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jueves, 14 de febrero de 2013

Que un catarro no se lleve la lactancia materna: ¿qué hacer cuando están malitos?

Es frecuente que en esta época del año de cambios bruscos de temperatura los bebés tengan mocos, y es normal que mamen menos. Para que un catarro no se lleve la lactancia te diremos qué hacer cuando están malitos.

Los cuadros catarrales, las gripes y demás infecciones de las vías altas respiratorias como bronquilotis, otitis, etc. hacen que los bebés presentes tos y mocos y apenas tengan ganas alimentarse. Toman menos el pecho, con menos frecuencia y al vaciar menos el pecho, también disminuye la producción de leche de la madre.

No te agobies si esto sucede. Ya sabes que la producción de leche es regulada por el propio bebé, se va adaptando a la demanda. Si el bebé mama con frecuencia, se produce más leche, y si deja de hacerlo la producción se autorregula y va disminuyendo.

Cuando el catarro dura unos cuantos días y el bebé no vacía el pecho con las misma frecuencia que antes, lo que puedes hacer es utilizar un sacaleches o vaciarte a mano el pecho después de cada toma. Lo que extraigas puedes conservarlo para ofrecérsela cuando el bebé se recupere hasta que tu producción vuelva a ser la habitual.

¿Por qué puede fracasar la lactancia materna?

Al haber estado el bebé malito unos días y no mamar con las misma eficiencia, la producción de leche habrá disminuido.

El problema puede surgir una vez que el bebé se haya recuperado, empiece a querer comer más, vuelva a mamar, y el pecho no vuelva a producir leche tan rápidamente como el bebé lo demanda.

El bebé come mal, tiene gases, llora y la madre interpreta que se queda con hambre, que su leche ya no le alcanza. Muchas veces se recurre desesperadamente al biberón y puede suponer el fin de la lactancia.

En ese caso, lo que puedes hacer es recurrir a las reservas de leche que te has extraído cuando el bebé mamaba menos, hasta que el pecho recupere su producción habitual.

Para que la producción aumente lo que tienes que hacer es colocar al bebé al pecho con más frecuencia. Ya sabes que cuanto más succione, más leche producirá.

Medidas que pueden ayudar

Cuando el bebé está acatarrado o con gripe, lo que debes hacer para ayudarlo a que se alimente mejor es limpiar las vías respiratorias con suero fisiológico. Así, al quedar despejadas, respirarán mejor y se sentirán más cómodos para mamar.

Si ves que no tiene fuerza para empezar la toma, la solución es hacer una primera extracción manual o con sacaleches como para aliviarle el trabajo. Así se le hará más fácil continuar.

Por otra parte, colócate el bebé al pecho todo lo que puedas, aunque casi no mame, el calor y la humedad que proporciona la lactancia materna le ayudará a hacer que los mocos fluyan.

sábado, 9 de febrero de 2013

Infusiones durante el embarazo

Las infusiones herbales y el té  pueden parecer inofensivos, pero tienen principios activos que durante el embarazo pueden tener diferentes efectos.

El té impide la absorción de hierro y calcio durante el embarazo, al mismo tiempo el té verde y el té rojo son estimulantes que pueden propiciar las contracciones.

Es sabido que las hierbas tienen propiedades medicinales, por ello pueden propiciar complicaciones en el embarazo. Al mismo tiempo, hay otras que pueden ser una buena alternativa para las molestias de la gestación.

Las infusiones que no se pueden consumir durante el embarazo son: eucalipto, cola de león, romero, hierbabuena, hierba luisa, mandrágora, manzanilla, poleo, anís, hinojo, flor de Jamaica, muérdago, valeriana, lobelia o salvia. Tienen propiedades emenagogas, es decir que son estimulantes uterinos. Así como son una buena solución para dolores menstruales y reglas irregulares, durante el embarazo pueden dar contracciones.

Otras hierbas, en cambio, son de gran ayuda:

• Ardor de estómago: ayudan las hierbas o semillas con mucilágenos, sustancias que forman una película protectora contra las irritaciones. La malva, la altea, el lino (las semillas) y la berza (el zumo fresco).

• Estreñimiento. Las mismas hierbas ricas en mucilágenos son eficaces contra el estreñimiento, porque absorben el agua, se hinchan y estimulan los movimientos de las paredes intestinales.

• Náuseas y vómitos: las infusiones de menta y de raíz de jengibre son de gran ayuda.

• Varices y hemorroides: Las bayas del ciprés son de gran ayuda pues tienen sustancias tonificantes venosas y vasoconstrictoras, al igual que las semillas y la corteza del castaño de Indias y el arándano negro.

• Cansancio y somnolencia: el romero y la salvia ayudan a atenuar la sensación de fatiga.

lunes, 4 de febrero de 2013

La alimentación del bebé durante el primer año incide en el desarrollo mental

Estudios sobre alimentación infantil han hallado que la alimentación del bebé desde la sexta semana de vida hasta los doce meses, tiene una influencia directa en el desarrollo mental del niño durante toda su vida, concretamente una deficiencia nutricional en esta importante etapa produciría daños irreversibles en el desarrollo neurocerebral de la persona.

Es durante esta etapa en la que el cerebro pasa de ser una estructura simple con mínimos surcos y circunvoluciones a ser una estructura compleja, desarrollándose procesos como la mielinización, la organización de neurotransmisores, arborización dendrítica y sinaptogénesis.

Y si bien estos procesos dependen de muchas variables como la genética o el entorno, la alimentación juega un papel de importancia también.

En este sentido, la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses es la forma ideal de abastecer al niño de todas sus necesidades nutricionales hasta esa edad, pero luego necesita que comencemos a ofrecerle alimentación complementaria.

El crecimiento cefálico es la forma por la cual los pediatras lograr evaluar el neurodesarrollo, ya que la medición de su perímetro se correlaciona con el peso estimado del cerebro y desarrollo los primeros dos años de vida.

Es importante cuidar además los nutrientes transferidos desde la placenta en el tercer trimestre, la alimentación con leche humana, el alto aporte proteico y ácidos grasos de cadena larga.

Es por eso que en el embarazo y luego en la alimentación de los bebés de seis meses a un año, se sugiere incluir en la dieta ácidos grasos de gran jerarquía para ayudar a la realización de los procesos de desarrollo mental. Estos componentes están presentes en los pescados, en frutos secos y en algunas semillas como lino, chía o sésamo.

martes, 15 de enero de 2013

Dieta alta en grasas generan niños más tendientes a la obesidad

Nuevas investigaciones afianzan la idea de que la dieta en el embarazo de la mujer tiene mucha influencia en la futura salud de los niños, concretamente en la obesidad.

En efecto, una alimentación con alto contenido de grasas saturadas, tiene una influencia en la predisposición futura a la obesidad infantil, y los alimentos que las contienen son por ejemplo los fritos, hamburguesas, mantequilla, carne vacuna, entre otros.

Pero al mismo tiempo, los aceites grasos, tales como ácidos grasos tipo omega-3, no tienen influencia negativa.

Para esta investigación, se tomaron muestras de sangre de embarazadas, luego se comparó con el porcentaje de grasa corporal de sus hijos de 4 a 6 años. En este rango de edad, cuanto más grasa saturada habían consumido la madre, mayor era la tasa de grasa y masa corporal del infante.

“Los resultados sugieren que hacer cambios en la dieta de la madre podría ser beneficioso para la composición corporal del niño en desarrollo”, explicaron los científicos.

El estudio indica, sin embargo, que aquellas madres que consumen suplementos de omega 3 contribuyen en el desarrollo óseo y muscular de sus hijos.

miércoles, 9 de enero de 2013

La leche materna contiene más de 700 bacterias y la función que cumplen es un misterio

Es curioso darnos cuenta de que la leche materna, que es el alimento que hemos tomado los humanos durante miles y miles de años, lleva implícitos aún muchos misterios que esperan ser desvelados.

Un estudio reciente realizado por un grupo de investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC) y del Centro Superior de Investigación en Salud Pública (CSISP-GVA) ha desvelado que la leche materna contiene más de 700 bacterias, algo que nos deja boquiabiertos a más de uno, y los autores reconocen que aún no saben cuál es el papel que juega semejante variedad de bacterias en la salud del lactante.

El estudio, que se ha publicado en el “American Journal of Clinical Nutrition”, se ha hecho mediante una técnica basada en la secuenciación masiva de ADN que les ha permitido identificar las diferentes bacterias de varias muestras de calostro y de leche madura.

Para hacer las pruebas analizaron muestras de calostro y de leche después de uno y seis meses de lactancia y encontraron las más de 700 bacterias mencionadas, que resultaron ser bastantes más de las esperadas por los investigadores.

Las bacterias más presentes en las muestras de calostro son: weissella, leuconostoc, staphylococcus, streptococcus y lactococcus. En la leche madura, además, se hallaron bacterias típicas de la boca como veillonella, leptotrichia y prevotella. Esto es algo que los autores no se atreven a explicar porque podrían ser bacterias que están en la boca por colonización de la leche y podría ser también que fueran bacterias de la boca del lactante que entraran en la leche materna para cambiar su composición.

No todas las mujeres tienen la misma leche

Los investigadores quisieron basar sus investigaciones en ver cómo variaba la composición de la leche entre las diferentes mujeres y en saber si el modo de dar a luz tenía también incidencia en ello.

Pues bien, observaron que la leche de las mujeres con sobrepeso y de las que ganaron más kilos de lo recomendable durante el embarazo contiene menor diversidad de especies y vieron también que la leche que producen las mujeres que dan a luz mediante cesárea programada es más pobre en microorganismos que la de las mujeres que dan a luz de manera vaginal. Curiosamente, cuando la cesárea no era programada, cuando se llevaba a cabo estando la mujer ya de parto, la composición de la leche resultó ser prácticamente igual que la de las mujeres con partos vaginales.

Mucho por descubrir

Ahora, después de conocer que el calostro y la leche materna están llenas de microorganismos y bacterias sólo nos falta saber qué función tienen. Si ya con lo poco que sabemos de la leche materna tenemos claro que no hay nada que pueda sustituirla, mayores conocimientos podrán ayudar aún más a tener claro que son muchos los esfuerzos que madres, padres y profesionales sanitarios tenemos que llevar a cabo para conseguir que toda mujer que quiera amamantar a sus hijos pueda hacerlo.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Acido fólico en el embarazo, también para un mejor desarrollo mental en el bebé

Es sabido que la vitamina B9 o ácido fólico en el embarazo, es esencial para prevenir defectos del tubo neural, pero también tendría otros beneficios, como contribuir a un mejor desarrollo mental del bebé.

Tendría un fuerte impacto no sólo al prevenir enfermedades graves como la espina bífida o la anencefalia, sino también para evitar un mayor riesgo de que el niño desarrolle problemas emocionales o de conducta.

Algunos estudios también han señalado al ácido fólico como eficaz para prevenir retrasos en el lenguaje e incluso que contribuiría a tener niños más listos.

El ácido fólico es una ayuda indispensable durante el embarazo, que se recomienda empezar a tomar desde al menos un mes antes del comienzo de la gestación para asegurarse que el organismo de la mujer cuenta con las reservas necesarias de esta vitamina esencial. Cuando se entera que está embarazada el tubo neural puede ya haberse formado, por eso es tan importante empezar a tomarlo antes.

Se recomienda un complemento vitamínico de 400 microgramos de ácido fólico, siempre como parte de una dieta saludable. En la dieta se debe incluir alimentos ricos en ácido fólico (por ejemplo: la harina, el arroz, la pasta, el pan y los cereales) y en folato, es decir, la forma natural del ácido fólico que se encuentra en algunos alimentos como son las verduras de hojas verdes, las legumbres o las naranjas.

Además de prevenir defectos del tubo neural, el ácido fólico demuestra contribuir a la salud mental del bebé y a mejorar su desarrollo, por tanto es suficiente para comenzar a tomarlo a la hora de planear un embarazo sano.

viernes, 23 de noviembre de 2012

El peso en el embarazo: cuánto se recomienda ganar y cómo controlarlo

El peso es una de las cuestiones que más llegan a obsesionar a las embarazas, tanto por los estereotipos de belleza actuales como por la importancia excesiva que le dan algunas matronas y ginecólogos que, mes tras mes, miran la báscula con aire amenazante y miradas de “te-has-pasado-un-huevo”, sin que realmente tenga demasiado sentido.

Digo esto porque son muchos los profesionales que se atreven a poner un límite al peso a ganar y muchos los que casi obligan a las madres a llevar un control exhaustivo de la comida en un momento, el embarazo, en que es muy variable el peso que puede llegar a coger una mujer así como variable es el hambre que tiene cada una.

Para todas aquellas futuras madres que sufren durante el embarazo por el peso que están cogiendo y para aquellas que sufren cada vez que van a la visita mensual para el control del embarazo vamos a ver hoy cuál es la mejor dieta durante el embarazo, cuál es el aumento de peso normal y cómo se reparte en el cuerpo y en las nuevas estructuras y el bebé.

Cuál es el aumento de peso normal

Pongamos que una mujer tiene un peso normal antes de quedar embarazada. Es posible que en las visitas mensuales alguien diga eso de “mamá, un kilo por mes, no más” y que la consulta de maternidad se convierta instantáneamente en una consulta de belleza premamá, porque es una frase que no tiene ningún sentido.

Lo recomendable, según los expertos, es que esta misma madre que tiene un peso normal gane, durante el embarazo, entre 11,6 kg y 16 kg. Sin embargo, como se dice habitualmente, cada cuerpo es un mundo, y hay mujeres (como Miriam, mi mujer) que ganan menos kilos y otras que ganan hasta 18 kg, teniendo todas ellas bebés sanos y siendo capaces de recuperar el peso de antes del embarazo.

Dicho de otro modo, el “kilo por mes” daría un total de 9 kg en todo el embarazo y, sin embargo, acabo de decir que hay mujeres que pueden llegar a ganar hasta 18 kg sin ser un problema, algo que nos da una media de dos kilos por mes y que hace que el consejo sea equivocado.

Lo importante no es hacer dieta, sino comer bien

Si una mujer llega a creerse eso de controlar mucho el peso puede caer en el error de tratar de no pasarse y acabar comiendo menos de lo que debe. Esta medida, a la que tan acostumbradas están muchas mujeres, que empiezan dietas a menudo, está contraindicada en el embarazo porque cuando se come poco se queman grasas y se generan los llamados cuerpos cetónicos, que pueden llegar al feto, siendo tóxicos, y dañar el sistema nervioso del bebé.

Lo importante entonces no es limitar lo que se come, porque no es el momento de hacerlo, sino elegir bien lo que la mujer come. Supongo que todas más o menos ya sabéis qué es lo más recomendable y además Lola lo comentó hace dos días, pero haciendo un resumen rápido, decir que lo ideal es comer sobretodo alimentos de origen vegetal (frutas y verduras), no pasarnos con las carnes rojas (máximo tres veces a la semana), siendo más recomendables las blancas, tomar lácteos desnatados, aceite de oliva, legumbres, comer alimentos integrales, como pan, cereales y arroz, en vez de harinas más refinadas, y dejar los alimentos que menos necesitamos, que son los que más anuncian en la tele y en las revistas, para momentos muy puntuales.

Ya que voy a engordar, aprovecho y como de todo

Después de explicar que una mujer no puede obsesionarse con el peso para evitar que coma de menos creo que es importante explicar también que es un error pensar que, ya que vas a engordar, los excesos no importan.

Como comentamos siempre que hablamos de los niños, no debemos preocuparnos demasiado por lo poco que comemos si hay comida disponible, porque el hambre es lo que nos pide comer y la saciedad lo que nos pide que dejemos de hacerlo. Estos mecanismos han permitido que la humanidad siguiera adelante por los siglos de los siglos (porque nadie tenía un nutricionista al lado hace tres mil años que le dijera cuánto y qué debía comer), y por ello debemos seguir haciéndoles caso.

Sin embargo hay mujeres que, como digo, aprovechan y utilizan el hambre para disfrutar de algunos placeres de la vida poco recomendables para el bebé, sobretodo si se hace abusando de ello.

Digo para el bebé porque los nutrientes que recibe un bebé dependen única y exclusivamente de lo que coma la madre. Si está todo el día comiendo “porquerías” o “comida basura”, eso será lo que reciba el niño (dicen que hay madres que se pasan tanto que hay niños que salen pidiendo el juguete del Happy Meal y todo…).

Por otra parte, cuanto más peso gane una mujer con la comida como causa más difícil será después volver al peso de antes y más fácilmente engordará siempre. Esto es porque la gordura de una persona depende en gran cantidad del número de adipocitos (células grasas) que tiene bajo la piel.

Cuando una persona come por encima de lo que necesita los adipocitos se hacen cada vez más grandes, aumentando el volumen de la persona. Si tiene pocos adipocitos engordará más lentamente que una persona que tiene muchos de ellos y, según se dice, si eres capaz de engordar 4 kg por la comida, no sólo habrá aumentado el tamaño de los adipocitos que ya tienes sino que habrás conseguido crear adipocitos nuevos (que no se destruyen y que harán que luego te cueste más perder peso y menos engordar).

¿Si como poco mi bebé puede ser más pequeño?

Pues sí, si limitas mucho la ingesta y te faltan nutrientes puede suceder que tu hijo pese poco al nacer, por eso se recomienda no pasar hambre bajo ningún concepto y comer de manera equilibrada y sana.

¿Si como de más, el bebé será más grande?

Se decía antiguamente que una mujer embarazada tenía que comer por dos. Bien, tiene que comer por ella y por el bebé, por dos personas, pero no tiene que comer multiplicado por dos, por todas las razones ya expuestas. Si una mujer decide comer de más para conseguir que su bebé sea más grande, debe saber que la que se lleva los kilos de los dos, en este caso, es ella y no el bebé. Es decir, si comes de menos sí puede ser más pequeño, pero si comes de más (de lo recomendado), el bebé no crecerá hasta el infinito y más allá.

¿Y el peso que he ganado, de dónde proviene?

No es una pregunta que se hagan las mujeres muy a menudo, porque se suele ver el aumento de peso repartido por todo el cuerpo a simple vista, pero puede ser interesante saber cómo se reparte el peso que gana una mujer.

Si cogemos como promedio en ganancia de peso 12,6 kg, éstos kilos se repartirían de la siguiente manera:
  • Volumen sanguíneo: 1,3 kg.
  • Pecho: 0,4 kg.
  • Útero: 1 kg.
  • Feto: 3,4 kg.
  • Placenta: 0,7 kg.
  • Líquido amniótico: 0,8 kg.
  • Grasa: 3,5 kg.
  • Líquido retenido: 1,5 kg (aunque puede llegar a los 4,5 kg).
Como veis, una vez nace el bebé y sale la placenta y el líquido amniótico se “pierden” de golpe unos 5 kg. Luego, a medida que pasa el tiempo, con la lactancia quemando calorías y con un bebé y luego niño (que agota a cualquiera) haciendo que la madre no pare, el peso va reduciéndose poco a poco. Para ello además hay que seguir comiendo bien y haciendo algo de ejercicio si queda tiempo, para evitar oxidarse demasiado.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Una única copa de vino en el embarazo afecta la inteligencia del bebé

Una investigación llevada a cabo por las universidades británicas de Oxford y Bristol, determinó que no existen niveles seguros de ingesta de alcohol en el embarazo, y que incluso una pequeña cantidad podría tener consecuencias poco deseables en el feto.

Así, tras analizar el coeficiente intelectual de 4.000 niños, se encontró que beber de una a seis unidades de alcohol durante el embarazo – lo que se considera un consumo moderado – afectaría el coeficiente intelectual del futuro bebé.

Es que si bien está generalizada la recomendación de no beber alcohol en el embarazo, lo cierto es que existen inconsistencias con respecto a lo que ocurre si la mujer bebe pequeñas cantidades.

La investigación determinó que existen cuatro variantes genéticas que metabolizan el alcohol en el feto cuando su madre bebe, encontrando que se relacionan con un menor coeficiente intelectual, medido a los ocho años de edad: casi dos puntos menos de media que aquellos cuyas madres no bebieron.

“Queda en cada mujer decidir si bebe o no durante el embarazo, nosotros solo queríamos dar evidencias. Pero recomendamos evitar el alcohol. ¿Por qué arriesgarse?”, explicaron los científicos.

No obstante, muchos especialistas aún sostienen que pequeñas cantidades son seguras para el feto.

martes, 6 de noviembre de 2012

Aminoácidos en la dieta previenen preeclampsia

Un grupo de científicos de la Universidad Nacional de México encontró que lograron prevenir la preeclampsia en un grupo de pacientes de riesgo, administrando el aminoácido L-arginina en la dieta de las gestantes.

Recordemos que la preeclampsia o toxemia del embarazo es una condición cuyas causas se desconocen, que causa hipertensión y puede llevar a la muerte materna y fetal, razón por la cual la única solución posible en terminar con el embarazo – que en casos afortunados donde ocurre a una edad gestacional apropiada, acaba con un bebé prematuro que finalmente logra sobrevivir –. Se trata de una de las más preocupantes complicaciones del embarazo.

Esta enfermedad aparece después del quinto mes de gestación y sus síntomas son la hipertensión, además de presencia de proteínas en la orina. Una vez que se confirma el diagnóstico, puede evolucionar a un cuadro de daño neurológico potencialmente letal llamado eclampsia. Otro riesgo es el de hemorragias por hipertensión.

Si bien hasta ahora no había medidas concretas para prevenir esta enfermedad – más que tratar de llevar una vida saludable, lo cual no garantiza que finalmente ocurra – este ensayo en México encontró que administrar suplementos de L-arginina fue beneficioso y logró la prevención en mujeres con riesgos.

La L-arginina está presente en los alimentos con proteínas, también en algunos vegetales, en el aceite de oliva, en frutos secos y semillas. Es una fuente de compuestos vasodilatadores. Las células de los vasos sanguíneos la transforman en un compuesto llamado óxido nítrico.

“La lógica fue utilizar suplementación del aminoácido para que la paciente tuviera disponibilidad del compuesto que sirve para abrir los vasos sanguíneos y contrarrestar la hipertensión”. Con esta terapia, administrando el suplemento en forma de barras alimenticias – como las barras de cereal que conocemos – lograron que la mitad de las mujeres con riesgos evitaran la preeclampsia.

Así, si bien es probable que estas mujeres tengan la predisposición a la preeclampsia, con este suplemento se han defendido eficientemente de ella.

De esta manera, con nuevos estudios más amplios, se podría llegar a un protocolo que administre a la embarazada suplementos de L-arginina, tal como hoy ya se hace con el ácido fólico en la etapa pregestacional y durante el primer trimestre.

miércoles, 31 de octubre de 2012

5 medidas sencillas para restringir el consumo de azúcar a los niños

Todo padre sabe que no es bueno abusar de las famosas chuches, bollos, chocolates… Pero, ¿cómo negarle a tu hijo su capricho favorito? Se debe y se puede con estas cinco sencillas medidas, que ayudan a reducir el consumo de azúcar en niños.

Los alimentos que llevan azúcar tienen un sabor apetecible y eso fomenta que se quiera consumir. Por eso, limitar el azúcar a los niños requiere de una estrategia de padres y educadores que, además, han de apoyar el Gobierno y la industria.

Cinco medidas para reducir el consumo de azúcar en niños

No prohibir

Los expertos coinciden en que la prohibición no es eficaz. El niño probablemente lo vea como algo más deseable y puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Alejar

No poner dulces al alcance de los niños: no tener chuches en casa (ni refrescos azucarados) es muy recomendable

Informarse

Hay que establecer canales de comunicación con otros padres y con el colegio. La lectura de las etiquetas del los alimentos, también es importante.

Dosificar

No es lo mismo consumir un dulce mientras se ve la televisión, que después de haber hecho deporte toda la mañana. Así, los expertos recomiendan dejar los dulces-premio como alimentos que se reciben tras el ejercicio, preferiblemente practicado en familia.

No añadir

A pesar de la cada vez mayor concienciación sobre los peligros del exceso de calorías, todavía perduran hábitos poco saludables. Por ejemplo, si se hace un zumo de naranja, es innecesario añadir azúcar, puesto que las frutas contienen azúcares naturales.

viernes, 26 de octubre de 2012

Café, galletas y bocadillos reducen el peso al nacer

Sabemos que lograr un buen peso al nacer es un factor de buena salud del recién nacido. Sin embargo, ingerir alimentos poco saludables podría hacer que el bebé nazca con menos peso.

El problema radicaría en consumir alimentos con alto contenido de acrilamida, como las patatas fritas, los chips, las galletas, los cereales o el café, que producen un menor peso del bebé al nacer y una menor circunferencia del diámetro craneal.

Estos datos se desprenden de un estudio realizado en Dinamarca, Inglaterra, Grecia, Noruega y España sobre la dieta de 1.100 mujeres embarazadas y sus recién nacidos, a cargo del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona y la Universidad de Estocolmo (Suecia).

La diferencia entre quienes llevan una dieta de alimentos poco saludable con altos índices de archilamida puede ser de hasta 132 gramos en el peso del bebé y 0,33 centímetros en el tamaño de su cabeza. Esta sustancia se forma al freír, asar, tostar u hornear alimentos ricos en carbohidratos como las patatas fritas, chips, bollería o cereales de desayuno. Su efecto adverso es comparable – incluso – al del tabaquismo.

Un peso bajo al nacer, además, se relacionaría con otras dolencias durante la vida como estatura reducida, aumento de la incidencia de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus tipo 2 y osteoporosis.

Lo que el estudio ha logrado confirmar es que esta sustancia atraviesa la placenta y, por lo tanto, existe un particular riesgo para la salud del feto.

sábado, 13 de octubre de 2012

Mala alimentación en el embarazo predispone al bebé a la diabetes

La falta de nutrientes durante el embarazo podría generar en el bebé una predisposición a la diabetes, de acuerdo a distintos estudios. En efecto, una mala nutrición en los dos primeros trimestres de la gestación puede producir una alteración en el páncreas del bebé en formación, lo que a largo plazo predispone a la diabetes.

Estos datos llegan de México, donde buena parte de los diabéticos vive en la pobreza, lo que llevó a investigar y determinar que la mala nutrición materna ha influido en este hecho. En efecto, así como es importante que la madre no acumule sobrepeso en esta etapa, el balance nutricional de su dieta es igual de trascendente para la óptima salud de su futuro hijo.

El dato es relevante también para aquellas mujeres con conductas extremas con respecto al aumento de peso, que las lleva a comer por debajo de sus necesidades de nutrición y las de sus hijos.

La embarazada con inadecuado consumo de grasas y carbohidratos se expone al acumulo de lípidos al generar resistencia a la insulina y con ello una inadecuada absorción de azúcar, con lo que este elemento se mantiene circulante en la sangre por más tiempo y promueve así el desarrollo de diabetes.

Pero también, limitar la ingesta en demasía se traducen en un mal funcionamiento pancreático y esto desencadena la diabetes.

En la dieta de la embarazada, se deben privilegiar los alimentos que prevengan el estrés oxidativo, es decir, los de color verde, rojo y naranja por su enorme aporte vitamínico.

La dieta debe estar constituida por 50% de carbohidratos, no más de 30% de grasas y el resto de proteínas. Tampoco debe faltar el ácido fólico en las primeras etapas, que generalmente se administra en forma de suplementos.

Más del 60% de las madres abandonan la lactancia antes de los seis meses

Si bien la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y complementada con otros alimentos hasta como mínimo los dos años del niño, según datos del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, más del 60% de las madres abandonan la lactancia antes de los seis meses.

Son muchas las razones por las cuales los índices de lactancia no son más satisfactorios, entre ellas la falta de información y apoyo de pediatras y enfermeras, y los impedimentos para seguir amamantando al bebé una vez que la madre se reincorpora al trabajo, que, incoherentemente, en España es antes de los seis meses del bebé.

Cuando la madre tiene que volver al trabajo, la lactancia materna disminuye. Aunque se ha solicitado extender la baja maternal a seis meses para que al menos coincida con el período de lactancia materna exclusiva, de momento no parece ser un asunto prioritario para las administraciones. Sin duda, esto facilitaría que las madres puedan estar junto a sus bebés y seguir ofreciéndoles su alimento por más tiempo.

Por su parte, otra de las trabas que encuentran las madres es que cuando el niño tiene que ir a la escuela infantil, ésta no siempre facilita la lactancia materna. Se han establecido protocolos para que los bebés puedan ser alimentados con la leche de sus madres, o bien desplazándose la madre al centro o llevando los biberones con leche extraída. Pero en la realidad, los casos son minoritarios.

Casi todas las madres que abandonan la lactancia materna aseguran que preferirían no haberlo hecho, pero para muchas continuar la lactancia es un estado ideal que no se pueden permitir cuando toca volver al trabajo y el bebé a la guardería.

Muchas cosas deberían cambiar para que las tasas de lactancia materna aumentasen, entre ellas proporcionar a las madres una información realista sobre la lactancia materna, apoyarlas, y facilitar la continuación de la lactancia cuando la madre debe volver al trabajo.

martes, 25 de septiembre de 2012

Los quesos en el embarazo

Existe una idea difundida de que las embarazadas no deben comer quesos blandos. Y puede que haya algo de verdad en todo ello, ya que hay motivos para tener ciertas precauciones. Es que hasta no hace tanto tiempo, no era seguro que los quesos que se estaban consumiendo estuvieran debidamente pasteurizados.

Es por ello que hasta hace poco se aconsejaba evitar los quesos blandos en el embarazo. Sin embargo, actualmente es posible saber fehacientemente que las marcas industriales de lácteos tienen rigurosos procesos de pasteurización que eliminan el riesgo.

Concretamente, son las bacterias listeria monocytogenes y brucella abortus, las que podían causar desde aborto espontáneo a malformaciones, o hasta la muerte materna en casos graves. Pero si consumimos quesos confiables, esto no tiene por qué ocurrir.

La mayoría de los productos lácteos que se fabrican en Europa están previamente pasteurizados. Sin embargo, es posible toparse con quesos hechos con leche sin pasteurizar, y en este caso los quesos blandos son los más propensos a tener bacterias nocivas. Por ejemplo, los quesos blandos de tipo artesanal, pueden ser perjudiciales.

Es mejor no comer en esta etapa quesos que no estén envueltos en un plástico precintado o aquellos que tengan un proceso de fabricación dudoso. También hay que ser precavidas con los quesos blandos que se dejan a medias, porque pueden contaminarse, en especial si permanecen en un ambiente caluroso.

En cualquier caso, lee atentamente las etiquetas de lo que consumes para asegurarte que los lácteos que tomes estén debidamente pasteurizados.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Las bebidas azucaradas podrían tener relación con el parto prematuro

Un estudio realizado en Noruega determinó que beber gran cantidad de refresco regular en el embarazo, predispone a que se desencadene un parto prematuro, razón por la cual las gestantes deberían vigilar su consumo.

La investigación abarcó 60.000 embarazadas y fue realizada por Hospital de la Universidad Sahlgrenska. Se encontró que beber hasta un refresco dulce al día durante el embarazo aumenta un 25% las probabilidades de que el bebé nazca antes de tiempo.

Pero hay más aún. Quienes habían consumido refrescos dietéticos todos los días tuvieron un 11% más de posibilidad de tener un parto prematuro que las que no tomaban bebidas dulces.

Otro factor observado fue que las mujeres con sobrepeso también tuvieron mayor probabilidad de parto prematuro. No obstante, las que habían bebido por lo menos una gaseosa por semana eran un 30% más propensas a tener un bebé prematuro que las mujeres con sobrepeso que no consumían esas bebidas. Pero el consumo diario aumentó ese riesgo hasta un 41%.

La relación causal que se encontró fue que quienes consumen casi a diario estos refrescos dulces, también tienden a tener otros malos hábitos de alimentación, o tabaquismo, entre otros. Es por ello que la sugerencia es optar por una alimentación más saludable, por tener un peso óptimo y por evitar alimentos o bebidas que se saben que no son nada buenos. En todo caso, se los puede dejar para un consumo ocasional, pero no diario.

lunes, 3 de septiembre de 2012

La leche materna propicia el desarrollo de la flora intestinal del bebé

Un nuevo beneficio más de la lactancia materna, es que ahora se descubrió que es capaz de ayudar a que la flora intestinal del bebé se desarrolle de mejor forma, con lo cual el niño es capaz de defenderse mucho mejor de las enfermedades.

Es que en efecto, la existencia de determinadas bacterias en el tracto digestivo ayuda a eliminar a otras que son patógenas. Y si la lactancia ayuda a que los bebés tengan más desarrollada la flora intestinal, el beneficio es que el niño será más sano. Es por eso que la incidencia de gripe, enfermedades respiratorias y diarrea infantil, es inferior entre los alimentados con leche materna.

De esta manera, se descubrió otro mecanismo más por el que la leche materna protege de enfermedades, y suma una ventaja adicional más que la leche de fórmula no tiene.

En laboratorio, se cultivaron bacterias en leche de vaca, leche de fórmula y leche materna. En la leche materna, las bacterias se adhirieron entre sí para formar biopelículas, unas capas delgadas y adherentes de bacterias que sirven de escudo contra los patógenos y las infecciones.

En el caso de la fórmula y la leche de vaca las bacterias crecieron, pero como organismos individuales que no se unen para formar una barrera protectora.

martes, 14 de agosto de 2012

¿Qué alteraciones físicas pueden afectar a los bebés que toman biberón?

Son conocidos los riesgos de tomar leche artificial, aunque menos se habla de lo que supone tomarla en biberón o mamadera, ya que la boca del bebé está preparada para el pecho materno pero no para este artilugio cuyas muestras más antiguas datan de hasta 1500 a.C. Y aunque los de hoy en día poco tienen que ver con aquellos rudimentarios recipientes, al menos en su forma, los biberones comportan riesgos que pasamos a comentar.

A pesar de lo que nos cuenten los anuncios y de los avances en diseños, ningún biberón se asemeja a la forma, consistencia, textura, temperatura y funcionalidad del pecho materno. Al pecho, el bebé realiza más movimientos de succión, lo cual contribuye a un desarrollo facial armónico y ayuda a prevenir enfermedades como otitis y problemas de dicción.

Por el contrario, el uso de biberón en el lactante menor puede provocar una serie de alteraciones en el área máxilo-facial, oral y faríngea, relacionadas con la forma del biberón y el modo en que el bebé extrae la leche de él:

Alteración funcional de la succión-deglución-respiración. Hay estudios que comprueban las diferencias entre la manera de succionar pecho y biberón. El niño que se alimenta con biberón debe improvisar patrones funcionales de succión-deglución-respiración para dosificar el contenido extraído y deglutirlo sin atragantarse (disfunción motora oral).

Riesgo de aspiración de alimentos. Apneas prolongadas. La desorganización neuromuscular de la succión-deglución-respiración puede ser la causa de regurgitación y aspiración del alimento y de los episodios de apneas prolongadas que se producen en los niños alimentados con biberón. Se ha pensado que la leche artificial podría ser una de las causas de muerte súbita en los lactantes. La explicación podría estar la alteración que la leche artificial produce sobre el sueño: los bebés que toman preparados artificiales tienden a tener un sueño más profundo y a despertar menos veces por la noche que los bebés que toman el pecho.

Interferencia en la maduración de futuras funciones bucales. Un patrón funcional básico alterado genera una distorsión de las futuras funciones, manifestada como deglución atípica, respiración bucal, disfunción masticatoria, dificultades en la fonoarticulación del lenguaje, alteración de la postura corporal…

Congestión del sistema adenoídeo (amígdalas faríngeas o vegetaciones). El sistema adenoídeo de la retrofaringe, compuesto por múltiples ganglios y vasos linfáticos, se congestiona fácilmente cuando el niño tiene una función de succión-deglución anormal.

Riesgos de otitis y enfermedades respiratorias. La congestión del sistema adenoídeo involucra una congestión de la mucosa respiratoria y de la trompa de Eustaquio. La diferencia de temperatura en más o menos grados que la leche materna, y el azúcar agregada al contenido del biberón también pueden causar congestión de las mucosas. Las mucosas respiratorias y la trompa de Eustaquio congestionadas se hacen insuficientes y por lo tanto vulnerables a la infección, siendo ésta una de las causas de frecuentes enfermedades respiratorias, alergias y otitis media en los lactantes alimentados con biberón.

Hábito de respiración bucal. Episodios de congestión de la mucosa respiratoria y del sistema adenoídeo obligan al niño a buscar la alternativa de la respiración bucal para ingresar el aire necesario a sus pulmones. Si estos episodios son frecuentes o prolongados, el niño adquiere el hábito de respiración bucal, con todas las consecuencias que ello acarrea: falta de ventilación adecuada, infecciones respiratorias recurrentes, hipoacusia, alteración desarrollo torácico y de la postura corporal, alteraciones del desarrollo máxilo-facial, facciones típicas alargadas y con la boca abierta…

Alteración de la postura cérvico-craneal y del eje vertical del cuerpo. La disfunción linguo-mandibular producida por una función alterada de la succión-deglución-respiración, produce una mala posición compensatoria de la cabeza y el cuello con respecto a la cintura escapular y el eje vertical del cuerpo.

Alteraciones del desarrollo máxilo-dentario. El buen desarrollo de los maxilares y de la oclusión o mordida dependen en gran medida del equilibrio de las fuerzas de presión-tracción que ejercen los músculos sobre las estructuras óseas con las que se relacionan. Cuando el niño usa biberón no hace fuerza de vacío succional, de gran importancia para el equilibrio de las presiones-tracciones musculares internas (lengua y velo del paladar) y externas (labios y mejillas).

Mayor riesgo de caries. El azúcar o los alimentos azucarados agregados a la leche artificial son la causa del gran número de caries que presentan los niños alimentados artificialmente. Utilizar tetinas, chupetes o biberones endulzados supone un factor de riesgo de caries dental en la infancia.

Creación de hábitos disfuncionales de succión. La prolongación de la succión, ya sea de chupete o biberón, más allá del tiempo para el cual está programada como función básica, crea en el niño una dependencia, transformándose en hábitos disfuncionales que alteran en menor o mayor grado el desarrollo morfofuncional de los complejos orofaríngeo y dento-máxilo-facial. Por ello la Asociación Española de Pediatría recomienda usar el chupete hasta el primer año de vida del niño, pero no después.

Como vemos, son riesgos variados relacionados fundamentalmente con la morfología de nuestra boca, preparada para el pecho pero no para el biberón o mamadera, incluso la morfología de nuestra cabeza y espalda se pueden ver forzadas.

En cuanto al contenido del biberón, algunos riesgos no están relacionados, pero otros como el riesgo de caries o de infecciones sí dependen directamente de la leche artificial (es decir, con un biberón de leche materna no aumentaría el riesgo).

Además, a estos puntos hemos de añadir que aunque un biberón bien diseñado no debería tener este problema, sí se han dado casos de riesgo de asfixia.

Por otro lado, a largo plazo, si el bebé sigue tomando biberón después del año se fomenta la obesidad, y el hecho de que la leche artificial carezca de los componentes de la leche materna que protegen el bebé de manera natural, lo exponen a más enfermedades. Está comprobado que los niños alimentados con leche artificial enferman con mayor frecuencia de diarreas, enfermedades respiratorias, otitis y alergias.

No obstante, siempre al preparar un biberón sea cual sea su contenido existen ciertos riesgos para los bebés y por ello os recordamos las recomendaciones para preparar correctamente el biberón.

Visto todo esto, parece claro que, si el bebé no es amamantado, el uso del biberón debería reducirse en el tiempo para evitar estos riesgos de alteraciones físicas. Por ello los pediatras recomiendan que se pase al vaso, para no adquirir “vicios” que hagan que la estructura bucal se deforme y dé lugar con mayor facilidad a los problemas vistos.

jueves, 26 de julio de 2012

Dieta en el embarazo y alergias alimentarias

Todas las mamás embarazadas procuran comer bien para alimentar a sus hijos en gestación, pero la duda de muchas es que si comer determinados alimentos puede causar futuras alergias alimentarias en sus hijos.

Lo cierto es que las alergias tienen un alto factor hereditario, el niño tendrá un 30% de probabilidades de ser alérgico si uno de sus padres lo es, y un 60% si lo son ambos. Si ambos padres tienen el mismo tipo de alergia, las probabilidades aumentan al 80%.

Si bien no se puede confirmar que la alimentación en el embarazo predisponga a desarrollar alergias, sí se ha comprobado que algunas pautas saludables en el tercer trimestre ayudarían a prevenirlas.

Es así que un estudio holandés encontró beneficios en las manzanas. Los niños nacidos de mamás que comían cuatro o más manzanas por semana eran 37% menos propensos a desarrollar problemas respiratorios, y el 53% era menos propenso a desarrollar asma. Específicamente esta fruta, es beneficiosa en este aspecto.

Los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 han demostrado tener beneficios en la prevención de reacciones alérgicas en el bebé, cuando la mujer ha consumido suplementos de aceite de pescado en el embarazo a partir de la semana 25 y hasta el tercer mes de vida del niño y dando el pecho.

Fumar en el embarazo es un gran desencadenante de asma y alergias infantiles, así que una vez más rige la recomendación de mantener el cigarrillo bien lejos. Si luego hay personas que fuman en la misma casa del bebé, sus riesgos aumentan aún más.

Si bien la genética es determinante en las alergias, algunas pautas saludables podrían inclinar la balanza hacia la salud del bebé.

¿Puede el dedito hacer que nuestro bebé coma menos?

Hacia los tres o cuatro meses los bebés empiezan a chuparse las manos o los dedos, básicamente porque empiezan a saber llevarse la mano a la boca (no, no son los dientes) y porque, como bien sabréis, con la succión se calman bastante.

Esta afición puede llegar a ser bastante constante en algunos bebés, sobretodo si nunca han utilizado el chupete, y en ocasiones pueden llegar a sustituir alguna toma de leche por el simple hecho de que con el dedo ya consiguen calmarse, postergando el hambre para después. La duda a resolver entonces es: ¿Puede el dedito hacer que nuestro bebé coma menos? Esta pregunta, lógicamente, también sirve cambiando “dedo” por “chupete”.

La respuesta, como ya he dicho arriba, es que sí. La leche materna (y la artificial también) se da a demanda y, como hemos explicado en otras ocasiones, el llanto es un signo tardío de hambre. Esto quiere decir que cuando un bebé pequeñín está despierto y empieza a abrir y cerrar la boca, a veces incluso tratándose de llevar las manos a la boca, tiene hambre.

Si en ese momento le ponemos el chupete y lo empieza a succionar hasta dormirse se queda sin hacer la toma que estaba esperando. Si esto pasa una vez al día, no es mayor problema, porque compensará lo que no ha comido en tomas sucesivas. Sin embargo, si esto va pasando cada vez que quiere comer, o varias veces, sí puede ser que haya problemas de peso porque no esté comiendo suficiente.

Ahora bien, estamos hablando de niños de 3 ó 4 meses que, en teoría, ya comen lo que quieren y necesitan y que han cogido afición por el dedo. Puede pasar que en alguna toma, igual que con el chupete de los pequeños, se calmen o duerman antes de haber comido. Quizás a lo largo del día acaben compensando eso que no han comido como hacen aquellos niños que maman menos porque sus madres, simplemente, van alargando el tiempo entre las tomas, o quizás sí, de tanto “comerse” el dedito acaben comiendo algo menos.

Esto no tiene que ser preocupante, sobretodo porque la mayoría de niños se meten el dedito en la boca y porque seguro que lo han hecho siempre (nuestros padres, abuelos, bisabuelos y así hasta vete tú a saber qué homo sapiens). Si el niño crece y engorda a un ritmo normal estará comiendo lo suficiente.

Si en cambio no está ganando el peso necesario y realmente vemos una asociación entre el dedo y la falta de comida: “desde que se duerme con el dedito está comiendo mucho menos”, sí podría ser interesante tratar de hacerle comer más, ofreciéndole el pecho más a menudo (y ver qué pasa, quizás está perdiendo peso por otra causa). Lo cierto es que hablando de bebés con capacidad de pedir sin problemas cuando tienen hambre, es extraño que se produzcan problemas derivados del chupete o del dedito en la boca.

lunes, 23 de julio de 2012

Hacer dieta en el embarazo es seguro y positivo

El peso en el embarazo

Si hace décadas el control del peso en el embarazo no era tan importante incluso se decía esto de “comer por dos”, las cosas han cambiado. Hoy los ginecólogos y matronas supervisan el peso y aconsejan una alimentación equilibrada.

Sin embargo salvo en casos de diabetes gestacional a las embarazadas no se les recomendaba “hacer dieta” durante el embarazo. Cuando hablamos de dieta no referimos a mujeres que ya de por si antes del embarazo tenían peso de más, una mujer con peso medio no tiene que hacer dieta, solo vigilar su peso en el embarazo.

Este estudio va dirigido a mujeres que tienen ya cierto sobrepeso para las que el embarazo y el aumento de peso puede aumentar ciertos riesgos. En este contexto el estudio acentúa que el control de la alimentación, la dieta es positiva para mujeres con sobrepeso.

Riesgos para el bebé y la madre

La obesidad y el sobrepeso presentan mayor riesgo de complicaciones en el embarazo y en la fertilidad ya que el sobrepeso y la obesidad inciden en la fertilidad de la mujer. A mayor sobrepeso más probabilidades de estas complicaciones. Entre las complicaciones están:

- Presión arteria alta y pre eclampsia
- Diabetes gestacional
- Aborto espontaneo
- Parto prematuro
- Complicaciones durante el parto si el bebé es muy grande, lo que aumenta la necesidad de una cesárea.

El estudio

- Realizado por el Dr. Shakila Thangaratinam de la Universidad Queen Mary de Londres, pretendía estudiar precisamente esto, si bajando de peso se pueden disminuir estos riegos (parto prematuro, preeclampsia etcétera.)

- El estudio hacía hincapié que más de la mitad de la población de Reino Unido en edad reproductiva sufre de sobrepeso u obesidad. Además más del 40% de las mujeres europeas y americanas gana más peso del recomendado durante el embarazo.

- Los profesionales de la salud creen que el embarazo puede ser un buen momento para hacer cambios en la alimentación y el estilo de vida ya que además en esta etapa las mujeres se sienten especialmente motivadas a cambiar ya que estos cambios también puede favorecer al bebé.

El Dr Shakila Thangaratinam, evaluó el impacto de la dieta, el ejercicio o ambos en conjunto en el aumento de peso en el embarazo y sus efectos en la madre y el bebé. Se evaluaron más de 7.000 mujeres obtenidas al azar en 44 ensayos controlados.

- En ellos encontraron que las intervenciones de control del peso de solo dieta lograron una perdida de unos 4 kilos en comparación con solo 0,7 kilos de realizar ejercicio sin dieta o de 1 kilo de realizar dieta y ejercicio (será que el ejercicio les abrirá el apetito y por eso adelgazan menos.)

- La dieta era más eficaz en la prevención de las complicaciones del embarazo como la diabetes, la pre eclampsia, el parto prematuro y la presión arterial. Las investigaciones han demostrado que este control del peso no tiene ningún impacto negativo en la salud de la madre o el bebé. Aún así reconocen que el estudio cuenta con limitaciones de falta de datos sobre factores de riesgo, incluyendo la edad, la etnia y el factor socioeconómico.

- Según los expertos de St Thomas Hospital de Londres las pruebas del estudio todavía son insuficientes aunque los resultados son oportunos y positivos.
Recomendaciones si estás embarazada

Sigue los consejos de tu médico y matrona sobre la alimentación y estilo de vida. Evita abusar de dulces y alimentos grasos y no trates de perder peso sin antes consultar con tu médico.