas, además de la protección solar.
- Utiliza una protección adaptada al tipo de piel de los niños: resistente al agua, a la arena y con una alta tolerancia.
- Aplica siempre el producto 30 minutos antes de salir a la calle.
- Vuelve a aplicarlo cada 2 horas y después de cada baño.
- Insiste sobre todo en espalda, rostro, nariz, orejas y nuca.
- Protege a los pequeños en todas las actividades al sol.
- No olvides que beban agua de forma regular, para evitar que se deshidraten.

sábado, 25 de mayo de 2013

La lactancia materna prolongada reduce el riesgo de ser celiaco

Mantener la lactancia materna mientras se introduce el gluten en la dieta del bebé puede puede llegar a disminuir hasta en un 60% el riesgo de desarrollar la celiaquía, según diferentes estudios. En España, uno de cada 80 niños es celiaco.

Uno de cada 80 niños españoles tiene intolerancia al gluten, y el 42% de los diagnósticos de enfermedad celiaca se produce en niños de entre 2 y 6 años, según el registro español de nuevos casos de enfermedad celiaca (REPAC) de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica.

Lactancia y celiaquía

Distintos estudios han llegado a la conclusión de que la prolongación de la lactancia materna durante el inicio de una dieta con gluten reduce el riesgo de desarrollar la enfermedad celiaca. El doctor Luis Peña, presidente de esta sociedad científica, indica que “la leche materna contiene un gran número de componentes que ayudan y protegen al niño a través de mecanismos biológicos complejos, incluyendo la creación de defensas de las infecciones y el desarrollo de tolerancia frente a antígenos alimentarios”.

La Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica asegura que la eficacia protectora de la lactancia puede llegar a disminuir hasta en un 60% el riesgo de ser celiaco siempre que se introduzca el gluten a partir de los 4 meses de edad. Recordamos que la OMS recomienda la lactancia materna en exclusiva hasta los 6 meses de edad.

Síntomas de la enfermdad celiaca

Los celíacos son personas que por una predisposición genética reaccionan al gluten, una proteína presente en muchos cereales como el trigo o el centeno. Por eso, contar con familiares celiacos constituye un factor de riesgo añadido importante. Tal como explica el doctor Peña, “esta patología puede debutar a lo largo de toda la vida de una persona”. Aún así, la edad media del diagnóstico es de 3,7 años, y el 42% de los diagnósticos se realizan en niños de entre 2 y 6 años”.

El 70% de los celiacos que toman gluten sufren diarrea crónica, pérdida de peso y distensión abdominal, aunque el síntoma más frecuente en niños menores de 6 años es la distensión abdominal y, en los mayores, la disminución del apetito y la deficiencia de hierro.

La importancia del diagnóstico precoz

Los expertos coinciden en señalar que un diagnóstico y tratamiento precoces pueden evitar problemas a largo plazo, como osteoporosis y osteopenia y, además, pueden contribuir a disminuir el riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes asociadas a la enfermedad celiaca. Por eso, insisten en la importancia de que los niños sean atendidos por el especialista pediátrico.

Fumadores pasivos en la infancia, ¿más agresivos?

El humo “de segunda mano” es aquel que los no fumadores respiran cuando se exponen en un ambiente con humo provocado por el tabaco, cuando fuman a su lado o entran en un lugar en el que se ha fumado. Un estudio reciente señala que los fumadores pasivos en la infancia tienen más posibilidades de ser agresivos.

Independientemente de si han sido expuestos al tabaco durante el embarazo o sus padres tienen una historia de ser antisociales, los niños expuestos al humo tienen más probabilidades de crecer físicamente agresivos y antisociales.

Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores canadienses y publicado en “Journal of Epidemiology and Community Health”, que señala que el 40% de los niños de todo el mundo están expuestos al humo no inhalado directamente. Como el cerebro del niño en la primera infancia está en desarrollo, ese humo es peligroso.

En la investigación se analizaron datos de 2.055 niños desde su nacimiento hasta los diez años de edad, incluyendo informes de los padres sobre la exposición al humo de segunda mano y de los maestros y los propios niños sobre su comportamiento en clase.

Los niños que estuvieron expuestos al humo de segunda mano, aunque fuera temporalmente, tenían muchas más probabilidades de presentarse más agresivos. Así lo señalan las conclusiones del estudio:

En comparación con sus pares no expuestos, los niños expuestos al humo de segunda mano en la infancia, continuamente y de forma intermitente, mostraron una mayor propensión a la agresión física y el comportamiento antisocial a finales del cuarto grado.

Y aunque no se puede determinar ninguna relación causal directa (¿existe en los hogares de padres que fuman junto a sus hijos más propensión a comportamientos violentos?), la correlación estadística sugiere que la exposición a humo de segunda mano prevé un comportamiento desviado en la infancia tardía.

Ya se sabe que los bebés expuestos al humo tienen mayor riesgo de infecciones y además en la orina de los niños que conviven con fumadores se ha observado altos niveles de agentes cancerígenos en la orina.

Si el humo “de tercera mano” ya es nocivo para la salud, qué será de ese humo respirado. Los riesgos del tabaquismo pasivo para los niños son múltiples.

Por ello hay que procurar que en el hogar con bebés y niños no se fume, ya que la exposición pasiva al humo es causa de enfermedades y puede afectar al desarrollo neurológico. Los lugares cerrados que han estado expuestos al humo y aquellos en los que hay fumadores no son ambientes apropiados ni sanos para los niños, incluso aun cuando esta relación entre los fumadores pasivos y la agresividad no sea demostrada por completo.

martes, 21 de mayo de 2013

Niños celíacos

Si crees que tu niño es celíaco seguro ya has consultado al pediatra,comentamos aspectos que te preocupan por eso hoy tratamos del niño celíaco.

La enfermedad celíaca es una enfermedad intestinal, que tiene que ver con una intolerancia permanente a una proteína. Esta proteína se llama “la gliadina” y está en muchos cereales llamados cereales con gluten como el trigo, la avena, el centeno, la cebada.

Si una persona tienen predisposición genética al entrar en contacto con esta proteína a través de los alimentos le puede provocar una reacción en el intestino delgado. Con el contacto con la gliadina la mucosa del intestino delgado se lesiona y atrofia. La lesión dificulta que se absorban de forma normal los nutrientes de los alimentos, como los hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales etc.

¿Como se diagnostica la enfermedad celíaca?

A través de una biopsia intestinal de la región duodeno-yeyuna

Se recomienda no retirar el gluten de la dieta antes de esta primera biobsia para que se pueda valorar mejor los resultados obtenidos. Generalmente después puedan recomendarse otras dos biopsias hasta lograr un diagnostico cierto. En la segunda biopsia si se recomendará retirar los alimentos con gluten durante un periodo de alrededor 24 meses.

De esta forma el profesional podrá valorar si ha habido un cambio positivo en la normalización de las vellosidades intestinales. Una vez se haya constatado esta mejoría en la segunda biopsia, se recomienda introducir el gluten de nuevo en la dieta y posteriormente realizar la tercera biopsia que mostraría si ha habido un nuevo brote de lesión intestinal. Así quedaría diagnosticada la enfermedad celíaca.

Tratamiento

Se ha de adoptar una dieta de por vida sin gluten, ya que esta proteína producen lesiones a corto , medio y largo plazo a quien sufre enfermedad celíaca. Afortunadamente cada vez más en el mercado surgen alimentos sin gluten (en la etiqueta ha de venir especificado que es un alimento sin gluten apto para personas celiacas, ante la duda no lo consuma), que pueden hacer más llevadera y variada la dieta de una persona con enfermedad celíaca.

La página web de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) es una excelente herramienta para estar conectado a otras personas o familias que tienen a alguien con enfermedad celíaca.

Estas web realizan una importante labor informativa y social : www.celiacos.org

miércoles, 15 de mayo de 2013

Elegir bien los zapatos del niño

Desde que los pequeños empiezan a caminar solos, el calzado se convierte en un elemento importante que influye en su desarrollo físico.

Son bonitos, divertidos, de colores llamativos, llenos de flores o con dibujos de sus personajes preferidos... y, cuando se convierten en sus favoritos, los niños no se los quieren quitar.

Lo ideal sería que los niños pudieran deambular descalzos. Como eso es imposible, los zapatos infantiles brindan la protección y seguridad necesaria y evitan que los pequeños se hagan daño. Descubre cómo deben ser y qué errores no debes cometer cuando compres un par de zapatos a tu hijo.


Cómo deben ser los zapatos de niño

- Escógelos de piel y tela para favorecer la transpiración del pie del niño.
- Asegúrate de que la suela sea ligera, flexible y antideslizante. Así evitarás caídas innecesarias a tu hijo.
- El calzado debe tener poco tacón para facilitar el juego de la articulación.
- La planta del zapato tiene que ser ancha y de forma redonda o cuadrada. No compres para un niño zapatos acabados en punta que puedan oprimir el empeine.
- Han de tener una sujeción bastante firme en el empeine con cordones, hebillas o velcro.
- Intenta que el calzado sea poco escotado para que cuando el pequeño esté jugando no se le salga con facilidad.

Errores frecuentes al elegir el calzado infantil

- Elegirlos demasiado grandes. A veces compramos zapatos de un número mayor del que necesita el niño para que le duren más tiempo. Al pequeño le resulta muy difícil caminar con un zapato que le baila en el pie o que se le sale constantemente: le obliga a adoptar posturas que a la larga son perjudiciales y puede provocarle caídas.
- Ponerle botas para que le sujeten el tobillo. Si el calzado no permite la libre movilidad del tobillo, está perjudicando su desarrollo. Las botitas deben utilizarse solo para proteger del frío y la humedad.
- Abusar de las deportivas. Conviene que los niños las usen con moderación porque la mayoría están fabricadas de plástico, lo que favorece la sudoración excesiva, que puede provocar irritaciones en los pies e incluso hongos. Es mejor elegirlas de piel o de lona, que son más transpirables o, al menos, evitar que las lleven mucho tiempo.
- Heredar. Es muy frecuente que los pequeños hereden zapatos de sus hermanos mayores o de otros niños de la familia. Sin embargo, es una práctica poco recomendable, ya que los pies son siempre anatómicamente diferentes y cada niño tiene una forma distinta y particular de caminar. Unos zapatos usados siempre llevan la huella de su anterior dueño, pueden estar deformados o viciados, y es probable que al caminar le rocen o no le resulten cómodos. Por eso, salvo que estén completamente nuevos, es mejor no usarlos.

Los niños pequeños saben compartir, pero no quieren hacerlo‏

El mundo infantil perfecto desde el punto de vista de los padres es aquel en que los niños juegan unos con otros dejándose sus cosas sin rechistar y jugando sin discusiones. La realidad en cambio suele ser muy diferente porque aunque haya muchos juguetes disponibles suele suceder que el juguete que quiere un niño es el que otro niño tiene en las manos, con el consiguiente intento de robo o robo y el inevitable enfado de la víctima.

Sucede y los padres debemos interceder, a veces con más acierto y a veces con menos, tratando de enseñarles algo que los niños ya saben, que hay que aprender a compartir. Digo que ya saben, no porque lo hagan, sino porque los niños pequeños saben hacerlo, aunque prefieren no hacerlo, tal y como explica una investigación.

Pero, ¿de verdad tienen que compartir?

Antes de entrar a hablar de la mencionada investigación quiero recordar mi parecer en lo que a compartir las cosas de cada uno se refiere. Si estamos hablando de juguetes que son de un niño, que le pertenecen, y aunque lo habitual es enseñarle a compartirlos, el que debe tener la última palabra es el niño. Si no quiere dejarlos no se dejan, y si un niño se los quita y él llora o se incomoda, debemos recuperarlo. Un niño no aprende nada positivo porque le digamos que no vamos a defender su juguete, sino que aprende a tolerar el que se lo quite otro niño, ni que sea para un rato.

No aprende nada positivo porque a medida que crezca no será ese el comportamiento habitual de nadie… ni los niños vendrán a quitarle sus cosas sin permiso, ni él se las dejará a alguien que no conozca. ¿Qué sentido tiene enseñarle a dejar cosas que no quiere dejar a desconocidos? Incluso si son conocidos, de igual modo que de mayor decidirá él sobre sus cosas, de pequeño debe poder hacerlo.

Hablemos de bienes comunes

Sin embargo, no estamos hablando de prestar algo, sino de compartir, del principio de justicia y equidad, de hacer lo que es lógico, y una investigación realizada en la Universidad de Harvard ha mostrado que los niños de tres y cuatro años ya saben ser justos y ecuánimes, saben repartir de manera equilibrada. Ahora bien, en el momento de la verdad, demuestran que prefieren no hacerlo.

Para hacer la investigación cogieron una muestra de niños de entre tres y ocho años y les preguntaron sobre cómo podrían repartir con unos niños unos adhesivos que les habían dado. En total les dieron cuatro adhesivos a cada uno y la pregunta que les hicieron es cuántos le darían a otro niño de su misma edad que no tiene ninguno.

Los niños más pequeños, los de tres y cuatro años, respondían que debían entregar dos adhesivos al otro niño, es decir, le darían dos y ellos se quedarían con otros dos. Sin embargo, cuando el niño en cuestión aparecía en escena pidiendo sus dos adhesivos el niño que los tenía todos decidía cambiar de estrategia y en vez de darle dos entregaban solo uno, quedándose con los tres restantes. Los niños de siete y ocho años, lógicamente, compartían las pegatinas de manera justa.

Cuando les preguntaban el por qué de su decisión, los mayores decían que porque eso era lo que tenían que hacer, lo justo. Los pequeños, en cambio, explicaban que habían sentido la necesidad de hacerlo así, es decir, que seguían el impulso de satisfacer sus propias necesidades.

Conclusiones de la investigación

Los investigadores concluyeron que, contrariamente a lo que se creía, los niños pequeños sí conocen algunas normas sociales y saben cómo repartir las cosas para que el resultado final sea justo. Pero al ver que luego hacían lo que les daba la gana en beneficio propio, se dieron cuenta de que la edad para llevarlas a cabo puede ser más elevada.

Los niños pequeños no piensan en el posible conflicto derivado de quedarse con alguna pegatina de más y los impulsos parecen llevarles a optar por un reparto desigual. Al crecer, en cambio, son más conscientes de las posibles consecuencias, son más racionales (y menos impulsivos) y son capaces de aceptar que los demás merecen tener lo mismo que ellos cuando se habla de un reparto que debe ser equitativo.

Así que cuando estéis explicando a vuestro hijo pequeño que algo que es para todos debe serlo realmente, debéis saber que lo entiende, que lo sabe, pero que de momento, y por si acaso, prefiere ser injusto en beneficio propio.

viernes, 10 de mayo de 2013

¡Ojos sanos! Cómo cuidar la vista de los niños

Aunque el niño no tenga ningún problema visual, hemos de preocuparnos por el buen cuidado de sus ojos para que esto siga así. Cuidar la vista de los niños es importante, y lo podemos hacer siguiendo unas sencillas prácticas.

Hay que procurar evitar que los niños pasen mucho tiempo frente al televisor u otras pantallas. Cuando estén viendo la tele o jugando a los videojuegos, es bueno hacer descansos para que los niños fijen la vista en otros sitios, en puntos más alejados. De este modo evitamos el estrés visual, también cuando aprenden a leer por ejemplo.

Además, aprovechamos para recordar que estar todo el día pegado a las pantallas no es bueno para otros muchos aspectos, así que hay que alternar actividades diferentes. Lo agradecerán la mente y la vista de los niños.

Para el sol es bueno que protejan sus ojos con unas gafas, especialmente si salimos de paseo, excursión o vamos a la playa. Pero no cualquier modelo, porque las lentes que no están homologadas podrían dañar los ojos más que protegerlos.

No es necesario que sean gafas de marca, pero sí que nos den la garantía de que los cristales y la protección que ofrecen son los adecuados para no dañar los ojos. El índice de protección 3 (fuerte) es el recomendado para niños, ya que absorbe gran parte de luz con sus lentes oscuras. Las monturas de plástico, más cómodas y económicas.

Recordemos, las gafas de sol para niños previenen enfermedades oculares. Y es que hasta que llegan a la adolescencia el ojo no ha acabado de desarrollarse por completo y el cristalino de un niño no protege la retina de los daños de la luz ultravioleta. Esta, a la larga puede causar problemas como cataratas, degeneración macular… Es importante prevenir.

Un hábito perjudicial que deben evitar es el de tocarse o restregarse los ojos con las manos sucias, por lo que habremos de enseñar a los niños a evitar ese gesto y a lavarse las manos con frecuencia y siguiendo la técnica adecuada.

También podemos “enseñar a mirar” a nuestros hijos, jugando a ver de lejos, otear en el horizonte, mirar a media distancia y de cerca, para que el ojo esté habituado a todas las distancias. Se trata de los ejercicios de acomodación de la vista que nos servirán para hacer que el ojo pueda ajustar la vista a cualquier tipo de distancia.

Otros ejercicios para fortalecer los ojos que podemos realizar a modo de juego con nuestros hijos son girarlos sin mover la cabeza, guiñarlos alternativamente, taparse un ojo y luego el otro para ver si ven igual de bien algún objeto…

Por supuesto hemos de cuidar de que en casa haya la luz necesaria (para dibujar, ver la tele o simplemente comer) y no tengamos que forzar la vista ni la luz provenga de un solo punto muy focalizado. Esto es especialmente importante cuando los niños aprenden a leer, ven cuentos, dibujan…

Los niños también visitan al oculista

Por último, hay que recordar la conveniencia de realizar las visitas oportunas al oftalmólogo, si detectamos algún problema o en las consultas rutinarias. Las revisiones periódicas detectan y previenen problemas visuales. El pediatra en las sucesivas revisiones también ha de comprobar que el niño ve bien.

Signos que nos indican que puede haber algún problema en los ojos de los niños son:
  • Se acerca demasiado a la televisión o para dibujar, escribir…
  • Tropieza con frecuencia.
  • Tuerce o desvía un ojo o ambos.
  • Tiene visión borrosa.
  • Guiña los ojos para ver mejor.
  • Se restriega los ojos con frecuencia.
  • Ojos enrojecidos o con lagrimeo continuo, secreciones excesivas (podrían ser signo de conjuntivitis u otros problemas)…
  • Dolores de cabeza frecuentes.
  • Sensibilidad excesiva hacia la luz.
En caso de que detectemos claramente alguna de estas anomalías visuales es importante contar con el asesoramiento del especialista en de la salud visual de los niños para encontrar la mejor solución a los trastornos.

Siguiendo estos consejos los niños cuidarán su vista, esperemos que por mucho tiempo. Es importante que adquieran hábitos saludables en este sentido desde pequeños. Por supuesto, son indicaciones que también nos vienen bien a los mayores, que a veces se nos olvida preocuparnos de nuestra salud visual.

sábado, 4 de mayo de 2013

Video: ¿Cómo tose tu niño? Reconoce los tipos de tos



Os dejo este vídeo tan interesante del Doctor José Casas Rivero, pediatra del Hospital La Paz, sobre uno de los síntomas que más nos preocupan de nuestros peques: la tos.

Al reconocer los distintos tipos de tos podrás identificar cómo tose tu niño y podrás ayudar a tu médico a valorar el cuadro.

El doctor explica de forma sencilla cómo es la tos productiva, que se presenta de forma húmeda típica de los catarros, la tos de perro a veces muy aparatosa, la tos seca o irritativa en dificultades respiratorias como el asma, y para terminar, la tos como un tic en procesos de cambio conductal y psicológico.

En ocasiones puede ser muy desconcertante, sobre todo por las noches cuando suelen dar los ataques de tos. Por eso, es importante saber qué debemos hacer para aliviarla y cuándo ir al pediatra si el niño tiene tos.

domingo, 28 de abril de 2013

Maltrato infantil. ¿Estás seguro de que a tu hijo no le pasa?

Los datos presentados en el día #contraelmaltratoinfantil son demoledores: el año pasado la violencia contra los menores se incrementó un 13,6%... y sólo estamos hablando del maltrato visible, de aquel que llegó a ser denunciado a la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo).

Los casos de maltrato infantil atendidos el año pasado por la Fundación ANAR aumentaron un 13,6%, con respecto a los de 2011. En especial, las denuncias por violencia escolar se incrementaron en más de 15 puntos. En un 18,4% de los casos, el maltratador es un propio compañero del colegio. Pero… ¿cómo saber que esto está sucediendo?

El famoso bullying puede pasar desapercibido a los padres. No es simplemente “cosa de niños”, que deban solucionar entre ellos solos. La víctima puede sufrir ansiedad, fobia escolar, depresión y su autoestima quedar marcada de por vida. El pasado 11 de abril una menor se quitó la vida en Gijón y la familia ha denunciado al centro escolar donde asistía por el “hostigamiento” que sufrió y le llevó –según afirman- a quitarse la vida.

Según ha declarado Javier Urra, quien fuera el primer defensor del Menor en España, a El Comercio, el acoso escolar afecta al 3% de los niños. Los padres son los últimos en darse cuenta. Como afirma Urra, el acoso escolar más frecuente es el emocional y, en estos casos, las redes sociales han amplificado los problemas.

¿Qué es acoso escolar?

Peleas, insultos, asuntos de patio de colegio… ¿cuándo dejan de ser cosas de niños y convertirse en bulling? Según UNICEF, “un estudiante sufre acoso escolar cuando otro estudiante o grupo de estudiantes le dice y hace cosas malas o desagradables. También es acoso escolar cuando un alumno es repetidamente objeto de burla de una forma que no le gusta o si se le margina deliberadamente. Pero no es acoso escolar cuando dos alumnos con una fuerza o energía similares pelean o discuten. Tampoco es acoso escolar si la burla se realiza de una forma amistosa o como parte del juego”.

Nunca hay que minimizar el problema ni echar la culpa a la víctima.

Algunas posibles señales de bulling

• Niños que no quieren ir al colegio.
• Niños que no quieren ir a actividades extraescolares ni tienen vida social fuera del horario lectivo.
• Niños temerosos o tristes o de humor cambiante.
• Niños que vuelven a casa con golpes o la ropa rota.

La primavera a los niños altera

Puede que ultimamente notéis a vuestros hijos más quejosos, llorones, irritables, tal vez de mal humor, tristes o más cansados de los habitual. La culpa es del cambio de estación. Si no lo sabíais, la primavera a los niños altera.

Al igual que nos sucede a los adultos, los niños pueden sufrir en esta época del año un cuadro de decaimiento generalizado, un trastorno del mecanismo fisiológico que tiene nombre y apellido: cansancio primavera o astenia primaveral.

El agotamiento se debe en gran medida a que los días son más largos y suelen desarrollar una mayor actividad física que durante el invierno. Es normal que caigan rendidos más temprano de lo habitual y les cueste levantarse al día siguiente.

Es un trastorno pasajero, ya que en una o dos semanas, ya que es el tiempo que el organismo necesita hasta acostumbrarse al nuevo ritmo.

Hay niños que por el contrario se muestran más activos y alterados de lo normal, como si estuvieran “pasados de rosca”, pero en el fondo esto también es producto del cansancio provocado por el cambio de estación. Como sucede cuando los niños están cansados pero no se pueden dormir y se pasan de vuelta, pues igual.

¿Cómo podemos ayudarles a superar el cansancio primaveral? La alimentación basada en alimentos energéticos será una aliada para que nuestros peques recuperen la vitalidad. Priorizad las frutas, los hidratos de carbono, los cereales y los lácteos, especilamente la leche.

Por supuesto, descansar todo lo necesario y aprovechando el buen tiempo, practicar ejercicio de forma cotidiana.