-
-
-
Mostrando entradas con la etiqueta NIÑOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NIÑOS. Mostrar todas las entradas

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Son los niños prematuros peores estudiantes?

Hoy nos tropezamos con uno de esos estudios que nos gustaría revisar a fondo porque, a pesar de los resultados aparentemente firmes, nos suscita algunas dudas. Según una reciente investigación los niños prematuros son peores estudiantes.

Si bien es cierto que las semanas finales del embarazo son cruciales para el posterior desarrollo físico del bebé (y por eso se procura que no nazcan antes de la semana 38), ¿son verdaderamente determinantes esas últimas semanas para el progreso intelectual del niño? ¿No hay otros muchos factores implicados, difíciles de mesurar simplemente comparando calificaciones?

En el estudio, dirigido por la doctora Kimberly Noble (profesora asistente de pediatría del Centro Médico de la Universidad de Columbia y del Hospital Presbiteriano de Nueva York), se examinaron 128.050 bebés nacidos entre la semana 37 y 41 de gestación en Nueva York entre 1988 y 1992.

Los investigadores compararon la duración del embarazo con las notas de los niños (en tercer grado) en las asignaturas de matemáticas y lectura, y los resultados aparecen en la revista “Pediatrics”.

Los niños que habían nacido entre la semana 37 y 38 tenían unas notas más bajas que aquellos nacidos en la semana 41 del embarazo. De hecho el 33% de los niños nacidos más temprano tenían un retraso severo en la lectura respecto al los nacidos a término, o problemas en matemáticas y cálculo.

No solo eso, sino que por cada semana adicional de gestación, las notas de los niños mejoraban. La tendencia se mantuvo aún después que se ajustaran otras variantes como el peso al nacer, el nivel socioeconómico, la raza y la historia familiar de consumo de sustancias tóxicas.

De todas formas, los propios investigadores hablan de un mayor riesgo de retraso escolar si el bebé es prematuro, y tan solo ese riesgo sería suficiente para que se procurara no inducir partos antes de la semana 39.

Los resultados de este estudio se suman al cuerpo de evidencias científicas que muestran que los bebés nacidos a partir de la semana 39 del embarazo comen mejor, pesan más y tienen menos problemas de visión y de oído.

La clave, el desarrollo del cerebro

Tal vez la clave en ese mayor riesgo de retraso escolar se halle en el desarrollo del cerebro. Los bebés que nacen después tienen cerebros de mayor tamaño, porque entre la semana 37 y 41 del embarazo, el cerebro continúa creciendo, y aumentando la materia gris y los nervios que luego intervendrán en las conexiones nerviosas y neuronales.

Pero si de todas formas el cerebro del bebé sigue creciendo tras el parto, ¿qué provocaría ese mayor desarrollo? Según la directora del estudio:

Quizás hay algo sobre el ambiente uterino que respalde el desarrollo cerebral de forma favorable en el último mes del embarazo, que tal vez se vea afectado por un nacimiento temprano.

Además recordamos que estudios previos calculaban en un 37% el riesgo de padecer problemas neurológicos si el bebé nace con complicaciones (aunque se incluían otros problemas al nacimiento, no solo nacer prematuros).

En cualquier caso, el correcto desarrollo de las funciones cerebrales y neurológicas depende mucho en los primeros años de la plasticidad cerebral y la estimulación que se haya llevado a cabo con los niños.

No sé si serán más los beneficios físicos o intelectuales, en cualquier caso está claro que un bebé nacido antes de tiempo puede pasarlo mal, por lo que, siempre que sea posible, conviene no adelantarse a la naturaleza. Por ello sigue siendo tan importante investigar sobre los factores de riesgo de partos prematuros, para intentar prevenirlos en la medida de lo posible.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Depresión postvacacional, ¿también en niños?

La adaptación a la rutina tras las vacaciones puede ocasionar determinadas alteraciones emocionales y físicas conocidas como “síndrome de depresión postvacacional”. Este es un trastorno que no solo sufren los adultos, sino que también afecta a los niños que deben recuperar su ritmo habitual.

Tras las vacaciones, los niños tienen que volver a una rutina en cuanto a horarios, alimentación y actividades en muy poco tiempo. Los especialistas de Sanitas Hospitales explican cómo combatir y prevenir el denominado “ síndrome de depresión postvacacional” en los niños.

¿Existe el síndrome post-vacacional en niños?

La Dra. Marta Campo, jefa del servicio de Psicología del Hospital Sanitas La Zarzuela apunta que “en realidad no existe una patología de depresión postvacacional como tal tipificada en los manuales de clasificación internacionales, pero al regresar del periodo vacacional pueden aparecer reacciones que responden a una dificultad por parte de la persona a retomar su vida diaria”.

Síntomas de depresión post-vacacional en niños

Según la Dra. Campo “depende de la edad del niño y de la intensidad del sufrimiento que presente, pero los síntomas de este síndrome de depresión postvacacional en niños pueden incluir insomnio, llanto o somatizaciones digestivas como vómitos o diarreas. Estos responden a un rechazo al colegio, cuyas causas podrían existir antes de las vacaciones. Si fuera así y el niño tuviera problemas de relación con los compañeros o una dificultad académica significativa, entonces no se trataría de un desajuste a la hora de retomar el ritmo de la vida cotidiana, sino de otra problemática más grave que tendría que ser evaluada por el psicólogo y habría que ponerla en manos de un profesional”.

Consejos para evitar el síndrome de depresión post-vacacional

Si los padres ayudan a identificar los aspectos positivos que tiene el final de las vacaciones, el niño se adaptará a la nueva etapa sin problemas. Ver a los compañeros de clase, recuperar sus juguetes o dormir de nuevo en su habitación de casa, son alguno de estos puntos positivos que los padres pueden utilizar para que los niños tengan ilusión por recuperar su rutina diaria. Además:

- Planifica el regreso de forma gradual.

- Fomenta la adaptación del organismo a los nuevos horarios. Reserva un par de días para que los niños se adapten a los horarios del otoño.

- Evita transmitir a los niños la idea de que retomar la vida cotidiana conlleva algo negativo, ya que son un reflejo de sus padres y si perciben normalidad, ellos actúan con normalidad también.
Refuerza los aspectos positivos de la rutina. Potencia las ventajas de “la vuelta al cole” (ver a los compañeros de clase, dormir en sus camas, recuperar sus juguetes, etc.)

miércoles, 29 de agosto de 2012

Tecnología vs juegos tradicionales: ¿qué se pierden los niños frente a las pantallas?

Esta comparación puede parecer absurda en los tiempos que corren, y que nadie crea que reniego de la tecnología (aquí, frente a las pantallas y online…), ni siquiera para los niños. Pero a raíz de un reciente viaje en barco me he planteado las diferencias entre el entretenimiento tecnológico y el tradicional para los pequeños.

En concreto, he analizado lo que se pierden los niños frente a las pantallas en lugar de entretenerse con juegos tradicionales. Seguro que también ganan algunas cosas, pero ese es otro tema…

Mis hijas optan por el juego tradicional y el tecnológico solo de manera esporádica, que es cuando lo permitimos los padres. Porque de momento ellas no tienen “cacharritos” propios y cuando utilizan los nuestros es con nuestro permiso y nunca solas.

La situación que pude ver en el barco es la siguiente: dos niños de edades similares a las mías (tres y cuatro años) que en cuatro horas no se despegaron de las pantallas (iPad y vídeoconsola).

Mientras tanto, mis hijas desde luego no estaban tan quietas (que imagino que es algo que ven positivo los padres responsables de los peques), pero hicieron muchas actividades. Paseamos por el barco descubriendo muchos rincones, viendo delfines, participando en los juegos y manualidades de la animación infantil, haciéndose fotos aquí y allí…

No sé con qué se entretienen más los niños, pero sí estoy segura de varias cosas que suceden si los niños están pegados a las pantallas tanto tiempo:

No interactúan con la familia, o lo hacen mucho menos. Como las niñas no van solas por el barco, siempre estábamos mamá o papá con ellas.

No conocen a otras personas, otros niños y mayores (de los que no cambian de sitio si hay niños cerca) con los que juegan y charlan.

No hablan. Ya sé que mis hijas no van a saber hablar más por cuatro horas de charla, pero esos estímulos se han perdido, hay palabras nuevas que aprenderán en otro momento. Eso sí, hay aplicaciones que se centran en ampliar o afianzar el vocabulario de los niños.

No se mueven del asiento, y como sabemos el sedentarismo es enemigo de la salud. No sé si esos niños que pasan muchas horas frente a las pantallas después son grandes deportistas y hacen más ejercicio que otros, pero en cualquier caso cuatro horas son muchas horas sentados, habiendo posibilidad de moverse. Eso sí, ya hay videoconsolas como la Wii que hacen que nos movamos, aunque, puestos a elegir, prefiero un partido de tenis más real…

La vista se cansa al estar centrada continuamente en mirar tan de cerca. Lo habitual es que el ojo vaya alternando la visión de cerca y lejos (lo mismo sucede si pasamos leyendo mucho tiempo y tampoco vamos a demonizar los libros…). Sobre los cambios de color y brillo de la pantalla hay opiniones diversas en cuanto al efecto sobre la vista; en cualquier caso, se desaconseja el abuso y alternar los videojuegos con otras actividades.

No aprenden juegos nuevos (o como mucho conocen videojuegos nuevos, pero suelen “engancharse” al mismo juego durante una buen temporada). Ello hace que la imaginación vuele menos.

No aprenden sobre el medio a través del contacto directo, a través de experiencias reales, mucho más ricas que si son a través de las pantallas. Ya que tenemos posibilidad de ver delfines o un bote salvavidas de cerca, aprovechémosla.

En definitiva, aunque este artículo se haya centrado en lo contrario, la tecnología tiene muchas cosas buenas, y los videojuegos les aportan a los peques algunas experiencias que no pueden vivir a través de los juegos tradicionales, incluso existen juegos específicos para tratar algunas discapacidades o problemas de aprendizaje….

Hemos dicho en muchas ocasiones que un uso moderado y en compañía de los mayores es perfecto, y además os recordamos nuestros consejos para aprender y disfrutar con los videojuegos.

Pero también las pantallas tienen algunos inconvenientes si se hace un uso excesivo o prolongado de ellas. Sobre todo, si se dejan de apreciar las inmensas posibilidades de los juegos tradicionales y el único objetivo es “que estén quietos”.

martes, 21 de agosto de 2012

Empieza la guardería: claves para padres novatos

La adaptación a la guarde es un momento complicado tanto para el niño como para sus padres, especialmente si los pequeños van por primera vez a la guardería. ¡Es un cambio muy drástico! Toma nota de estas claves para hacerle al niño más fácil esta etapa.

Cuando llevamos al niño a la guarde por primera vez, es normal que nuestro hijo sienta angustia al separarse de papá y mamá por primera vez y que nosotros tengamos la sensación de abandonar a nuestro pequeño. Sin embargo, hay que cambiar de esa idea y ayudar a nuestro hijo a adaptarse lo mejor posible.

Un gran cambio

Los peques pasan de compartir su vida solo con las personas de su familia a ir a un sitio desconocido con niños desconocidos y adultos que no han visto nuca. Y, además, tienen unas rutinas que no son las suyas y unas normas que no conocen.

Es normal que ante todos estos cambios los peques necesiten un periodo de adaptación para acostumbrarse a la escuela infantil.

¿Pueden ir los padres?

En muchas guarderías se permite a los padres ir con el niño los primeros días para que el cambio no sea tan brusco.

Poco a poco el pequeño se adaptará a la rutina de la guarde y se sentirá en un lugar seguro.

Consejos para una buena adaptación

- Es importante que el peque se sienta seguro y eso debemos transmitírselo nosotros.
- Cuéntale cómo será. Unos días antes de ir a la guarde por primera vez explícale a tu hijo cómo va a ser la escuela infantil y qué actividades hará.
- Unos días antes empieza a cambiar los horarios para que el primer día en la escuela infantil no suponga un cambio tan drástico.
- Explícale a los cuidadores de tu hijo sus necesidades y hábitos. Es muy importante tener una comunicación fluida con los profesionales que se encargarán de cuidar al niño.
- Lleva al niño a visitar su guarde y explícale que es un lugar donde conocerá a nuevos niños, aprenderá y se lo pasará muy bien. ¡Evita cualquier frase negativa relacionada con la guardería!

Cuidado con los insectos, transmiten enfermedades

Estando en verano la mayoría de padres tomamos diversas medidas preventivas para evitar que los insectos piquen a nuestros hijos. Al día siguiente les pica la piel, les molesta y a veces incluso se les infectan las picaduras, necesitando hasta antibióticos para curarlas.

Además de todo ello, y aunque la probabilidad de que suceda es mucho menor, debemos tener en cuenta, y esto mucha gente no lo sabe, que los insectos pueden transmitir enfermedades de todo el mundo gracias a sus picaduras.

La gente viaja y migra

Con el paso del tiempo han aumentado los viajes de larga distancia y los movimientos migratorios se suceden en la búsqueda de un futuro (y un presente) mejor. Esto hace que las personas vayan transportando consigo enfermedades que hace tiempo que no veíamos e incluso desconocidas en nuestro país, siendo muy culpables de ello los insectos.

Todo sucede cuando una persona viaja a otro país donde un insecto del lugar le pica. En ese momento le contagia el virus y esa persona se convierte en el transporte de la enfermedad, es decir, la persona regresa a su país con el virus en su sangre. Si en su país un insecto le pica, será éste el que pueda ir contagiando a otras personas en sucesivas picaduras y nuestros hijos pueden ser destinatarios de sus picaduras.

Según el virus que tenga la persona el insecto puede quedar infectado, pudiendo traspasar la enfermedad a todo aquel que pique, o puede que esto no suceda y que el virus se quede solamente en las piezas bucales del insecto y que por ello solo contagie durante unos minutos o unas horas.

Los mosquitos también viajan

También puede suceder que sea el insecto el que viaja a nuestro país, como ha sucedido con el mosquito tigre, desconocido hace unos años y que ya es uno más de nuestra “cultura veraniega”.

Al parecer la llegada de este mosquito está muy relacionada con el recorrido de las autopistas. Allí por donde pasan puede haber mosquitos tigre, porque viajan, según dicen, en los neumáticos usados que transportan camiones y barcos. Los neumáticos son impermeables y pueden contener fácilmente agua, favoreciendo la presencia de mosquitos.

Algunas enfermedades que pueden contagiar

Algunas de las enfermedades que llegan a Europa son el virus del Nilo Occidental, que ha llevado a Texas a fumigar recientemente para acabar con los insectos, que están transmitiendo esta enfermedad (17 muertes llevan en lo que va de año), el chikungunya, que se transmite por el mosquito tigre asiático, del que hubo un brote en Italia en el año 2007, y el dengue.

Controlar esto es difícil, muy difícil, así que como padres lo único que nos queda es tratar de prevenir la presencia de mosquitos en casa y sus picaduras. Yo es ver uno y lo liquido rápidamente (perdónenme los defensores de los mosquitos, si es que existen), pero les tengo bastante aversión y manía tras una noche horrible que pasé hace unos años, cuando después de oír un zumbido constante me decidí a acabar con el causante.

Después de casi dos horas en vela y varios intentos de dormir creyendo que ya había acabado eliminé al noveno mosquito que me acechaba. Al día siguiente tenía tres picaduras (pocas para lo que podría haber sido), pero suficientes para que ahora haga lo posible por evitar que mis hijos las reciban.

martes, 14 de agosto de 2012

La actividad se “contagia” de padres a hijos

En la actualidad, es preocupante la epidemia de obesidad que se registra en todos los países desarrollados, y buena culpa de ello la tiene la falta de actividad física. A una alimentación deficiente, se le suma el hecho de que la mayoría de los niños pasa sus horas libres en actividades sedentarias.

Los padres son capaces de estimular a sus hijos a realizar actividad física, ya que es algo que se dispersa en la familia: cuando los padres se activan, lo hacen también sus hijos y todos – niños y adultos – salen ganando en salud y en vínculos fortalecidos.

Un estudio del National Jewish Health de Denver – Estados Unidos – determinó que el nivel de actividad física entre padres e hijos se correlaciona, y más aún en los fines de semana cuando la familia tiene más tiempo para compartir.

Estudiando sobre el sobrepeso y la obesidad infantil, se propuso a un grupo de niños de 7 a 14 años caminar 2.000 pasos más al día, para incrementar su gasto calórico y su actividad.

Concretamente, el estudio determinó que cuando mamá o papá se movían más, sus hijos llegaban a la meta o incluso la sobrepasaban. Utilizando podómetros se pudo medir la cantidad de pasos, y la correlación entre padres e hijos.

Como la mejor manera de enseñar es con el ejemplo, entonces si quieres hijos activos, debes comenzar por hacerlo tú.

lunes, 6 de agosto de 2012

Pequeños ladrones. ¿Qué hacer si el niño roba cosas?

En los niños mayores el hurto es siempre preocupante, y más aún si se da con reiteración. Sin embargo, no es lo mismo robar a los cuatro años que hacerlo a los doce. El psicólogo Luciano Montero nos explica cómo interpretar los robos en función de la edad del niño y qué podemos hacer los padres.

Debemos hacer una distinción sobre cómo tratar los hurtos y pequeños robos infantiles según la edad. Cuando un niño de cuatro años sustrae algo, ni siquiera es adecuado llamarlo propiamente hurto, del mismo modo que las mentiras tampoco pueden considerarse mentiras con todo el peso de ese concepto.

Hasta los 3 o 4 años

En estos primeros años los niños todavía no tienen un claro sentido de lo propio y de lo ajeno. Solo a partir de esa edad empiezan a tomar conciencia de lo que pueden y no pueden tomar para sí.

Hasta los 6 años

Aunque pueda inquietar a los padres, robar todavía no tiene trascendencia moral, y deben afrontarlo con explicaciones benévolas y lógicas que vayan introduciéndole en la noción de lo propio y de lo ajeno.

A partir de los 6 o 7 años

Los niños adquieren una noción clara de la propiedad y por lo tanto ya tienen conciencia de lo que hacen. Es a esta edad cuando puede empezar a hablarse de hurtos.
¿Cómo debemos actuar los padres si descubrimos que nuestro hijo roba?

Si pillamos robando a nuestro hijo, debemos dedicarle más tiempo y atención y mostrarnos más cercanos, especialmente el padre del mismo sexo.

En cualquier caso, no hay que llamar nunca a un niño ladrón, incluso si ha robado más de una vez, ya que esa etiqueta no le ayudará a corregirse. Si acaso se le puede decir «no te gustaría que te tomen por un ladrón».

También podemos decirle que todo el mundo puede cometer ese error alguna vez, pero es importante dejarle claro que no se debe repetir.

Hay que procurar que devuelva lo sustraído cuanto antes con una disculpa.

¿Por qué tienen que lavarse las manos tus hijos?

Lavarse las manos es un hábito de higiene personal realmente importante y que, tanto los adultos como los niños deberíamos realizar bien y las veces necesarias, pero, ¿sabes por qué es tan importante que tus hijos se laven las manos?

Las manos son el medio por el que muchas bacterias y virus llegan a nuestro organismo. No hay que obsesionarse con los gérmenes, pues nos rodean por todos sitios y pueden considerarse hasta beneficiosos pues activan nuestros mecanismos de defensa.

Pero desde luego no hay exponerse a ellos sin cuidar esos hábitos de higiene personal que tanto han hecho para mejorar nuestra salud y hasta nuestra supervivencia ni dejar de evitar las fuentes principales de contagio de enfermedades. Y lavarse las manos es el más importante de todos. No pasa nada si el niño no se baña a diario, pero si es necesario que se lave las manos.

Muchas enfermedades llegan a través de las manos, pues tocamos objetos que otras personas han tocado o en las que han estornudado. Una cosa son los gérmenes que están por todos sitios, y otra tocar algo que una persona que puede tener una enfermedad grave o que no se ha lavado las manos después de defecar, han tocado.

Como decía antes, además, algunas enfermedades se transmiten porque en la saliva quedan gérmenes y estos, al quedarse en una superficie y tocarla los niños, terminan pasando a su boca o su nariz si se la tocan antes de lavarse las manos.

Hay situaciones, por tanto, en las que será necesario lavarse las manos: después de hacer las necesidades, antes y después de comer, después de tocar tierra o haber entrado en contacto con la saliva de la boca de un animal y hacerlo especialmente si nos encontramos en espacios públicos, como una guardería, un medio de transporte colectivo o un ascensor. Cuando usemos un baño público hay que tener cuidado al tocar puertas o inodoros, y lavarse las manos depués de usarlos.

No seáis de esos padres que mandan al niño a lavarse las manos y ellos mismos no lo hacen antes de comer o después de usar el retrete. Vosotros sois los educadores de vuestros hijos y siempre debéis dar ejemplo, enseñándoles como deben hacerlo. También es importante cuidar la higiene del dispensador de jabón si lo usamos.

Lo ideal es que los niños se empiecen a lavar las manos con ayuda en cuanto sean capaces de realizarlo y siempre, siempre, educarles con el ejemplo nosotros, y enseñarles la forma correcta de hacerlo.

viernes, 3 de agosto de 2012

Caries en los dientes de leche, ¿qué hacer?

Cuando un niño tiene caries, lo primero es averiguar por qué y corregir la causa. Puede ser un esmalte débil, un exceso de chucherías y refrescos o una higiene deficiente. El pediatra Florencio de Santiago nos da todos los detalles.

No es normal que los niños tengan caries, por eso lo primero que hay que hacer es averiguar el motivo para tratar de evitar que vuelvan a salir.

Causas por las que los niños tienen caries

Las causas más frecuentes de caries son: un esmalte pobre, por una predisposición genética, tomar demasiados productos ricos en azúcares (dulces, golosinas y refrescos) y no cepillarse bien los dientes.

Qué hacer cuando aparecen las caries

Es necesario analizar con el pediatra cuál de los factores anteriores han sido los causantes de la aparición de las caries. También debes preguntar al odontólogo si conviene sellar con flúor algunas piezas dentales para que sean más resistentes.

Cómo son los empastes para niños

Con respecto al material del empaste, se utilizan dos: amalgama de plata y composite. La amalgama es una mezcla de mercurio líquido, polvo de plata, estaño y cobre, y el composite es una mezcla de resinas compuestas.

Ambos materiales obturan las caries sin causar problemas, salvo que se desarrolle alergia a alguno de sus componentes. La diferencia es básicamente estética, mientras que la amalgama de plata se ve mucho, el composite apenas se nota a simple vista. La elección del material depende en buena medida de la pieza dental y de la parte (esmalte, dentina o pulpa) que hay que obturar.

Lo mejor es dejarse guiar por el odontólogo y, lo más importante, saber que esas piezas obturadas se caerán pronto y serán sustituidas por otras permanentes, que habrá que cuidar muy bien.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Consejos para viajar seguros en el coche

Con la llegada del buen tiempo y las vacaciones muchos nos vamos de viaje en coche. ¿Qué debo tener en cuenta para que mis viajes sean seguros? El cansancio, el estrés y los atascos pueden jugarnos una mala pasada. Mira estos consejos para viajar seguro.

Consejos para viajar seguros en vacaciones

1. Revisa el coche y todos sus accesorios antes de salir

Antes de hacer un viaje largo en coche es muy importante revisar los neumáticos, el estado general del coche, que todos los permisos estén en regla…

No olvides llevar todos los accesorios de emergencia, la documentación, gasolina y agua de repuesto, etc.

2. Planifica la ruta con antelación

Aunque vayas a hacer un viaje que conoces, siempre es interesante consultar el estado de las carreteras antes de salir. De esta forma evitarás sorpresas como obras o algún accidente que provoque un atasco.

Par ello, en la web de la Dirección General de Tráfico (DGT) encontrarás toda la información necesaria.

3. Consulta la información meteorológica

Antes de salir de casa es importante saber qué tiempo hace en la ruta que vayas a hacer.
Consulta la Agencia Estatal de Meteorología y lo sabrás.

Conocer estos datos pueden resultarte muy útiles para decidir qué camino elegirás para hacer tu viaje.

4. Gasolineras y restaurantes del camino

Es importante tener localizadas las gasolineras y los restaurantes que hay en la ruta. Para esto un GPS puede servirte de ayuda.

5. Precaución mientras conduces

Cuando estés conduciendo es fundamental no tener prisa y respetar los tiempos de descanso cada dos horas.

No te olvides de llevar agua y algo ligero para picar por si te encuentras en un atasco o en un tramo de tráfico muy lento y tardamos en llegar a la zona de descanso.
Es importante estar descansado y conducir con calma.

lunes, 30 de julio de 2012

¿Cómo encontrar el juguete perfecto?

El verano y la Navidad son las épocas en las que más juguetes reciben los niños. Y aunque muchos de ellos son regalos de otras personas, los padres también nos asomamos a las jugueterías de vez en cuando. Por eso queremos saber cómo encontrar el juguete perfecto.

Pero no nos hagamos ilusiones, porque no tenemos la clave para acertar siempre. Empezaremos señalando que no existe el juguete ideal, perfecto o exclusivo para cada niño en cada edad. No obstante, intentaremos aproximarnos a ese juguete a través de este decálogo.

El juguete más sofisticado o más caro no siempre es el mejor. Una de las preguntas que debemos hacernos antes de comprar un juguete es si despierta o no el interés del niño. Más que si lleva tal marca o el dibujo de tal personaje infantil de moda, hay que fijarse en que el juguete desarrolle y fomente la creatividad del niño. Un juguetes artesano o elaborado por él mismo con nuestra ayuda puede ser más apreciado que los caros.

No todos los juguetes “congenian” con todos los niños. Se ha de tener en cuenta la personalidad del pequeño, aunque también que su manera de ser puede ir evolucionando. Si es más bien tímido le irán muy bien juegos de socialización en los que intervengan diversos jugadores. Para un niño con tendencia a actividad excesiva lo adecuado son los juguetes que favorezcan la atención, la percepción y los artísticos. Esto no quiere decir que se les niegue juguetes de uno u otro tipo a los niños con personalidades distintas.

El juguete ha de ser para el niño una fuente de diversión, de aprendizaje y desarrollo de les capacidades (lingüísticas, cognitivas, de razonamiento lógico y espacial, emocionales, motoras…).

Siempre os proponemos actividades alternativas a los videojuegos, pero si también nos decidimos por ellos, ya que bien utilizados son adecuados, hay que comprobar los contenidos, ya que algunos potencian el racismo, la intolerancia y la violencia. Familiaricémonos con los códigos y compremos los juegos adecuados a la edad del niño o niña. Compartamos con ellos los videojuegos y hagamos una compra responsable e informada.

Un juguete que fomente las conductas sexistas, racistas o violentas no es un buen juguete. Recordemos que una de las maneras en que transmitimos estereotipos sexistas a nuestros hijos es a través de los juguetes y los roles asociados a ellos.

Hay que asegurarse, en la medida de lo posible, de que el juguete que compramos respeta las normas de seguridad (en cuanto a tamaño, piezas sueltas, los materiales con que ha sido fabricado no son tóxicos…). Por desgracia no siempre los controles de seguridad son adecuados, por lo que si observamos alguna irregularidad hay que notificarla a consumo.

No saturemos al niño con juguetes, a veces caemos en el error de dárselo todo, incluso aunque no nos pidan nada, o caemos en un consumismo excesivo que no hace bien ni al bolsillo, ni al niño. Un exceso de juguetes puede destruir la fantasía y provocar que el niño se aburra. Los pediatras recomiendan no regalar más de tres juguetes.

Regalemos libros. Siempre recuerdo que una amiga dice que es “la tía latazo” porque regala libros a sus sobrinos, pero que son los únicos que reciben. Regalar libros siempre es acertar, por mucho que un niño se lance primero a otros juguetes más llamativos. Un libro es un buen regalo para que los pequeños aprendan a apreciar la lectura y disfruten leyendo o escuchando cuentos. Nunca es pronto para leer con ellos, y cuanto más se familiaricen con los libros más disfrutarán de leerlos en el futuro y de contar historias.

En relación a muchos de los puntos anteriores, es importante que los padres adoptemos una actitud crítica ante la publicidad de juguetes (impresa, en televisión…), que a menudo nos muestra una realidad distorsionada (cuando no inexistente); o su punto de vista es sexista; o nos presentan juguetes inapropiados (no cumplen los requisitos mínimos de seguridad, son bélicos…).

Por último, no hemos de olvidar que los juguetes son un medio o complemento idóneo para establecer relaciones y afianzar vínculos entre padres e hijos e hijas, entre hermanos y hermanas, familiares o amigos. Por muy individual o solitario que sea el juego, podremos ayudarles, enseñarles, compartir. Si un juguete es “perfecto” porque cumple los requisitos anteriores, dejaría de serlo si aísla al niño o niña “en su mundo” durante mucho tiempo.

Si nos planteamos estas cuestiones antes de comprar un juguete y seguimos los consejos cuando lo tenemos en casa, será más fácil que estemos cerca del juguete perfecto. Aunque recordad, tienen fecha de caducidad porque el niño crece, pero siempre habrá niños más pequeños a los que les encante recibir ese juguete, si es que ha sobrevivido en condiciones al trasiego de los juegos de su primer dueño…

jueves, 26 de julio de 2012

Niños: El peligro de los flotadores y manguitos

Hace unos años y todavía hoy se ven niños y niñas en las piscinas disfrutando del agua con sus familias con el flotador puesto. El monitor de natación Francisco Sánchez Aguilar nos explica por qué el flotador es un material que está en desuso, e incluso prohibido en algunas piscinas.

Los flotadores no son una opción segura

Afortunadamente, en nuestros días cada vez se ven menos flotadores en las piscinas.

Los flotadores y manguitos no son, a priori, una buena elección para que los niños aprendan a nadar; sobre todo los flotadores, ya que se suelen poner no para que el pequeño aprenda a nadar, sino para que flote y pueda estar en el agua de forma independiente.

Los flotadores entrañan gran peligro en el agua porque generalmente producen un efecto de “tranquilidad” ilusoria en los padres, que pueden dejar de prestar a su hijo la atención necesaria porque creen que el niño está seguro.

El problema es que es fácil que se voltee con el movimiento, de manera que el niño queda boca abajo sin poder volver a la posición original. Además, el flotador puede pincharse.

¿Puedo dejar al niño solo con manguitos en la piscina?

Los manguitos nos pueden servir para que el niño aprenda pero hay que tener mucho cuidado porque si el pequeño levanta los brazos, al estar cuerpo y manguito mojado, éstos pueden salirse con facilidad y dejar al niño sin ningún elemento de flotación. Por eso es tan importante elegir unos manguitos acorde con el tamaño del niño.

En las piscinas, estadísticamente se producen más ahogados en las zonas donde el agua cubre menos. Esto es debido al uso indebido de los materiales de natación y al exceso de confianza que generan.

Además, tanto los flotadores como los como manguitos mal elegidos (muy inflados, muy grandes) impiden bastante la movilidad del niño en el agua.

Si lo que quieres es disfrutar del agua en familia, olvídate del material “para que el niño flote” y piensa qué juguetes de agua o elementos de piscina son mejores para ese rato de diversión y aprendizaje en familia.

¿Qué material de piscina es más adecuado para que los niños aprendan a nadar?

Hoy en día existe gran variedad de material auxiliar que combina diversión y aprendizaje.

- El objeto más común es el llamado “churro” o “patata”. Es un cilindro de poliestireno que permite gran cantidad de juegos y ejercicios, así como autonomía para el niño.
- Los manguitos de poliestireno también son muy útiles, ya que no se pinchan, sobre todo los que llevan varios discos porque se pueden ir quitando en función del nivel del nadador.
- También son eficaces los bañadores que llevan integradas varias microcámaras de aire que permiten flotar sin impedir el movimiento. No recomiendo chalecos que no lleven arnés porque se suben a la cara del pequeño.

Básicamente, con un “churro” en la piscina podremos pasarlo en grande con los niños y ellos podrán realizar todo tipo de movimientos y ejercicios (delante, detrás, a caballito, etc). Eso sí, los padres deberán estar muy atentos en todo momento. Estamos eligiendo calidad y diversión y desechamos pseudotranquilidad y flotador.

lunes, 23 de julio de 2012

Cuando el tercer hijo nace el segundo (también) crece de golpe‏

Hace un tiempo escribí una entrada en la que explicaba algo que había sucedido al nacer mi segundo hijo, Aran. Jon, el mayor, creció de golpe en mi mente y, pese a tener tres años, de un día para otro pasó de ser mi niño pequeño a ser mi hijo el mayor, llegando a exigirle cosas que hasta ese momento no le había exigido y llegando a tensar demasiado la cuerda.

Pues bien, mira que iba avisado (y tan avisado, que yo mismo di el aviso) para el nacimiento del tercer hijo, pero al nacer Guim, Aran creció de golpe también. Por eso hoy os explico lo mismo, pero en versión segundo y tercer hijo: cuando el tercer hijo nace el segundo crece de golpe y papá puede llegar a meter bastante la pata.
Al nacer Guim, Aran entró en el grupo de “los mayores”

Sucedió así en mi mente. Tenía toda la teoría y tenía la experiencia de la otra vez, pero aún así tropecé dos veces con la misma piedra. Nació Guim y Aran, de repente, dejó de ser nuestro niño pequeñito para pasar a formar parte del grupo de “los mayores”. Yo tenía 3 hijos, pero se dividían en dos, el recién nacido, o sea, el pequeño, y los mayores.

Por esta razón, torpe de mí, hubo momentos en que les exigía a los dos las mismas cosas, sin pensar que uno tiene 6 años y es muy capaz de hacer muchas cosas, pero el otro tiene 3, y aunque es muy “mayor” para muchas cosas (y esto quizás le perjudicó porque mi subconsciente lo sabe), sigue siendo un niño de 3 años que está empezando a conocer el mundo más allá de sí mismo.
Guim tampoco ayudó mucho

Si Guim hubiera tenido el detalle de parecerse más a su padre que a su madre, y no hablo del físico, sino del comportamiento, todo habría sido más fácil. Cuando se juntan mi madre y mi suegra está claro que Miriam y yo, cuando éramos pequeños, éramos la noche y el día.

Ella no dormía casi y, cuando lo hacía, el vuelo de una mosca la despertaba. No podía estar nunca sola, lloraba en la hamaca y lloraba en brazos, no podía despegarse de sus padres o la liaba. Yo, en cambio, era un niño de “ON” y “OFF”. Mi madre dice que sabía que había tenido otro hijo porque tenía buena memoria, que si no podría haberlo olvidado. Yo no lloraba, de hecho, mi madre explica que cuando lloraba apenas me oía, porque tampoco hacía demasiado ruido (como sin querer molestar).

En fin, todo esto para explicar que mis dos primeros hijos fueron muy Miriam en este sentido. Yo tenía la esperanza de que este vez sí, a la tercera, mi hijo cogiera alguno de mis genes pacíficos. Pero no, no fue así. Ya en la barriga demostró pronto que nos íbamos a dar cuenta cuando saliera, y así ha ido siendo. Guim es demandante a más no poder, tanto que, como Miriam, también llora hasta en brazos (que uno dice… ¿pero qué más hago, si ya te tengo en brazos y meciéndote?).

El caso es este, como Guim es tan demandante está todo el día en brazos, así que cuando uno está con él, el otro trata de ordenar las vidas de toda la familia corre corriendo (casa, comida, ropa, niños, papeles, recados, etc.). En esta ecuación “los mayores” salen perdiendo, porque es difícil encontrar tiempo para estar con ellos. Jon lo lleva bien, pero Aran no lo ha llevado tan bien y yo, en vez de pensar “sólo tiene 3 años”, llegué a pensar que “siendo de los mayores, deberías entender que no puedo”.

Poco a poco, y gracias a Miriam, que lo veía desde fuera (“le estás pidiendo demasiado”), me di cuenta de nuevo del error que estaba recometiendo (¿otra vez, cazurro?) y empecé a tratar de calmarme con él, buscando de donde fuera el tiempo y la paciencia para atenderle cuando me necesitaba.
El sol regresa

Ahora, con Guim que acaba de cumplir los cuatro meses, tengo tres hijos: Jon, el mayor, Aran, el mediano y Guim, el pequeño. Cada uno con sus particularidades y sus necesidades y con un papá (yo) más consciente de que cada uno merece ser tratado de manera individual, y no necesariamente de igual manera.

El tiempo pasa, el nuevo miembro se va integrando en su nueva familia (aunque casi diría que su familia se está integrando al nuevo miembro) y poco a poco todos vamos encontrando nuestro sitio para tratar, sobre todas las cosas, de ser felices.

Sé que venimos al mundo para ser felices y para sufrir (o eso dice Pedro Guerra, que “venimos para ser felices y para sufrir”), pero como el sufrimiento es incontrolable porque viene de todas partes, nuestra misión será únicamente centrarnos en ser felices. En eso estamos.

miércoles, 4 de julio de 2012

Cómo saber si el niño está preparado para dejar el pañal

Cuando llega el verano, muchas familias deciden iniciar la “operación pañal”, aunque en realidad el éxito de la misión depende del grado madurativo del niño o niña. Vamos a ver cómo saber si el niño está preparado para dejar el pañal, o por el contrario tendremos que esperar unos meses hasta que lo consiga.

Es complicado “enseñar” al pequeño a no utilizar el pañal. Sencillamente, necesitamos que se haya logrado el control de esfínteres, lo cual no tiene que ver ni con una edad concreta, ni evidentemente con un mes del año o unas temperaturas determinadas.

El control de esfínteres es un proceso madurativo que llega a los tres o a los cuatro años. En muchos casos, sobre todo por la noche, puede tardar bastante más, sin que eso deba ser motivo de preocupación de los padres. A los dos años y medio, sólo el 50% de los niños es capaz de ir sin pañal. A los tres años lo hace el 75% y a los tres años y medio el 95% de los niños.

No existe impedimento para que, si empezamos la “operación pañal” y no tenemos éxito, los pequeños vuelvan al uso de los pañales. Y es que las implicaciones psicológicas de las funciones corporales que controlan los esfínteres son muy profundas y complicadas, mejor interferir lo menos posible en ellas y no forzarlos a dejar el pañal si no están preparados.

Es necesaria la observación de nuestros hijos, ver las “señales” que nos manden los niños sobre el control de esfínteres. Por ejemplo, no moja el pañal en las siestas, se hace pipí al despertar, pide utilizar el inodoro para imitar a los mayores, hace bastante pipí de una sola vez…

También suelen sentirse incómodos con los pañales sucios, piden que se los cambiemos con más frecuencia, se los quitan ellos para hacer sus necesidades fuera, o se los quitan una vez los han manchado… Comunican sus necesidades antes o después de hacerlas. Muchas veces se retiran a hacer pipí o caca a un lugar apartado.

Además podemos tener en cuenta una serie de señales físicas, como que tiene suficiente equilibrio y coordinación para caminar, corre con firmeza y es capaz de bajarse los pantalones o subir al inodoro.

Si observamos estos comportamientos y características, podemos empezar dando pequeños pasos para ir dejando el pañal, animándolos a ello y acostumbrándolos a los nuevos hábitos.

En definitiva, estas son las pistas para saber si el niño está preparado para dejar el pañal o no, y siempre es mejor no hacerse planes preconcebidos y pensar que tarde o temprano el niño dejará de usar el pañal, cuando él esté preparado.

miércoles, 27 de junio de 2012

Salud infantil "Ola de calor y niños"

La exposición del cuerpo a temperaturas muy altas puede tener consecuencias como la deshidratación o el golpe de calor, especialmente en los niños pequeños, que son más susceptibles a sufrirlos. Veamos entonces qué consejos seguir para evitarlos.

Usar gorra y protección solar

Evitar el sol directo en la cabeza es una medida fundamental para evitar el golpe de calor. Si nos enfrentamos a un rápida exposición una temperatura exterior muy alta y no disponemos de elementos para protegernos de ella, el mecanismo de termorregulación del organismo puede verse afectado y no actuar adecuadamente.

Las gorras, preferentemente con viscera ancha y transpirables, ayudan a evitar los rayos de sol directo sobre la cabeza del niño, lo que puede conducir a la insolación con cefaleas, y en casos graves hasta pérdida de conocimiento.

La protección solar para proteger su piel ante posibles quemaduras también es imprescindible si el niño va a estar al aire libre, aún cuando esté a la sombra.

Beber líquidos

Cuando las temperaturas son altas, el mecanismo de regulación corporal hace que sudemos por lo que el organismo necesita reponer líquidos con mayor frecuencia para evitar la deshidratación.

Por eso, es muy importante el consumo de agua en verano. Los bebés y los niños pequeños son más propensos a sufrir deshidratación ya que el porcentaje de agua de su cuerpo es mayor y su equilibrio es más débil. Aún están en maduración los centros reguladores de la sed, y tienen una mayor dificultad para afrontar la necesidad de agua.

A los niños que son amamantados, hay que ofrecerles el pecho con más frecuencia, ya que a través de la leche de la madre reciben el agua, las sales y los nutrientes necesarios para evitar la deshidratación.

La cantidad de agua diaria que debe beber un niño es de entre 50-60 ml por cada kilo de peso, es decir medio litro de agua para un bebé de 10 kilos, por ejemplo. Hay que anticiparse a la sensación de sed. Los expertos recomiendan dar agua, zumos o lácteos cada dos horas a los niños de entre 0 y 3 años.

La hidratación también puede aportarse a través de alimentos como la fruta (piezas o zumos naturales), las verduras y hortalizas frescas y cocidas. También helados, tés fríos, batidos fresquitos, etc.

Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día

Para prevenir un golpe de calor o la deshidratación, lo más recomendable es evitar exponer al niño al sol en las horas centrales del día, entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde.

Busca un lugar sombreado y fresco si vais a estar al aire libre, puede ser debajo de un árbol, o de una sombrilla, mojando la cabeza del niño o utilizando un vaporizador con agua para refrescarle. Siempre con ropa fresca y las menores prendas posibles.

En casa recurrid a ventiladores, aires acondicionados, abanicos, duchas frescas.

No dejar a los niños en el coche… ni por cinco minutos

A pesar de las recomendaciones, cada verano se conocen noticias desagradables sobre niños que han sufrido graves consecuencias (alguno incluso la muerte) por haber sido dejados dentro del coche con temperaturas elevadas.

Nunca se debería dejar a un niño dentro de un coche, ni en invierno ni en verano, pero en verano es especialmente peligroso. La temperatura que alcanza el interior de un coche es suficiente para que se deshidraten en pocos minutos, pudiendo llegar a desmayarse o incluso morir.

Recordemos que los niños pequeños gestionan el calor peor que los adultos.

Esperamos que esto consejos os vengan bien estos días en los que la ola de calor parece no darnos tregua. Los niños deben estar bien protegidos e hidratados para disfrutar de los días de verano de forma saludable y segura.

miércoles, 20 de junio de 2012

Primeras mentiras infantiles, ¿cómo actuar?

Las primeras mentiras de los niños se parecen a los juegos que simulan algo que no es real. En esta época los límites entre lo real y lo imaginario no los tienen muy definidos. Sin embargo, a veces se inventan cualquier historia, a veces inverosímil, para no admitir su culpa.

Nuestros hijos suelen pasar por una etapa donde frases como “yo no he sido”, “se habrá caído solo” o “lo ha roto mi hermano” son muy comunes. Normalmente son mentiras inocentes pero que debemos controlar desde que son pequeños.

El pequeño tiene que aprender que las mentiras no solucionarán sus problemas y que sus actos tienen consecuencias. ¡Te contamos cómo actuar ante las mentiras de los niños!

¿Cómo actuar cuando el niño nos miente?

La causa más común de las mentiras de los niños es el miedo al castigo o a defraudarnos, por eso en vez de reprenderle por sus actos es mejor intentar buscar soluciones. Toma nota de estos consejos útiles:

Explícale los inconvenientes de mentir

No te conformes con decirle que no debe mentir. El niño debe ver que con ese acto puede perjudicar a otros y la gente dejará de confiar en él.

Enséñale otras soluciones

Podemos reparar lo que se ha roto y se pueden pedir disculpas. El niño debe entender que mentir no es la única ni la mejor solución.

Destaca la honradez

Podemos aprovechar ejemplos de los dibujos animados, de los cuentos infantiles o de la vida real para que el niño vea ejemplos de honradez.

No debemos ser demasiado exigentes

Si les ponemos demasiadas reglas y les abroncamos por todo lo que hacen, es fácil y hasta lógico que mientan para evitar nuestras regañinas. Hay que buscar un término medio.

Elogiarles por ser sinceros

«¡Qué bien, me gusta que digas la verdad!». «¡Qué chico tan honrado y sincero!». Los adjetivos positivos son convenientes, por la misma razón que los negativos no lo son: animan al niño a comportarse mal.

Dar ejemplo

Todos mentimos alguna vez, pero el niño no debe pensar que sus padres mienten a menudo. Nosotros somos un modelo para ellos y nuestros consejos no tendrán ningún efecto si no actuamos en consecuencia.

¿Qué no debemos hacer?

Hacerles pasar por interrogatorios policiales

En vez de hacer preguntas insistentes o buscar una confesión, podemos decir: «Veo que has llenado el suelo de agua. ¿Qué te parece si lo limpiamos entre los dos?». O: «Ya sé que has insultado a tu hermano. ¿Qué puedes hacer para que te perdone?

Llamarles mentirosos

Se puede afear el hábito de mentir, pero sin aplicar adjetivos negativos, pues pueden afectar al concepto que se están construyendo de ellos mismos, y pueden provocar que se acostumbren a ellos . Si les llamamos mentirosos, ellos seguirán mintiendo.

¿Hay que castigar al niño?

Cuando un niño miente para ocultar un mal comportamiento, puede ser conveniente aplicar dos castigos diferentes: uno para el mal comportamiento y otro para el hecho de mentir. Es útil que el niño conozca los castigos de antemano, eso sí, debe ser un pequeño castigo (sin exagerar).

martes, 12 de junio de 2012

La importancia de una buena hidratación en el verano para los niños

En verano y con la llegada de las altas temperaturas es importante mantener una correcta hidratación, especialmente en el caso de bebés y niños ya que se pueden llegar a deshidratar mucho más rápido que un adulto.

En el caso de los bebés alimentados con lactancia materna, están protegidos. La leche de su madre aporta todo el líquido y los minerales que los mantienen vitales. Ofrecer el pecho a demanda en días y momentos de mucho calor, en tanto que la mamá debe mantenerse bien hidratada, consumiendo hasta tres litros de agua al día.

Si en cambio el niño tiene lactancia con biberón, se pueden ofrecer biberones de agua mineral, sin obligar al niño a que beba. En todo caso, hay que cuidar muy bien la preparación de la leche, para que no quede demasiado concentrada y así estemos aportándole menos líquido del que necesita la criatura.

Cuando un bebé o niño se deshidrata, se puede detectar por síntomas como la ausencia de lágrimas; sequedad en piel, boca y lengua; disminución en la secreción de orina o deposiciones menos blandas.

Los bebés y niños son más propensos a cuadros gastrointestinales, es una forma habitual de deshidratación en época estival. Consultar al médico en estos casos sin dejar pasar demasiado tiempo, ya que un cuadro de diarrea o vómitos severos puede deshidratar seriamente al niño en cuestión de horas.

Procura mantener hidratada la piel del bebé para evitar una mayor pérdida de agua, debido a que su función barrera no está aún madura.

Hay que evitar siempre la exposición directa y/o prolongada al sol en horas centrales, ya que el niño puede sufrir un golpe de calor. Hay que vestirlos con ropa ligera y fresca.

Los consejos pueden resumirse en pocas pautas: ofrecer al bebé el líquido necesario, evitar su exposición al calor y acudir al pediatra si pierde más liquido del normal.

lunes, 4 de junio de 2012

Niños: Cuidado con las otitis en verano

Ahora que llega el buen tiempo y nos apetece llevar a nuestros hijos e hijas a la piscina o a la playa para refrescarles y que pasen un rato agradable, debemos tener extremo cuidado con las otitis en verano, algo muy frecuente en esta epoca del año.

La humedad o las aguas poco higiénicas, entre otros factores, son las causantes del incremento de las infecciones externas en los conductos auditivos de nuestros pequeños (y también de los que no son tan pequeños). A este tipo de inflamacion del oído tambien se le conoce con el nombre de “otitis del verano” u “otitis del nadador”.

¿Qué es la “otitis del nadador”?

Este tipo de trastorno auditivo, el cual es mucho más frecuente en los niños pequeños, consiste en una inflamación, generalmente producida por bacterias, de la piel que recubre el conducto auditivo externo del oído. Puede darse en ambos oídos a la vez o en uno solo.

El jabón, champú o el cloro del agua pueden facilitar la infección del oído, ya que lo desprotegen ante el ataque de agentes infecciosos externos o el crecimiento de hongos, los cuales se encargan de colonizar primero la piel de la oreja para, posteriormente, introducirse en el conducto auditivo.

Otro causante de la otitis puede ser la cera acumulada dentro del oído, ya que la cera que permanece alojada en el interior es capaz de absorber el agua que entra durante el baño, llegando a hincharse y pudiendo provocar así la formación de un tapón.

El síntoma principal de esta afección tan común en el verano es un dolor muy fuerte y muy molesto en los oídos de nuestros hijos, el cual puede durar aproximadamente un par de dias y se incrementa si se toca la oreja. En alguna ocasión, al tratarse de una infección, puede presentarse también algo de fiebre.

Además de todo lo dicho anteriormente, cada otitis implica una pequeña pérdida de audición temporal, que no suele prolongarme más allá de lo que dura la infección. Por eso es muy importante detectar y curar las otitis a tiempo, ya que de lo contrario pueden producirse complicaciones más severas.

¿Cómo evitar la otitis?

Lo principal y más importante es mantener las orejas limpias y secas en todo momento, y especialmente después de cada baño. La limpieza y el secado se debe hacer con un algodón absorbente, evitando el uso de bastoncillos de algodón. Éstos suelen empujar la suciedad y los agentes infecciosos del conducto auditivo hacia el interior del oído y provocar infecciones más graves.

En su lugar, lo que se recomienda para llevar a cabo el secado de los oídos tras el baño es usar el pico de una toalla o una gasa seca, no introduciéndolo más allá de donde entre el dedo.

En el caso de que tu hijo padezca una otitis y acudas a un médico especialista, lo más probable es que éste te recete unas gotas para su total curación. Eso sí, el tratamiento se adecuará a cada niño en particular, ya que dependerá de la gravedad de cada caso.

Como podéis comprobar, se debe tener cuidado con las otitis en verano, pero no son muy difíciles de evitar ; lo único que se necesita es que las orejitas de nuestros pequeños permanezcan lo más limpias y secas posibles tras cada baño.

Y es que el verano es un momento perfecto para que nuestros hijos, y nosotros con ellos, disfruten del agua y del buen tiempo, pero sin olvidarnos de tomar todo tipo de precauciones para evitar los posibles problemas que puedan impedir que disfrutemos de unos más que merecidos días de ocio en familia.

lunes, 28 de mayo de 2012

Cómo lograr que tu hijo de un año sea independiente

Es muy común que los niños de un año quieran estar siempre con su madre, e incluso que rechacen a su padre o a familiares a los que no ven a diario. Precisamente porque están dejando de ser bebés, necesitan apoyarse en su principal figura de referencia. Los padres podemos ayudar a nuestros hijos de esta edad a ser cada vez más independientes.

¿Cómo lograr que el niño sea independiente sin separarnos de él?

Responder siempre a sus demandas de cariño, seguridad y atención, acogerle siempre que nos busque, pero sin pretender que esté pegado a nosotros.

Hay que permitir al niño alejarse y regresar libremente en la medida en la que le apetezca y necesite.

Es importante no quitarnos al niño de encima como si fuese un molesto engorro. Esta actitud de los padres aumenta su angustia y su insistencia en estar pegado a nosotros (eso es el " apego inseguro" o "ansioso").

No debemos mostrar ansiedad ante una pequeña separación. Si lo hacemos de un modo tranquilo y relajado, sin reflejar inquietud, esa será para el niño una pista importante de que no hay nada que temer. Hay padres que, sin darse cuenta, transmiten al niño su propia angustia de separación.

Ir estableciendo pequeños límites razonables. Los padres tienen la necesidad de reservarse ciertos momentos para ellos: para hacer una comida, ir al baño o atender el teléfono. Podemos decirle: "Mientras mamá habla por teléfono tienes que esperar" o "no puedes estar junto a mí cuando estoy cocinando".

Debe empezar a jugar solo. Debe hacerlo poco a poco. Empecemos a jugar juntos con algún material interesante, y después disminuyamos progresivamente nuestra intervención, pero mostrémonos implicados e interesados en lo que hace. Podemos alejarnos un poco y seguir con nuestras tareas, pero en un radio que nos permita mantener contacto visual. Posteriormente, podemos incluso ausentarnos algunos ratos de la habitación, pero hablándole frecuentemente y visitándole de cuando en cuando para animarle, elogiar sus hazañas y resaltar lo que está haciendo "él solito".

Reservar algunos ratos para estar plenamente con él, dedicándole toda nuestra atención. Es la vivencia de esos momentos lo que le ayudará a construir su confianza y seguridad internas y a soportar algunos ratos de soledad. En cambio, si nunca nos tiene plenamente, le costará también mucho más soportar nuestra ausencia.

lunes, 21 de mayo de 2012

Continuar la lactancia mientras se incorpora gluten a la dieta del niño reduce las tasas de enfermedad celíaca

Los niños cuyas madres continuaron dándoles el pecho cuando incorporaron gluten a su dieta, tienen un 60 por ciento menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad celíaca.

Recordemos que esta dolencia se caracteriza por una intolerancia alimentaria al gluten, presente principalmente en productos derivados del trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). La lactancia prolongada tiene un efecto benéfico entre quienes tienen los genes para desarrollarla.

La Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, indica que prolongar la lactancia mientras se introduce gluten en la alimentación del bebé – a partir de los cuatro meses – ayuda a que las probabilidades de desarrollar la enfermedad disminuyan. La lactancia tiene ese efecto protector para el niño mediante mecanismos biológico complejos, entre los que se incluyen la creación de defensas de las infecciones y el desarrollo de la tolerancia frente a antígenos alimentarios.

Los síntomas más comunes de enfermedad celíaca en niños son diarrea crónica, distensión abdominal y pérdida de peso, aunque la dolencia puede diagnosticarse en diferentes momentos de la vida, incluso en la edad adulta. Un buen diagnóstico evitará las consecuencias de la enfermedad, como carencias nutricionales, osteoporosis, osteopenia, y el desarrollo de otras enfermedades autoinmunes.

En cualquier caso, la lactancia suma un nuevo beneficio, y si tu hijo tiene celiaquía, lo mejor es que lo trate un especialista en este tipo de enfermedades.